Primer sacrificio

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Dexter miraba a su alrededor en completo shock, los segundos parecían eternos y lo único que cruzaba por su mente era la imagen de Raven siendo llevada inconsciente en las garras de esos horripilantes seres.

No pudo hacer nada.

Se sintió impotente, hace unas horas parecía que todo estaría bien y que podrían estar juntos y ahora todo había sido destruido. Pero que ingenuo fue.

Hunter abrazaba Ashlynn, pero aquel abrazo en lugar de sentirse protector era más bien desesperado, el chico parecía aterrorizado, y lo estaba, tan solo imaginar que también se hubieran llevado a Ashlynn... no, no podía ni pensarlo.

Ahora sólo quedaban algunos, sus números se habían reducido a pesar de haber salvado a más de uno de sus cuentos. El sentido de derrota atestó el ambiente.

Los rayos de sol traspasaban las ventanas destruidas, los cuervos habían desaparecido huyendo del peligro que representaba ahora ese lugar.

Rosabella estaba impactada, su cuerpo parecía petrificado y sólo observaba el lugar en donde había desaparecido su gran amor Daring, su corazón se derrumbaba pedazo por pedazo, estaba tan sorprendida que ni las lágrimas fueron capaces de escapar. El mundo se le derrumbó en ese instante y para siempre jamás.

Daring había elegido. Y no la eligió a ella.

Por otro lado, Darling estaba tumbada sobre el suelo completamente agotada y sin fuerzas para levantarse o pensar en lo que sucedería a continuación. Sus ojos pesaban, las fuerzas se le habían escapado, sus músculos estaban entumecidos y su piel escocia por las heridas. No hacía mucho que había regresado al mundo real, pero ese último asalto los había demolido; no sabía de dónde habían llegado los golpes, lograba defenderse de un ataque cuando otro era encestado. Fue una total y completa derrota.

Nadie hubiera imaginado la magnitud de tal poder, los chicos que se consideraban héroes habían perdido su confianza, y la vergüenza e impotencia los carcomía completos. Las chicas se sentían desesperanzadas y temían lo peor para ellos y para sus demás amigos que no habían logrado salvarse.

- Hay... tenemos que hacer algo – Susurró Darling, apenas y las palabras salieron, sentía que en cualquier momento caería rendida en el mundo de los sueños. – No... no podemos... no podemos dejar que... ganen.

- Apple... ¿ella fue quien hizo esto? – Dijo Rosabella, volteó finalmente a ver a sus compañeros, una mirada rota se reflejó en su rostro, pero trato de ocultarlo lo mejor posible. En esos momentos las prioridades eran otras, tendría que reprimir a su roto corazón y postergar el sufrimiento para otra ocasión.

El corazón de Darling se comprimió adolorido, el recordar lo que había hecho su amiga le lastimaba. ¿Por qué les había hecho esto? El recordar cómo había estado Apple durante todo ese tiempo, cómo se derrumbó en sus brazos confesándose impotente de seguir adelante, su príncipe de cuentos cambiado, Raven negándose a hacerla feliz, sus dos amigas tomando elecciones diferentes a su destino, todos los cambios inesperados en su vida... ahí fue cuando Darling lo comprendió. Apple se había roto.

- Debemos ir a salvar a Raven y a Cupido, no hay tiempo, levántense. Busquemos un camino hacia la escuela. Debemos salvarlas – Dijo desesperado Dexter, caminó por toda la biblioteca buscando y recogiendo las armas apenas usables e intactas, no miraba a nadie y simplemente se dedicaba a murmurar incoherencias.

- Es imposible – Respondió Hunter que se había levantado del suelo dejando a Ashlynn acomodada de mejor manera, dirigió sus pasos hacia su amigo y le detuvo. – No podemos ir a salvarlas... no ahora.

- ¡¿Qué estás diciendo?! ¡¿Acaso no comprendes?! Se han llevado a Raven... se la llevaron y quién sabe qué es lo que Apple hará con ella. ¡Debemos salvarlas lo antes posible! No podemos perder ni un segundo.

Érase una vez... NosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora