Después de despedirme de mi abuela, fui a coger mis cosas para ir a descargar adrenalina, la rutina que yo mismo me había creado en este tiempo de libertad. Salí a por mi coche y me dirigí al solar donde descargaría toda esa agresividad que tenía dentro de mí. Al llegar, como siempre, los saludos del resto hacia mí eran múltiples, ni siquiera daba tiempo a responder a tanta gente, y más con la resaca que llevaba encima, que el café y la conversación con mi abuela ayudaron, pero la resaca eso no la quita.
Fui hacia el saco de boxeo donde me empleaba siempre y empecé a darle puñetazos, no muy fuertes, ni siquiera me apetecía mucho, pero era necesario, y lo sabía. Una voz conocida hizo que me sobresaltara:
-Hombre Aus, ¿Qué tal anoche?
-Bastante bien -Sonreí.
-¿No habrás hecho cosas de las que debas arrepentirte, no? -Me dijo con tono sobreprotector.
-En absoluto. No me acuerdo de nada, pero si hubiera hecho algo no estaría aquí, ya lo sabes.
-Cierto. Así que estoy muy orgulloso de ti Aus, de que esto te sirva.
-Esto me sirve gracias a que te comportas como un padre conmigo, no por otra cosa.
-Ya te he dicho muchas veces que cada uno de vosotros sois como hijos para mí. No es que tú tengas un trato especial.
-Lo sé -Me aclaré la garganta. ¿Hoy hay entrenamiento de fútbol, verdad?
-Sí. A las 5, no me falles. Que por mucha resaca que tengas, ese puede ser un gran futuro Aus, no lo olvides.
-Sabes que yo no opino igual que tú. Pero mientras no sé qué hacer con mi vida.. Puedo mejorar mis habilidades ahí e intentar ser alguien en ese mundo.
-No lo digo por hacerte la pelota, si no porque lo pienso. Tú podrías ser el mejor en cualquier mundo que te propusieras, ¿Hace falta recordarte lo brillante que eras en el instituto antes de que empezaras a meterte en problemas?
-No, no hace falta. Pero los estudios no me van ya Michael. Tengo el cerebro demasiado metido en otras cosas como para centrarme en eso.
-Entonces tendrás que buscarte otra alternativa. Pero Aus, el dinero del reformatorio no dura para siempre -Me dio una palmada en la espalda y desapareció entre la multitud.
En cierto modo llevaba razón. Tenía que buscarme la vida de alguna forma, lo más pronto posible. Porque sí, podría segur ganando dinero extra vendiendo drogas.. Pero no ganaba lo suficiente, para ganar mucho en ese tema tienes que arriesgarte, y yo no podía hacerlo.
Podía tirar por el mundo del fútbol. Fama, poco trabajo y mucho dinero en poco tiempo, pero.. ¿Y si no triunfo y vuelco todas mis esperanzas ahí? Podría ser el mayor fracaso de mi vida, y eso que ya había tenido muchos. Y por el boxeo.. Nunca había tenido los cojones ni para subirme al ring que se encontraba en aquella sala, ¿Iba a hacerlo en uno de verdad? Lo dudo. Sin duda lo que mejor sonaba era lo de estudiar.. Pero a la hora de llevarlo a cabo.. No iba a poder, lo sé.
Y creo que entre estos y otros pensamientos no paré de darle puñetazos al saco y alguien me tuvo que parar:
-Aus, parecía que estabas poseído tío -Me dice otra voz conocida mientras me agarraba de los brazos.
-No.. Simplemente estaba pensando -Dije como desorientado y dándome la vuelta para ver quién me hablaba.
-Pues prefiero que no pienses cuando hables conmigo, no quiero morir aquí, sería un sitio muy deprimente -Rió.
-No, tranquilo, ¿Querías algo aparte de pararme?
-En realidad sí, quiero que esta noche te pases por esta dirección -Me entregó un papel. Y lleves suministro suficiente para.. 20 personas. Confío en ti.
-¿De todo?
-Sí, y personas bastante enganchadas a todas las substancias, te pago la mitad por adelantado -Me metió un sobre con dinero dentro por debajo de la camiseta discretamente.
-¿Sobre qué hora?
-A partir de las 8. Pero preferiblemente que a las 8 ya estés ahí.
-Perfecto, allí estaré. Bueno, me voy a duchar, esta noche nos vemos bro.
-Hasta esta noche -Me dio una palmada en la espalda.
Llegué a los vestuarios y metí aquel sobre en la bolsa que había llevado y que había depositado en uno de los bancos de madera que estaban frente a las duchas. Fui a una de ellas y dejé resbalar un poco el agua para luego enjabonarme y acto seguido aclararme. Salí y me sequé y me puse una ropa limpia que había traído de repuesto.
Al salir me despedí de todos los presentes y fui a mi coche. Hoy iría al burguer a comer, así que al pasar por la puerta, busqué un sitio en el estacionamiento que se ofrecía a un lado del local, que a la primera vuelta encontré. Me bajé para ir hacia dentro y pedirme una hamburguesa y un refresco de cola y buscarme una mesa que estuviera vacía. Había una, en la esquina, así que fui hacia allí.
Para mi sorpresa, esa mesa no estaba vacía, simplemente la chica que estaba sentada, a través de la columna no se notaba. Pero me di cuenta tarde:
-¿Austin? -Dijo la chica al notar que me sentaba en su mesa.
Levanté la cabeza y pude ver a la chica que conocí ayer, Demi:
-Hostia.. Demi.. Yo.. -Dije entrecortado.
-No te preocupes. Total estaba comiendo sola, un poco de compañía nunca viene mal -Se pasó la servilleta por sus labios y sonrió.
-Eso es cierto, ¿No vinieron tus amigas de ayer?
-Qué va, los días que tengo entrenamiento como aquí, sola, y ya me aburre un poco eso.
-¿Entrenamiento?
-Sí, voy a un equipo femenino de fútbol.
En donde entrenaba yo había un equipo femenino de fútbol, pero serían demasiadas casualidades. En cambio, opté por preguntar:
-¿Y a qué hora lo tienes?
-A las 5, ¿A qué viene tanta pregunta?
-A que creo que entrenamos en el mismo sitio.
-¿En el campo de fútbol que haya al lado del colegio que íbamos?
-Sí, ese.
-¿Me puedes llevar tú entonces? Es que ayer se me estropeó el coche y lo tuve que llevar a arreglar y tendría que ir andando.
-Te llevo yo, sin problema -Le sonreí.
En realidad no sabía si le había sonreído a ella o a ese precioso paisaje que se dejaba ver debajo de su cuello. Pero le había sonreído.
Comimos la hamburguesa entre una conversación amena, y nos dirigimos a mi coche. Puse música y mientras yo fumaba y conducía y ella cantaba todas y cada una de las canciones que sonaban, llegamos al campo.
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Mi mundo es así {Austin Mahone}
FanfictionTienes un mundo, hecho a tu antojo, y hay gente que no está dispuesta a aceptarlo e intentará cambiarte, y tú te mantendrás en tus ideas. Pero, ¿Verdaderamente nadie puede cambiarte? Nunca se sabe.