Noviembre durmió profundamente durante unas cuantas de horas, estaba agotada física y mentalmente. Muchas eran las veces que había intentado escapar de las manos de Enrique, pero siempre la pillaba y terminaba pegándole una paliza.
Cuando se despertó, miró toda la habitación en busca de Enrique por si se había fugado y hubiera vuelto a por ella para terminar su tarea.
Afortunadamente, no había nadie a su alrededor. Se vistió y salió de su habitación para buscar a Lean, sabía que él y todos le preguntarían sobre que pasó aquella noche.
Fue al salón y a la primera que vio fue Sienna.
-Oh, estás bien, dios creía que te había hecho algo malo ese tío.
-Gracias a Dios Todopoderoso, que ha tenido misericordia conmigo y ha hecho que no me mate. Enrique me propinó muchas palizas.
-¿Por qué lo hacía?
-Porque intentaba escapar o me resistía a ir a alguna parte.
-Lo has debido de pasar muy mal- comentó Sienna, se comparecía de ella por lo que había pasado y quería consolarla y ayudarla lo máximo que pudiera.
-Sí, así es, le debo mucho a tu hermano por haberme salvado la vida dos veces.
-¿Y qué vas a hacer? ¿Te quedarás aquí o volverás a Castilla?
-Eso no lo sé aún, necesito tiempo aún.
Con los últimos acontecimientos, Noviembre no había tenido tiempo para pensar sobre ello.
-Pues deberías decidirte ya, de lo contrario, seguirás haciendo daño a Lean y él siempre ha estado para ti en todo momento. Deberías plantearelo así.
Sienna se fue, dejando a una Noviembre confusa y sin saber que hacer respecto a su futuro.
Por una parte tenía sentimientos hacia Lean, desde que la recogió aquel día en la playa él siempre estaba ahí en todo momento para cuidarla, era cierto, aquella pelea que tuvieron cuando él estuvo a punto de mandarla de vuelta a Madrid la había dolido, pero fue él quien la rescató de manos de Enrique... ¿Qué habría pasado con él? Ni siquiera quería pensar en el castigo que le impondrían en Madrid o incluso en alta mar.
Pero por otra parte, pensaba en Lean, él le demostraba mucho que estaba enamorado de ella y esta era la segunda vez que le había salvado, pero ella se sentía en un cruce acerca de su futuro, o volvía a Madrid puesto que su deber era acatar el compromiso con Alejandro, o se quedaba para disfrutar y vivir su amor con Lean.
-¿Estás mejor?- preguntó una voz a sus espaldas.
Ella se giró y vio al hombre que le robaba suspiros cada día.
-Sí, gracias por todo- respondió amablemente.
El ambiente se había vuelto tenso, ninguno sabía de que hablar exactamente, aunque Lean tenía muchas ganas de saber que le había pasado exactamente cuando Enrique la secuestró.
Iba a decir algo Noviembre, pero no sabia como decírselo exactamente. Ella quería tiempo para amueblar su cabeza tras los acontecimientos ocurridos y así tomar la decisión final con calma y sabiendo que iba a tomar la respuesta correcta, se jugaba su destino y el del resto de su familia y sus posibles descendientes.
-Si no te importa, ¿podrías contarme todo lo que pasó en tu secuestro?
Noviembre cogió aire hinchándose los pulmones, los recuerdos de aquella horrible pesadilla golpeaban su mente, pero ella decidió compartirlo con el.
-Estaba despierta mirando por la ventana cuando golpearon la puerta. Me quede extrañada puesto que no esperaba a nadie, también pensé que eras tú, que venías a darme las buenas noches, como algunas veces haces. Era Enrique, en aquel momento no sabía quien era pero él se presentó diciendo que era esclavo de Tomás Pacheco y me comunicó que me quería ver para explicarme algunos sucesos que habían ocurrido durante mi ausencia en Madrid. Me quede sorprendida puesto que no me esperaba que quisiera hablar a esas horas. Me vestí puesto que no era apropiado aparecer en camisón, él me llevo afuera, al patio y me tapó la boca para que no chillara y me llevó al bosque. Una vez nos adentramos me maniato con las cuerdas y me amenazo con matarme si chillaba pidiendo auxilio. Vagamos días enteros por el bosque, comíamos bayas que nos encontrábamos, yo solo rezaba a Dios Todopoderoso para que me dejara marchar o me pudiese librar de él. Alguna que otra vez me intente escapar, pero cada vez que lo hacia, me encontraba y me pegaba una paliza por haberme fugado, decía que era únicamente suya y que nada ni nadie impediría estar conmigo y que por fin dejaría atrás su vida como esclavo. Yo solamente quería que se acabara esa horrible pesadilla y cuando te vi en la playa... Llegaste como un ángel para auxiliarme y te estaré agradecida eternamente, Lean.
Durante el relato, Noviembre había derramado unas cuantas lagrimas debido a que rememoro aquel pasado tan horrible. Lean no aguanto mas y la abrazo, deseaba protegerla eternamente y juro que lo haría siempre. La miró a los ojos y la besó, así, sin mas.
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Amor o compromiso
Historical FictionNoviembre, una burguesa castellana, viaja con sus padres por el Océano Atlántico antes de su boda con el hijo de un noble; sin embargo, su familia y ella sufren un naufragio y ella llega a tierra firme pero, ¿cómo sobrevivir en un lugar que no conoc...