Conversaciones esperadas

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Habían pasado unos cuantos minutos cuando Sparrow se acercó a Cupido, la cual seguía hincada en el piso llorando desconsolada.

-Cupido ¿Qué es lo que has hecho? – pregunto mientras ayudaba a la chica a levantarse, sin embargo, esta no tenia fuerzas en sus piernas y volvió a caer al suave pasto mientras frotaba sus parpados empapados de lágrimas.

-Yo... yo... - Cupido no sabia lo que había hecho, al principio le había parecido una buena idea, pero ahora... tal vez no debió haberse involucrado, tal vez debió dejar que el destino actuase por sí solo, pero es que no podía seguir viendo como Dexter sufría. Lo amaba demasiado como para soportar verlo sufrir.

Por primera vez en su vida, Cupido sentía lo que era odiar a alguien; odio a Dexter por no corresponder sus sentimientos, odio a Raven por haber enamorado a Dexter, y se odio a si misma por amarlo tan profundamente.

Sparrow se inclino a su lado y la envolvió en sus brazos con pena, no le importo que su chamarra fuera ensuciada con lagrimas de la chica, y solo deseo que su dolor desapareciera, deseo poder reparar el corazón roto de Cupido. Pero que ironía era la vida, su propio corazón aun no había sanado ni un poco y deseaba reparar el de Cupido.

No paso mucho tiempo para que Cupido pudiera levantarse sin la ayuda de Sparrow, en silencio le agradeció su ayuda y trato de alejarse lo más rápido posible de él, no quería involucrar a su amigo en sus problemas sentimentales, pero en cuanto trato de irse Sparrow la tomo del brazo impidiéndole que se alejara. Cupido volteo a mirarlo y no se espero lo que vio. Sparrow Hood estaba llorando frente a ella, como aquella última vez cuando lo había encontrado llorando en silencio escondido entre varios árboles al lado de la laguna, su corazón se encogió un poco mas y recordando su papel como la diosa del amor se acercó nuevamente a él, tratando de consolarle de la misma forma en que este lo hizo minutos antes.

- ¿No me digas que estas llorando por mi? – bromeo tratando de aminorar los suaves gimoteos que soltaba su amigo.

- No soy tan empático Cupido, no me interesan en lo más mínimo tus sentimientos. -respondió, mientras se sentaba en el piso y cogía su guitarra acomodándola frente a él para empezar a tocarla.

Contrario a lo que cualquiera pensase Sparrow empezó a tocar notas delicadas, suaves y tranquilas. Su mirada cambio a una mas emotiva y una suave sonrisa tomó forma en su rostro, sus ojos se cristalizaron y de sus labios salían bajos murmullos de una canción. Cupido se arrodillo a su lado y recargo su cabeza en su hombro, cerro los ojos y se dispuso a disfrutar de la melodía que su amigo tocaba, poco a poco comenzó a soltar pequeñas lagrimas y fue capaz de comprender los sentimientos que Sparrow estaba tratando de sacar de sí mismo.

-Hay corazones que no nos merecen Cupido – culmino diciendo Sparrow mientras volvía a depositar su guitarra a un lado y abrazaba a su amiga mientras recargaba su cabeza encima de la de la chica. – Y hay corazones que no quieren ser amados. – Y su mirada se ensombreció.

- Todo corazón quiere ser amado Sparrow, simplemente hay que saber como amarlos.

- Yo... yo tal vez... yo no fui suficiente.

- Claro que lo eres. Eres más que suficiente, pero no para ella.

Sparrow miro a Cupido y se burlo de si mismo, había ido a ese lugar a consolar a la chica y quien termino siendo consolado fue él.

-Dexter es un idiota

- Sí, sí lo es – dijo mientras una sonrisa surcaba su rostro. – pero estoy enamorada de ese idiota.

Y así se quedaron, segundos, minutos y horas consolándose mutuamente. Tratando de arreglar los corazones que alguien más había roto.

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Érase una vez... NosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora