En todo el camino al restaurante la mano que Demi había puesto en mi pierna no la había quitado, y para colmo daba pequeños masajes, a pesar de estos detalles, no hubo conversación. Aparqué enfrente del restaurante y salimos. La abracé y ligeramente bajé de abrazarla por la cintura a hacerlo por el trozo de vestido que cubría su culo, me lanzó una mirada pícara al notarlo y me sonrió. Al llegar a recepción se encontraba un hombre de unos treinta años, con una sonrisa desbordante, deseando atendernos:
-Buenas noches, ¿A qué nombre tienen su reserva? -Dijo sin quitar aquella sonrisa de su rostro.
-Austin Mahone.
Buscó en una especie de papeles y asintió. Nos llevó a una mesa que estaba más o menos en el centro de las demás, nos sentamos y otro hombre vino a atendernos para ver qué queríamos cenar, y nos dio una carta:
-Les dejo una carta para que elijan el menú que deseen. En la comida no puedo recomendarles nada, pero respecto a la bebida les recomiendo este vino -Enseñó una botella que tenía entre sus manos-.
Demi y yo nos miramos, asentimos y nos echó un poco de vino en cada copa. Acto seguido nos pusimos a mirar la carta.
Al menos yo la leí entera y seguía sin saber qué elegir. Miré a Demi y tenía la misma cara que yo:
-¿Qué vas a elegir? -Dije esperando que tuviera una respuesta.
-Ni idea.. -Dijo pensativa.
-¿Podemos pedir una ensalada y luego un entrecot de buey? -Dije intentando aclarar sus dudas y las mías.
-Me parece una idea estupenda, pero sin postre, ese mejor en casa -Me guiñó un ojo disimuladamente.
Llamamos al camarero para decirle lo que queríamos y este lo apuntó deseándonos una buena velada. Mientras traían la comida mantuvimos una conversación entretenida, en la que salieron unos de los temas que más temía:
-Austin.. ¿Qué vas a hacer con el fichaje? -Me dijo seria.
-No tengo ni idea de lo que quiero hacer.. -Dije despeinándome un poco el pelo.
-Deberías aceptarlo..
-Puede, pero no quiero irme de aquí, estoy cómodo en este barrio ahora mismo.
-Por muy cómodo que estés Austin, te han ofrecido un contrato en el Chelsea, ¿Vas a quedarte de brazos cruzados mientras otro aprovecha esta oportunidad?
-Pero ese mundo no está hecho para mí..
-¿Y cuál está hecho para ti? ¿El de antes?
-No -Dije cabizbajo.
En este tiempo que Demi y yo pasamos juntos, conseguí la confianza con ella como para contarle en toda la mierda que estuve metido desde hace años. A pesar de saberlo todo, ella nunca dejó de apoyarme:
-¿Entonces? -Debes aceptarlo joder, no puedes arruinar tu futuro por un capricho que ya pasará.
-¿Crees que eres un capricho para mí? -Dije serio.
-No me refiero a mí, me refiero a vivir aquí.
Antes de que ella pudiera seguir hablando, trajeron la comida y con ella la conversación cesó. La comimos en silencio y luego fuimos al coche, donde el silencio todavía era más incómodo. Al llegar le ofrecí pasar, como todo buen caballero:
-No me apetece..
-Creo que nos queda el postre, no puedes rechazarlo -Puse mi mejor sonrisa y le guiñé el ojo, a lo que ella respondió riendo por lo bajo y yendo lentamente hacia dentro.
Cuando entramos ella se fue al sofá, a sentarse, con una sonrisa pícara en su rostro, pero no decía nada. Al fin pude mirarla directamente a los ojos esperando que dijera algo:
-Estoy esperando el postre y tal -Dijo jugando con un mechón de su pelo.
-Ah, sí, no tengo muchos, pero.. ¿Una copa te sirve? -Dije algo nervioso, no me esperaba ese postre en absoluto, pero siempre lograba sorprenderme.
-Claro que me sirve -Se movió algo, lo justo para dejar más a la vista aquel perfecto escote que la tela le marcaba.
Fui hacia la cocina y cogí dos vasos, en ellos puse un poco de vodka y otro poco de Sprite, y los llevé hacia la mesa que estaba enfrente del sofá. Me senté a su lado esperando una conversación, pero mientras lo hacía, di un pequeño trago a mi vaso. Ella hizo lo mismo, pero después se mojó los labios sin apartar la mirada de los míos. Sin querer, mis pensamientos se colaron en voz alta:
-¿Q-qué haces?
-¿Yo? Nada, ¿Por qué lo dices? -Su expresión se volvió más juguetona de lo que estaba, si eso era posible.
-Nada.. Imaginaciones mías.
Se acercó para darme un corto pero apasionado beso, y como esperaba más, me quedé embobado, con la boca abierta, y mirándola:
-¿Qué pasa Mahone? ¿Quieres que te entren moscas o qué? -Dijo mientras cerraba mi boca con sumo cuidado y sin dejar de comerse mis labios con la mirada.
¿A qué estaba jugando? Normalmente somos mucho más directos que todo eso, pero sea lo que sea a lo que está jugando, me gusta. Se aclaró la garganta para decir algo:
-Voy al baño, ahora vuelvo -Antes de levantarse del sofá se acercó para darme unos besos en el cuello, tras esto intenté pararla de que se fuera, pero fue imposible.
Me giré para ver como iba y aquellas curvas no paraban de moverse. No sé si era la mezcla de alcohol que llevaba o qué, pero la habitación no se movía, así que debía de ser ella. Intenté relajarme mientras volvía, pero cuando lo hizo se sentó encima de mí, y eso no es que relajara mucho.
Empezó a besarme con desesperación, aunque esa desesperación no le impidio apartarse un momento para quitarme la camiseta. Al hacer esto besaba y mordisqueaba levemente mi cuello. Al notar que mi bulto debajo del pantalón se hacía más grande, se levantó para indicarme que fuera con ella a la cama, y fui como pude, sin quitar la mirada de su culo. Se tumbó y yo me tumbé encima, y le quité el vestido despacio mientras besaba su cuello y todo lo que se podía hasta toparme con la tela del sujetador. Esta tela estaba claro que sobraba, y aunque fue difícil quitarla mientras me masajeaba el bulto por encima del pantalón, lo hice. El timbré sonó, pero nosotros seguimos a lo nuestro, no sería muy importante.
Con una de mis manos masajeé uno de sus pechos mientras el otro los mordisqueaba, el timbre volvió a sonar, pero volvimos a ignorarlo. Me quité el pantalón, aquella prenda apretaba demasiado ahora. Dejé sus pechos y entre sus suspiros, fui dando masajes lentamente hasta la tela de su tanga, pero cuando iba a acariciar lo que se encontraba debajo de ella..
ESTÁS LEYENDO
Mi mundo es así {Austin Mahone}
FanfictionTienes un mundo, hecho a tu antojo, y hay gente que no está dispuesta a aceptarlo e intentará cambiarte, y tú te mantendrás en tus ideas. Pero, ¿Verdaderamente nadie puede cambiarte? Nunca se sabe.