XV

1.9K 174 8
                                    

La noche cayó en el castillo. Noviembre estaba en su alcoba, con los brazos apoyados en el alfeizar de la ventana, mirando a la nada y pensando en todo, todo lo acontecido el día anterior.

Alguien llamó a la puerta de su cuarto, ella extrañada, no sabía quien podía ser, dijo ''adelante'' y una figura alta masculina entró al cuarto.

Lean estaba en el patio, aún seguía pensando en lo ocurrido. Rogaba que Noviembre se quedase a su lado, tenía una corazonada de que el destino de ella estaba con él en Escocia, lo sabía perfectamente. Nunca había sentido nada parecido y sabía que ella sería la indicada, la que le robó el corazón con tan solo conocerla. Y era justo que ella supiese acerca de sus sentimientos, para que pudiera elegir bien su destino.

Tras estar preparando un discurso mentalmente sobre que iba a decirle, se dirigió a su cuarto para hablar con ella, seguro que estaba despierta, y si veía que se había dormido hablaría con ella al día siguiente.

Recorrió el largo pasillo iluminado con antorchas cuyas paredes eran de piedra. Tocó la puerta de madera pero no obtuvo respuesta. Quizás si estuviera dormida. Por si acaso, Lean abrió la puerta lo más silenciosamente que podía y descubrió con horror que Noviembre no estaba ahí. Ella nunca salía del dormitorio una vez que entraba en el por la noche ya que tenía miedo por si la atacaban o le hiciesen algo los sirvientes y criados que estaban en contra de ella.

Rápidamente fue a por Maxwell. De paso, entró en la habitación de Sienna por si estaba ahí. Vio a su hermana preparada para dormirse.

-¿Lean? ¿Qué estás haciendo aquí?

-¿Dónde está Noviembre? ¿Ha venido aquí?

-No, no sé donde está. Por aquí no ha venido ni nada.

-¿Sabes si por las noches va a alguna parte?

-No, ella nunca sale de su habitación, o si lo hace nunca me ha revelado a donde va. ¿Ha pasado algo?

-No la encuentro. ¿No creerás que se ha marchado con ellos ya no?

-No, seguro que se despediría si lo hiciera.

Lean llamó a la puerta de Maxwell, le informó sobre la situación y dio órdenes a unos soldados de ir a mirar por el bosque y por el prado, otra expedición iría por otro lado.

Fue con su mejor amigo a levantar a Tomás Pacheco por si él sabía algo.

-¿Cómo que Noviembre no está?

-No, hemos entrado en su cuarto y hemos peinado todo el castillo. No hay rastro de ella.

Aquello sorprendió a Tomás. Si se presentaba ante su señor sin la muchacha, no quería saber que le podría ocurrir.

-Por casualidad, ¿falta algún hombre tuyo?

Tomás se levantó y fue a la habitación de los criados seguido en todo momento por Lean.

Abrió la puerta y vio que faltaba uno. Era Enrique, un esclavo rebelde con el que había tenido más de una discusión. Entró y vio que sus cosas no estaban. Podría ser que se hubiese fugado. Levantó a los otros dos esclavos. En cuanto ambos se despertaron hicieron la misma pregunta a la vez.

-¿Dónde está Enrique?

-¿Sabéis si ha dicho algo antes de acostarse?

Ambos negaron con la cabeza. Felipe, uno de los dos, recordó algo que había ocurrido antes de dormir.

-No sé si está relevante, señor, pero vi a Enrique estar jugueteando con un cuchillo. Puede que lo hubiese afilado porque brillaba.

Tomás y Lean se miraron a la vez. No podía ser. El Laird salió furioso del cuarto ya que en su mente estaba maquinando la idea de que Enrique hubiese secuestrado en Noviembre y él la hubiera... No, no podía ser. Decidió calmarse, se dirigió a su habitación y cogió sus armas.

Salió al patio y se unió a una expedición que iba a partir en seguida.

-Lean, ¿La habéis encontrado?- escuchó una voz femenina detrás.

Era su hermana. No quería decirle que probablemente Noviembre estaría muerta, así que decidió ocultar un poco la verdad.

-No, aún no. Te prometo que haré todo lo que esté en mi mano para encontrarla.

-Espero que sí Lean, confío en ti. Ten cuidado, no quiero que te pase nada.

-Lo tendré.

Ordenó a Maxwell que protegiera a su hermana por si Enrique aparecía. No se fiaba.

-Buscamos a Noviembre y a un esclavo, varón, alto, moreno y su pelo es castaño.

Apeló a su caballo y se marchó en dirección al bosque con algunos hombres detrás.

Amor o compromisoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora