Dos semanas después recibió las pruebas que necesitaba.
En el periódico estaban publicados los relatos ganadores del concurso. Había ganado la categoría infantil, y ahí mismo hacían mención de cómo era ya conocido por ganar concursos intelectuales a su corta edad. Pero eso no era lo que le interesaba.
En la siguiente hoja estaba publicado el ganador de la categoría adolescente. Era un desconocido que había firmado con seudónimo, por lo que había una nota señalando que se reservaban el derecho de cambiar los resultados. El estilo de la escritura denotaba artísticamente una madurez y amargura que no era propia de un joven de entre 12 a 15 años. Sospechaban que tras ese seudónimo había un joven adulto.
Se iban a tragar sus palabras ese fin de semana, cuando descubran que el autor es un niño de diez años. Había participado en una categoría superior a su edad con un relato escrito en una noche de desvelo. Y había ganado.
Había escuchado tantas veces hablar de los "monstruos" de la música, "monstruos" del cine, "monstruos" de la literatura...
Mirando esa hoja del periódico, se dijo a sí mismo. "Soy un monstruo."
Pero había algo más que eso.
Ese día que la niña lo había golpeado, por un momento la miró fijamente a los ojos. Y vio odio, confusión, y algo más que en ese momento no había podido identificar, pero le gustaba.
Ahora ya sabía que había visto miedo en los ojos de esa niña.
La niña había visto un monstruo, y le había tenido miedo. Y al niño le gustaba esa sensación.
El fin de semana iba a revelar a todos qué tan monstruoso podía ser. Y de ahí no planeaba detenerse.
Quería volver a sentir ese placer. Sentir el miedo en los ojos de...
...
En fin, Ya habrán otras niñas.
FIN
ESTÁS LEYENDO
La noche en la que el monstruo lloró
Misterio / SuspensoUn concurso entre escuelas. Los niños que han llegado a la final están habituados a pensar mucho, a analizar todo. Un niño empieza a aburrirse y una niña empieza a sospechar. Y les toca enfrentarse.