Para Peter, cada día no era más que un simple suspiro, dentro de lo que era la eternidad las horas no eran ni minutos y los minutos no eran nada. El reloj que colgaba de la pared rocosa, sólo le servía de recordatorio para comprender la desdicha en la que se había sumido.
Solo podía añorar los momentos perdidos, sus recuerdos eran lo único que le mantenían cuerdo y, aunque no lo demostraba abiertamente, tenía miedo, no a la muerte y mucho menos a la eternidad, sino que tenía miedo de olvidar, pues conforme pasaba el tiempo, conforme caminaban aquellas manecillas de reloj se olvidaba de Wendy; su voz, su rostro, su sonrisa, había empezado a olvidarla, su recuerdo se volvía borroso conforme el tiempo transcurría. Temía aún más que, llegado el momento de dejar de existir para siempre se iría sin poder recordarla ... se iría sin amor. Solo.
Cupido miraba distraídamente a aquel chico que no demostraba sus verdaderos sentimientos, Peter, miraba perdidamente hacia un reloj con el vidrio roto, en donde las manecillas del reloj parecían estar dejando de funcionar poco a poco. Ella podía sentir la tristeza que destilaba el aura de Peter, aquellos sentimientos golpeaban el rostro del ángel, angustiándola más de lo que ya se encontraba. Los sentimientos negativos abundaban en aquel espacio, podía sentir la inseguridad de Raven sin importar a cuantos metros de distancia se encontrase, la preocupación de Dexter por su novia y su recién encontrada hermana, el dolor de Cerise, la angustia de Rosabella y los sentimientos sepultados de Sparrow... todos esos sentimientos apuñalaban el alma de Cupido, que empezaba a sentirse mareada.
- Dinos exactamente qué fue lo que paso, Darling – preguntó Sparrow hastiado, casi todos a su alrededor se encontraban rodeando a la pequeña Charming ansiosos por escuchar lo que le había sucedido. Darling, tenía varios cortes en los brazos, algunos rasguños y su cabello completamente revuelto, y los chicos no sabían si era a causa de la huida o si era porque alguien le había hecho daño.
- S-se... se lleva-aron a-a Apple y a Ashlynn... esos... era-an, piratas. Nos rodearon y... yo, yo lo intenté, intenté salvarlas... pero no pude. No pude – sollozó Darling destrozada, sus manos temblaban y las lágrimas se amontonaban en sus ojos impidiéndole ver claramente. – Lo lamento, lo lamento tanto.
- No es culpa tuya, hiciste todo lo que pudiste – Dijo Dexter, que abrazaba tiernamente a su hermana – Me alegra que estés bien, no te angusties por Apple y Ashlynn, ellas son fuertes y estarán bien, iremos a salvarlas y por ahora solo tienes que preocuparte por ti.
- Antes de aventarse al rescate y todo eso ¿no deberíamos hacer algún plan? – mencionó Rosabella, mirando a los chicos uno por uno. Dexter asintió concentrado ante lo que acababa de decir, Cerise solo escuchaba sin decir nada y Sparrow... la miró perplejo, "claro que no, lo mejor es ir a por todo" seguramente pensaba aquel chico, por otro lado, tanto Cupido como Peter escuchaban ausentes aquella conversación.
- Yo creo que lo mejor es ir a por todo – dijo Peter, que se acercó a paso lento con una sonrisa traviesa en los labios – lo mejor de las aventuras es cuando no las planeas.
- Esto no es una aventura, la vida de nuestros amigos corren peligro – respondió Dexter, completamente exasperado por la actitud del duendecillo.
- Sigue siendo una aventura, podemos planear el rescate si quieren, pero no evitará que nos encontremos con sorpresas...
- ¿Quién le avisara a Hunter y a Daring sobre esto? – habló finalmente Cupido, todos voltearon a verla intrigados, pues había interrumpido el inicio de lo que parecía ser una discusión acalorada
- ¿Qué quieres decir, Ángel? – dijo Peter
Cupido se enrojeció ante aquel comentario, pero prefiriendo ignorarlo, prosiguió:
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Érase una vez... Nosotros
Fanfiction¡Yo soy Raven Queen y voy a escribir mi propio destino, mi propio final feliz. Comienza. Ahora! Después del día del legado Apple White tendra que vivir con las consecuencias que ha provocado Raven Queen al cambiar el destino de todos. Por su parte...