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Él alba ilumina la habitación, los brazos de algún individuo descansaban sobré su regazo. Él cuello y espalda le dolían como si hubiera sido golpeado por horas, ignorando él dolor se incorporó, mirando a su hermano que lo sostenía en un débil abrazo pues él rubio estaba dormido, su mirada avanzo hasta encontrar a Ray dormido en una incómoda silla con la mitad de su cuerpo en él suelo de cerámica. Fruncio él ceño al percatarse de las paredes blancas como la nieve y en definitiva se sorprendió dando un saltito al mirar la gran aguja impregnada a su pálido brazo.

¿Que había pasado?

Trato de recordar, pero su esfuerzo era envano. a su cabeza solo llegaban débiles imágenes de la noche anterior.

El llorando.

Ray informándole en que hospital se encontraba Frank.

Él corriendo mientras Ray y Mikey lo perseguían.

Frank. Frank enfermo.

Empujó a Mikey, este impactó en él suelo, soltando un quejido de dolor.

-Auch- se incorporo con mirada de reproche.

-¿Que paso?- preguntó atónito y aturdido.

-Te dio un ataque de pánico y te desmayaste antes de llegar al hospital. ¿Acaso eres idiota? Corriste kilómetros llorando hasta llegar al hospital. -

Vaya, eso definitivamente no lo recordaba.

-Frank. ¿Donde esta Frank?- se incorporo tirando la aguja que descansaba en su brazo.

-Esta a dos habitaciones de esta- se acercó acariciando la espalda del esmeralda- No creo que sea conveniente que lo veas ahora... No seria conveniente para nadie- su voz sonaba realmente preocupada, lo que alarmó mas al esmeralda que ahora comprendía su amor por ese pequeño y escuálido chico.

-Necesitó verlo- mas que una petición lo dijo informando que nadie podría detenerlo. Y sin mas salió de ahi, a lo lejos logró escuchar un "Gerard espera" pero no se detuvo hasta llegar y buscar con la mirada aquella habitación, pero no la encontró en su lugar encontró al final del corredor, un ventanal de cristal.  Dejaba a la vista una camilla, un chico inconsciente reposaba en ella con múltiples aparatos en su cuerpo, su pecho bajaba y subía tranquilamente mas de lo normal, su piel amarillenta, una débil capa de sudor cubría su rostro, sus labios agrietados imploraban por un poco de agua, las grandes ojeras bajo sus ojos delataban la notable perdida de peso. Ignorando todo aquello se lograba observar aquel chico acendrado que cautivo al mayor.

-Frank- sus piernas comenzaron a fallarle, pero aun así las obligó avanzar con suma cautela. -Frank- sus ojos comenzaron a picarle, sus manos tocaron aquel cristal empujándolo un poco creyendo que este caería y él podría pasar. Pero no fue así. -¡Frank!- grito, pero él nombrado no reacciono. Un sollozo abandonó sus labios y sin mas que lo detuviera comenzó a llorar. -¡Por favor Frank dime que te pasa!- imploró llamando la atención de todos en él corredor, sus puños golpeaban él cristal pero era inútil. -¡Tenemos que irnos enano! ¡No me iré sin ti!- las lágrimas no paraban de salir y no se irían hasta que él avellana despertara.

-Gerard tranquilizate- unos fuertes brazos lo rodearon apartándolo para que no continuará golpeando él cristal. -Basta Gerard- suplicó Ray tratando de llevarlo con él, pero este escapo de los fuertes brazos de su amigo, corriendo para llegar hasta el avellana, pero no lo logró.

-No, sueltenme- imploro entre sollozos agarrando con todas sus fuerzas la puerta sellada que estaba a un lado del cristal. -¡Frankie!- y fue lo último que salió de sus temblorosos labios antes que lo arrastraran Mikey y Ray por todo él corredor.

(...)

Sus ojos dolían por estar tanto tiempo cerrados, los aparatos ya no estaban, era buena señal. Quizo llevar sus manos hasta sus ojos para tallarlos un poco, pero no pudo, sus dedos estaban entrelazados con otros, giro su cabeza encontrado al esmeralda dormido y efectivamente su mano estaba entrelazada con la de él. Una sonrisa se formó en sus agrietados labios, observando al mayor dormir, aunque sus ojos estaban cerrados, era notoria la hinchazón en estos, señal de que había estado llorando. Había estado llorando por él.

Separo su mano cuidadosamente, pero él mayor despertó alarmado mirando a su alrededor agitado. Sus ojos se conectaron con los del menor, y una cálida sonrisa se formo en ambos rostros.

-Frankie, me tenias tan preocupado- se acercó besando su frente.

-¿Cuanto tiempo he dormido?- su voz suena áspera por falta de líquidos.

-¿Dormido? Has estado inconciente tres días- informa preocupado, su labio inferior comienza a temblar pero se reusa a llorar. - Tres días en los que no he parado de lamentar no haber enfrentado lo que siento por ti- sus manos se vuelven a entrelazar. El avellana solo frunce él ceño sin entender nada. -Te amo Frank- unas cuantas lágrimas resbalan por sus mejillas, pero él menor las limpia con él dorso de su mano.

-Y hasta ahora te das cuenta- suelta una pequeña risa y sonríe plenamente, toma la mano del esmeralda y la lleva hasta su pecho -¿Sientes esto?- susurra, él esmeralda asiente, sintiendo los frenéticos latidos de su chico. -Estoy enamorado de ti desde él primer día- susurra acercando sus labios a los contrarios. -Y lo estaré los días que me quedan- un beso tierno y cálido cierra la promesa.

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Bueno bueno :3
Solo les informo que en él siguiente capítulo se hablara de la enfermedad de Frankie.

¡VOTEN Y COMENTEN PORFAVOR! ❤

Y pasen a seguirme creo que me lo merezco después de este capítulo lleno de amor mucho amor uwu

Solo Amigos |Frerard| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora