Capítulo 15.
Había quedado con mi madre en la cafetería que se encontraba al lado de la casa. Así que tampoco tuve que madrugar tanto. Me levanté tranquilamente y me dí una ducha rápida. No tenía muchas ganas de arreglarme el pelo, lo até y me hice una coleta de caballo. Cogí el bolso, el móvil y las llaves y salí de la casa para ir directamente a la cafetería.
Mi madre ya se encontraba sentada en una de las mesas más alejadas de la puerta.
-Buenos días.- me incliné para darle un beso mientras me subía las gafas de sol y las colocaba sobre mi cabeza.
-Hola, cielo.- respondió ella.- ¿Cómo estás?
-Bien.- saqué el móvil del bolso y enseguida vino el camarero para tomar nota.
-Un cortado y una tostada de york y quedo.- pidió mi madre.
-Yo no quiero nada, gracias.- mi madre se quedó mirandome.
-Gabriella...
-No quiero nada.- miré al camerero y sonreí.- Gracias.
Este asintió y se marchó.
-¿No piensas comer nada?
-No tengo hambre.- respondí.
Empezabamos mal la mañana.
El camarero no tardó en traer el desayuno de mi madre y como solo comía ella no tardamos en salir de allí.
Mi madre le encantaba ir de compras, al contrario que a mi. Si tenía que ir a comprar ropa era por necesidad o porque realmente me apetecía, pero si no prefería quedarme en casa o hacer cualquier otra cosa.
Fuimos por las calles de Barcelona de tienda en tienda. Se paraba en cualquier escaparate y en cuanto podía me metía en el probador para que me probase vestidos o ropa que a ella le gustaba, (sobraba decir que a mi no).
Al final tuve que comprarme un peto vaquero, un par de camisetas y un vestido por no hacerle un feo.
-¿Te apetece que te invite a comer?- preguntó entusiasmada por la idea.
-Sí no tengo más remedio...
Caminabamos por la calle, mi madre iba por delante viendo más tiendas cuando alguien agarró mi cintura.
Di un salto hacia delante y por suerte mi madre no lo vio. Me giré rápidamente y vi a Neymar riendose justo detrás de mi.
-¿A ti que te pasa?- pregunté enfadada.- Un día de estos me vas a matar del susto, joder...
Neymar parecía divertirse. Pero a mi no me hacía gracia.
-Eu adoro quando te enfadas.
-Eres idiota.- respondí cruzando los brazos.
-Cariño.- mi madre apareció a paso ligero.- Eh.. hola.
-Mamá, él es Neymar.- me coloqué justo delante de él.
-Cariño.- me dio con la mano en el brazo y sonrió.- Conozco a Neymar, ¿qué tal estás?
-Bem, obrigado. Você?
Mi madre sonrió. Parecía no haber entendido lo que había dicho.
-¿Desde cuando hablas solo en portugués?- le susurré.
Tocó mi espalda y al girar me guiñó un ojo.
-Cielo.- mi madre agarró mi mano.- He visto un vestido de novia precioso.