Siendo Humanos ((Nicudy))

Capítulo 8

—Lo siento, ¿cuánto?— Nick se apartó del mostrador por un momento y le susurró al oído a Judy.— Los precios son ridículos en esta ciudad

— Eso es $ 500 por noche para dos habitaciones, señor — respondió el empleado.

Efectivamente habían caminado durante tres horas y habían visitado casi veinte hoteles diferentes con la esperanza de encontrar un mejor trato, pero todos eran prácticamente iguales.

Judy bostezó, esperando pacientemente. Nick pudo ver que estaba agotada y se volvió hacia el conserje.

—¿Cuánto por una habitación? — preguntó rápidamente en voz baja.

— Doscientos veinticinco dólares señor.

"Uf ... Me arrepentiré de esto" pensó.

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— 332 ... .333 ... ¡Aquí vamos! 337. ¡Bienvenido a tu hogar temporal Zanahorias!— anunció Nick mostrando ante sus ojos la puerta en donde Judy pasaría la noche.

—Oh, gracias a Dios, estoy vencida— Judy le quitó la llave de la habitación a Nick y la metió en la puerta, efectivamente abriéndola. —¡Bien, buenas noches!—ella dijo, comenzando a cerrar la puerta antes de sentir algo deteniéndola. Al mirar hacia abajo, vio el pie de Nick en la entrada.

— Jaja ... Entonces, lo divertido es Zanahorias....

Judy lo miró confundida.

—¿Sí...?

—¿Recuerdas esa pequeña lista de compras que hicimos antes? — Judy lo miro esperando a que prosiguiera — Bueno, parece que esta ciudad es muy costosa. Solo vamos a poder pagar una habitación por noche mientras estemos aquí. Así que ...

Puso su mano en la puerta y suavemente lo abrió, pasando junto a ella a la habitación.

—¡Parece que vamos a ser compañeros de habitación por un momento!— dijo dándole una sonrisa cursi, arrojó su bolsa sobre la mesa y se quitó los zapatos, listo para sentirse como en casa.

—¿¡Compañeros de habitación ?! Nick. No creo que esta sea una buena idea.

— ¿Por qué lo dices zanahorias?— preguntó mientras buscaba tranquilamente el mini refrigerador para los refrigerios.

—Yo solo...

— No te preocupes— la interrumpió — No ronco. O al menos ... no lo hice en mi viejo cuerpo— se encogió de hombros, hurgando en una bolsa de Doritos que encontró.

—Yo ... um— suspiro, demasiado cansada para preocuparse. — bien, solo ... voy a ir a prepararme para dormir.

Entró en la habitación para cambiarse y, en cuestión de segundos, Nick escuchó un grito. Rápidamente miró alrededor de la habitación en busca de la fuente del peligro. Al no ver nada, miró a una conejita muy enojada, con los brazos cruzados, golpeando rápidamente el suelo con su pie y mirándolo fijamente.

—¿Qué pasa? ¿Qué es?— preguntó él y ella no dijo nada y solo señaló ferozmente a la cama.— ¿Es una cama?— preguntó, todavía no entendiéndolo.

—¡Sí! ¡Es una cama! ¡Lo que significa, uno! Una cama. ¡Y ningún sofá en este pequeño lugar!— explicó y Nick finalmente entendió su punto y se encogió.

— Perdón, Zanahorias. Tendremos que hacerlo— Judy ante esto arrugo su nariz — Dormiré en el piso, no te preocupes— le comunicó Nick para no incomodarla.

Judy solo gruñó y agarró sus cosas, marchando al baño para cambiarse; momentos más tarde ella emergió en una camiseta sin mangas blanca y algunos pantalones cortos grises. Nick estaba haciendo todo lo posible por no mirarla pues los pantalones cortos que había empacado claramente no estaban hechos para sus nuevas piernas más largas, y parecían terriblemente cortos y no es que se estuviera quejando.