Capítulo 25

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Unas voces con tono de alegría me despertaron, abrí levemente los ojos y pude ver ante mí a Alex, Harry y Cher con una sonrisa de oreja a oreja, y después de un rato mirándonos todos en silencio, Harry decidió romper el hielo:

-Bueno chicos, ahora que estoy delante de todos, quiero pedir perdón por no haber estado muy acertado en la carrera. Pero digamos que las motos no es lo mío.. -Bajó la cabeza con algo de pena.

-No te preocupes, lo has dado todo de ti Harry, no estás en deuda con nosotros -Dije y al escuchar estas palabras esbozó una pequeña sonrisa.

-Pero ahora hay que volver a nuestras vidas y volver a estar enemistados, recordad que ambos vamos a por lo mismo Austin.

-No tenemos porqué. Lo que te voy a proponer puede ser difícil para ti, pero creo -Miré a Cher y a Austin por un momento, y al ver mis intenciones asintieron-. Que debes de formar parte de esto, unirte a nosotros.

Harry se quedó mirándonos, creo que no sabía qué responder. Sé de sobra que le estábamos poniendo en un gran compromiso, pero había cambiado completamente la mala imagen que teníamos de él, así que creo que sería una buena idea, y Alex y Cher lo apoyaban. Tragó saliva y decidió hablar:

-Pero yo ya tengo mis cosas, mis contactos.. No puedo cambiarlo todo por vosotros.

Me levanté de la cama, no sé porqué, pero lo necesitaba:

-Mira, nosotros también tenemos nuestras cosas, pero quizás te propongo algo mejor -Me miró asintiendo en señal de que continuara-. Nosotros nos apartamos de nuestra gente, tú de la tuya, y pasamos a formar los cuatro la mejor banda de esta ciudad, porque si soy sincero, esa carrera la hemos ganado para que no nos molesten a nosotros, pero no a nuestras bandas.

Los tres me miraron pensativos, en realidad llevaba razón, no dejarían en paz a nuestras bandas, nos dejarían a nosotros:

-Pero eso sí, sin rencores ni con la banda de Harry ni con la nuestra -Añadí después de una breve pausa.

Harry me miró unos instantes y me estrechó la mano, en señal de que aceptaba mi oferta, o mejor dicho, nuestra oferta. Quizás ahora estábamos en desventajas en cuanto a número, pero creo que merecería la pena, o al menos yo apostaba por esto:

-Yo ofrezco otra cosa -Dijo Alex como intentando llamar la atención de que él también estaba presente allí.

-Podemos unir a las dos, está claro que entonces seremos invencibles.

-Alex, no se soportan. Y de hecho nosotros tampoco tendríamos que soportar a este rizitos -Dije mientras le revolvía el pelo, acto al que todos rieron.

-No me toques el pelo -Dijo apartándose sin parar de reír-. Pero en cierto modo lleva razón Austin, no podemos juntarles, eso sería peor que una bomba nuclear.

-De acuerdo, pero ya avisaremos. Ahora creo que lo ideal es irnos de fiesta para celebrar esto -Dijo Alex con una sonrisa de oreja a oreja.

Los tres asentimos y salieron de la habitación para dejarme cambiarme tranquilamente. Debí de tardar demasiado en ponerme la ropa, porque Cher entró y al verme se echó a reír:

-¿Quieres que te ayude?

-¿No puede ayudarme Alex? Y aparte, se supone que no tendrías que entrar, para algo cierro la puerta -Dije mientras la fulminaba con la miraba.

-Alex y Harry no están, han ido ya para el local y me han dicho que me quede yo contigo por si pasaba algo. Y si he entrado es porque estaba oyendo ruidos raros, y era por si te había pasado algo, ¿Entonces quieres que te ayude?

Asentí sin ganas y me quitó primero la camiseta con cuidado y luego el pantalón. Después me dijo que me tumbara en la cama para que fuera más cómodo abrocharme los botones de la camisa que había elegido para ponerme, una azul marino, y así lo hice. Acto seguido me puso los pantalones y me hizo levantarme un momento para subir aquellos pantalones negros, que sin duda eran mis preferidos para las fiestas. Las supras negras con los cordones algo plateados ya pude ponérmelos yo solo. Me despeinó y me ayudó a levantarme para observarme de arriba a abajo:

-Sin duda vas guapísimo, como siempre.

-Tú también -La observé de arriba a abajo, sobre todo aquellas zonas en las que dejaba su piel y sus tatuajes al descubierto, al hacer esto noté la sangre correr por mis mejillas, y ella debió de notarlo.

-Vamos anda, que cuando lleguemos ya no va a haber nadie si nos retrasamos más.

Asentí y me cogió de la mano para llevarme hasta el coche y ayudarme a sentarme en el asiento del copiloto. Ella después fue hasta el asiento del piloto, puso la radio bastante alta y puso el coche en marcha. Al poco rato ya estábamos delante del local en el que íbamos a celebrar aquella victoria. Salió del coche una vez que lo aparcó justo al resto de coches que se encontraban allí y me ayudó a salir. La entrada estaba vacía, solo se encontraba un portero que imponía. Nos acercamos a él y nos dejó pasar sin problema.

Dentro todo era como a cualquier sitio que fuéramos, lleno de gente, que llevaba más alcohol en las venas que sangre y con las hormonas alteradísimas. Miramos todo de un lado a otro hasta mirar a Harry y a Alex junto a dos chicas, una de ellas Nicole, muy pegada a Harry, Cher se acercó a mi oído al verlos:

-¿Mejor no los molestamos, no?

-Mejor no.

Al decir esto me cogió de la mano y me llevó a donde la multitud bailaba. Al estar más o menos en el centro, se acercó a mi oído de nuevo:

-Voy a por una copa, a ti no te traigo nada que no te vendrá bien, pero ahora vengo.

Al decir esto desapareció entre la multitud y a los pocos minutos apareció con un vaso casi lleno en su mano derecha. Estuvimos bailando muy pegados, y cuando más descendía el contenido de su copa, más nos pegábamos, nuestras respiraciones cada vez eran más tensas y a la vez relajadas y acompasadas. Cuando se la acabó, la dejó en una mesa que había al lado, se acercó de nuevo y envolvió sus labios entre los míos en un acalorado y largo beso, parecía inacabable, pero tampoco quería que acabara nunca. Mientras recorría cada milímetro de su boca, había olvidado completamente a Demi y el resto de cosas que pasaban por mi cabeza. Dando un pequeño mordisco en mi labio inferior, apartó sus labios de los míos, haciendo que yo me quedara con más ganas de recorrer de nuevo su boca:

-Vamos a tu casa -Dijo sacando y enseñándome las llaves del coche.

No me dio tiempo ni de asentir, me cogió de la mano y me guió a la salida.

Mi mundo es así {Austin Mahone}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora