Pasaban los días y Lean y Noviembre no se hablaban, él no quería saber nada de ella y ella sabía que Lean la ignoraria.
No entendía el motivo por el que estaba así, ¿era por lo de Alejandro? ¿O por otro motivo que desconocía?
Sea como fuere, ella estaba preparando sus cosas por si la echaba y volvía a Madrid.
Por la tarde, vio a Sienna salir de la habitación de Lean, quizás ella sabía algo y podía ayudarla, o Sienna también se podría poner en su contra.
-Sienna- la llamó.
Ella se giró y le indicó con gestos a Noviembre que la siguiese y que no hablase. Ella obedeció y ambas subieron a lo alto del castillo, a las almenas.
Noviembre se fijó que en el patio estaban entrenando los soldados, pero ni rastro de Lean. Ello le pareció extraño puesto que siempre era él quien supervisaba los entrenamientos. Un día le explicó a ella que siempre iba a echarles un ojo para que nadie hiciese el vago y no entrenase o se escaquease.
-¿Ese no es Maxwell?- preguntó Noviembre extrañada.
-Sí, Lean está en su cuarto sin querer bajar y le ha encomendado que supervise a los guerreros.
-¿Cómo lo sabes?
-He estado con él antes y la verdad es que no está muy bien. Lleva así desde aquel día que cenasteis juntos. Dime, ¿qué pasó durante la cena?
Noviembre cogió aire y en su cabeza comenzó a memorizar todo. Quizás si se lo contaba a Sienna, ella le arrojaría luz a ese asunto tan misterioso para Noviembre. Aunque también cabía la posibilidad de que Sienna se enfadase también, entonces Noviembre volviera a la casilla de inicio y no tendría a alguien con quien hablar del tema.
-Le dije que estoy prometida. No entendí su reacción, ¿sabes? Se enfadó y me respondió que volvería a Madrid con Alejandro, mi prometido.
Sienna se quedó sorprendida y Noviembre aguardaba temorosa su reacción.
-¿De verdad estás prometida? ¿Cómo es él? ¿De dónde es? ¿Es guapo?
-Sí, estoy prometida, mis padres me comprometieron antes de viajar por el Atlántico y naufragar en estas costas. La verdad es que sé poco sobre él, nunca le he visto. Dicen que es alto, con el pelo rubio y sus ojos son de un marrón intensivo y es el hijo de un duque, por lo que ello lo atrajo a mi padre a la hora de buscarme un buen marido. Es de Madrid como yo. Y la verdad es que nunca le he visto en persona, por lo que no sé decirte si es guapo o no, pero me dijeron que él se había enamorado perdidamente de mí, puesto que le enseñaron un retrato mío.
-Y si volvieras, ¿te casarías con él aún teniendo sentimientos por mi hermano?
De repente, escucharon a alguien ir hacia ellas. Noviembre maldijo internamente a Sienna, le rogaba a Dios Todopoderoso que quien fuese no la hubiese escuchado decir eso.
Apareció Lean y el alma de Noviembre se le cayó. Su corazón latía fuertemente de lo nerviosa que estaba. Aunque, pensó ella, nada podría ir peor, ¿no? Iba a mandarla de vuelta a Castilla y él no le dirigía la palabra y al parecer tampoco la mirada, puesto que él solamente miraba a su hermana, con quien comenzó a hablar.
Noviembre sintió que sobraba allí por lo que decidió marcharse de aquel lugar y dejar a los hermanos solos. Se iba a dar media vuelta cuando escuchó a Lean decirle:
-Dentro de una semana hay un barco desde Edimburgo a Bilbao. Supongo que desde allí sabrás irte a Madrid de vuelta.
Ella asintió sin más bien saber que decir. Aunque ella prefería ir a Gijón porque ella tenía allí familia y podrían ayudarla, estaba sin blanca puesto que sus padres la abastecían de dinero siempre que lo necesitase. Y ahora...
-No, por favor, hermano, no la lleves de vuelta a Castilla. Es mi única amiga aquí- escuchó rogar a Sienna.
-Es mi decisión y punto, ¿queda claro?
Jamás en la vida le había hablado así y no se esperó ni mucho menos su reacción. Sienna desde luego no se iba a quedar de brazos cruzados, era un cabezota y no iba a permitir que le gritase de ese modo.
-Eres un cabezón, por tu culpa ella se va. Solamente piensas en ti y nadie más. No quiero perder a una amiga, tú nunca has estado confinado en un maldito castillo sin despegarte de madre y que ella y padre dijesen quien podía y quien no ser tu amigo- explotó Sienna y a punto de llorar de la rabia que sentía.
Se hizo un terrible silencio en el castillo. Nadie pensó que alguien pudiera levantarle la voz así a su Laird y mucho menos adivinaron que sería ni más ni menos que su hermana, ella parecía ser muy respetuosa con él y se veía que ella le profesaba mucho cariño.
Lean, por su parte, ni se lo esperaba. Se dio media vuelta furioso, prefería no soltarle a Sienna un par de palabras fuertes. Cuando estuviese calmado hablaría con ella.
Se encontró con Noviembre por el pasillo y ni siquiera la miró. Al fin y al cabo era la culpable de que su hermana le hubiese hablado así.
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Amor o compromiso
Historical FictionNoviembre, una burguesa castellana, viaja con sus padres por el Océano Atlántico antes de su boda con el hijo de un noble; sin embargo, su familia y ella sufren un naufragio y ella llega a tierra firme pero, ¿cómo sobrevivir en un lugar que no conoc...