Siendo Humanos ((Nicudy))

Capítulo 2

— Está bien, veamos aquí ... Un poco de ropa extra ... Mi ipod ... un cepillo, pasta de dientes, artículos de tocador ... ¿qué más?— Judy escaneó su pequeño departamento tratando de pensar en la mejor manera de prepararse para la próxima incógnita.—Hmmm ... Me pregunto si mi teléfono con zanahoria funcionaría en el lugar al que vamos ...

*TOC Toc*

Judy salió de sus pensamientos.

— Hola Zanahorias, ¿estás lista para ir?— escuchó decir la voz amortiguada de Nick desde el otro lado de la puerta. Se enderezó, tratando de parecer valiente cuando lo abrió. A medida que avanzaba el día, ella se estaba poniendo cada vez más nerviosa, pero estaría condenada si dejaba que Nick lo supiera.

—¡Lista!— abrió la puerta, bolso en mano, y miró a Nick.

Tenía puestas sus gafas, una pequeña bolsa y un café en una mano. Con sus gafas no podía leer bien sus emociones. Se detuvo y notó que, mientras estaba vestida con su equipo de policía, Nick estaba vestido de calle.

— ¿Por qué no estás en uniforme?— ella preguntó.

— Vamos Zanahorias, ¿no has aprendido nada de todo nuestro trabajo encubierto? Es mejor no parecerse a la policía. Podría meternos en problemas.

—Pero tal vez ni siquiera sepan qué somos policías — argumento Judy — o hacia dónde vamos. ¿No quieres estar preparado?

—¿Y qué si lo saben?— preguntó astutamente, bajando las gafas para mirarla. Ella se estremeció bajo su mirada confiada.

— Hmph ... Bueno ... por mi parte, quiero estar preparada—  ella pasó junto a él y bajó por el pasillo.

Nick se encogió de hombros, diciendo:

—Adáptate a ti misma.

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Llegaron al edificio donde encontraron a los trece depredadores convertidos en salvajes , hace solo dos cortos años. Esta vez, estaba rodeada por policías y camiones de bomberos y necesitó tres puntos de control de seguridad diferentes antes de dejarlos pasar.

Una vez que llegaron a la sala donde se encontraba la máquina del Dr. Skunk, Bogo se dirigió a ellos para su última sesión informativa. Les entregó una carpeta con la foto del Dr. Skunk y una breve descripción. Luego les dijo que entrarían en un lugar llamado "Central Park"

Bogo les entregó a ambos unos pocos documentos más escritos con la leyenda "Especie: Humana", cubiertos con fotos de diferentes humanos, comiendo, comprando, riendo y caminando por la ciudad.

— Esto es un ser humano— dijo Bogo señalando la fotografía de un hombre caminando por la calle — es la especie principal del mundo al que estás a punto de ingresar.

—Tipo de aspecto extraño, ¿no crees?— Nick le susurró al oído a Judy y ella le dio un codazo para prestarle atención.

— Su mundo tiene ciudades, al igual que la nuestra, hasta ahora, lo que hemos visto no parece amenazante, pero aún no están al tanto del portal— les explico Bogo cerrando la carpeta — si lo encuentran, quién sabe qué podría pasar. Podrían capturarnos, tal vez quieran estudiarnos, incluso ponernos en jaulas.

Bogo les entregó una imagen más, esta de un perro en una caja en el lado de la calle con un letrero que decía: "cachorro en venta".

Nick tragó saliva ante esto.

— Entonces es importante mezclarse con los animales en su mundo. Se supone que no deben evolucionar todavía— Bogo buscó en su bolsillo y le dio un sobre a Judy. —Pudimos enviar una de nuestras máquinas para recuperar parte del dinero. Tengan cuidado donde lo usan; los animales no usan dinero, sobreviven a sus instintos. Las presas pastan en busca de nueces y bayas, y los depredadores cazan— Judy metió el sobre en su bolso e hizo un punto para no hacer contacto visual con Nick cuando Bogo usó las palabras "cazar".

Momentos como este siempre le recordaban cuán diferentes eran ella y Nick.

Se acercaron al portal. Estaba rodeado de perros guardianes las 24 horas del día, los 7 días de la semana, y parecía una masa de remolinos de luz dorada que era imposible de ver. Los ojos de Nick y Judy se abrieron de par en par mientras contemplaban la vista celestial. Nick se volvió hacia Judy, poniéndole la pata en el hombro.

— Bueno zanahorias ... ¿estás lista?— le preguntó mirando al frente.

Judy respiró hondo y calmó sus nervios.

—Apuesto a que lo estoy— respondió.

— Buena suerte ustedes dos, Zootopia cuenta con ustedes.— dijo el Jefe Bogo, que dio un paso atrás para despejar el camino.

Ambos se echaron hacia atrás, se saludaron con la cabeza y, a la cuenta de tres, se lanzaron hacia adelante, hacia la luz turbulenta.