Capítulo 12

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Han pasado tres meses desde que Alex ingresó en la cárcel. He ido bastantes veces a verle, y a pesar de las condiciones, podría estar mucho peor, aunque bueno, ese infierno para él acababa hoy, y ya le echaba de menos por aquí. En este tiempo mi madre, mi abuela y yo nos unimos más, hasta acabar siendo una familia, podríamos decir, normal. Seguía viviendo solo, pero muchos días iba a casa de mi madre para comer con las dos y compartir un montón de cosas de esas que te hacen sonreír si se comparten en familia. Respecto a mis amigos, seguía viéndolos, pero iba de fiesta mucho menos, me había querido centrar en el mundo del fútbol, tal y como me había recomendado Michael. Respecto a las chicas, había dejado de estar con una distinta cada noche, salvo excepciones y veía a Demi mucho más habitualmente, tanto que según mi madre y mi abuela debíamos formalizar algo ya, aunque no era el momento, los dos lo sabíamos. Ella ahora empezaba la universidad y los estudios la iban a alejar. Y mi posible traspaso a un equipo de fútbol muy conocido también me iba a alejar de ella, así que lo mejor era no formalizar nada y seguir divirtiéndonos, sin sentimientos de por medio.

El despertador sonó. cogí mi móvil y lo desbloqueé para mirar si tenía algún mensaje, 2 de 2 conversaciones, así que abrí WhatsApp para contestar, el primero era del grupo de mis amigos, Calum proponiendo una fiesta esta noche, puse el teclado para contestar:

-Tío, Calum, lo siento, pero hoy quiero pasar el día con un colega.

Cerré la conversación para ir a la otra que tenía, de Demi, dándome los buenos días:

-Buenos días pequeña <3

Hacía un buen rato que no se conectaba, así que cerré WhatsApp y me fui a ducharme. Lo hice rápido porque tenía que llegar a tiempo para recoger a Alex. Me puse lo primero que vi en el armario y fui hacia el coche.

Puse música y fui relajadamente hacia la puerta donde iba a salir mi amigo. Salí del coche y me apoyé en él para esperar, mientras jugaba una partida del Candy Crush.

Pude oír un ruido que me indicaba que la puerta se estaba abriendo. Levanté la cabeza y ahí estaba él, con los mismos aires de chulo, pero con un tono de piel más blanco de Michael Jackson. Guardé el móvil en el bolsillo y fui a abrazarle. Cuando nos separamos de aquel abrazo pude hablar, a pesar de la emoción que me suponía tenerle delante de nuevo:

-¿Qué tal bro? ¿Cómo te sientes al estar en libertad después de tanto tiempo?

Soltó una carcajada, estaba nervioso:

-Supongo que mejor que nunca, o así debería ser.

El tono que utilizó para esa frase me alarmó un poco, creo que algo no me estaba contando:

-¿Pasa algo? -Dije tocándole levemente el hombro, para mostrarle de que podía contar conmigo para todo lo que necesitara.

-Austin.. ¿Sabes que todo este tiempo que he pasado aquí necesito vengarlo, verdad?

Ni siquiera había caído en que Alex podría pedirme eso, pero llevaba razón. En el fondo necesitaba vengarme aunque ya estuviera apartado de todo eso, porque si Alex no hubiera aparecido, el tiempo ahí me lo hubiera comido yo, y hubiera sido mucho más.

-Está claro.. -Dije sin saber muy bien cómo reaccionar.

-¿Y me vas a ayudar, no? -Dijo esperando una respuesta afirmativa.

-Claro -Forcé una sonrisa.

-Pero no va a ser ahora, tranquilo -Aseguró dándome una leve palmada en el pecho.

Respiré hondo, aunque no fuera gran cosa, de momento eso me tranquilizaba:

-¿Entonces cuándo? -Pregunté por curiosidad, incluso sin querer saber la respuesta.

-Ya veremos, ahora vamos a disfrutar eh bro -Me dio una palmada en la espalda, me debía de notar tenso.

Nos montamos en mi coche y opté por darle una sorpresa, ir a comer una hamburguesa, su comida favorita, supongo que las habría echado de menos después de tanto tiempo comiendo mierda. Al llegar esbozó una sonrisa de oreja a oreja:

-¿En serio vamos a comer aquí?

-Claro -Dije soltando una carcajada al ver su cara de felicidad.

-Pero.. No llevo dinero encima.

-¿Desde cuando eso es problema? Invito yo -Dije esbozando la sonrisa más grande que pude.

Me sonrío y fuimos dentro, esperamos a nuestro turno en la cola y nos pedimos unas hamburguesas bastante completas. Nos fuimos a una mesa apartada y comimos entre risas, cuando íbamos al coche, su móvil sonó.

Al acabar me explicó quién llamaba y el motivo:

-Tío.. Ya sé que debíamos pasar todo el día juntos, pero no puedo.. Mi familia quiere disfrutar de mí, y no puedo negárselo.

-No te preocupes, quedaré con Demi.

-¿Con Demi? ¿Quién es esa?

-Una amiga -Se me escapó una sonrisa que sin duda me delataba.

-Bueno, pues me tienes que presentar a esa amiga -Dijo con una mirada pícara.

-Lo haré, no te preocupes, ¿Quieres que te lleve a casa?

-Si me haces el favor..

Asentí y arranqué el coche. Entre bromas llegamos a su casa, y le dejé en la puerta. Al despedirse me hizo un gesto de que ya hablaríamos mañana y fue lo más rápido posible hacia su casa.

Cambié la ruta y fui hacia mi casa, descansaría un poco y luego le ofrecería ir de cena a Demi. Sí, ya sé que no era el más romántico del mundo, nunca lo había sido, pero ahora tenía algo más de experiencia en esa faceta.

Así lo hice, llegué, descansé un rato en el sofá, quedándome dormido con el aburrido programa que se estaba emitiendo y al despertarme cogí el móvil para mandarle un mensaje:

-Preciosa, ¿Quieres venir a cenar esta noche conmigo? Ponte guapa, aunque eso para ti con cualquier cosa te sirve.

Estaba en línea, así que en nada respondería, y mi teoría no fallaba:

-Siempre es un honor ir a una cena con un apuesto caballero como usted -Sonreí por su reacción y seguí leyendo-. ¿A las 9 te vendría bien pasarte a recogerme?

-Claro, allí estaré.

Cerré WhatsApp y fui a mirar entre la ropa que tenía, Opté por unos pantalones gastados y una camisa negra, con unas supras negras. El pelo despeinado, que era como más le gustaba.

Así me dirigí al coche para ir hacia su casa. Al llegar no me hizo falta ni salir del coche, ella ya estaba en la puerta. Me sonrió y se acercó andando mientras hacía que mi asombro por lo que llevaba puesto aumentara:

-Wow, esta noche va a ser muy larga Mahone -Eso me lo dijo en un tono suave al oído, asomándose por la ventanilla, y recalcando mi apellido, que sabía que eso era una de las cosas que más me descontrolaban, no sé porqué, sería su forma de decirlo supongo.

Pasó por delante del coche moviendo escandalosamente sus curvas y fue hacia su sitio para abrir la puerta y sentarse, poniendo la mano en mi pierna derecha, tensando un poco mi cuerpo mientras estaba a punto de arrancar el coche para ir al restaurante en el que había reservado una alejada mesa para los dos.

Estaba claro que si empezaba así, la noche iba a ser muy larga.

Mi mundo es así {Austin Mahone}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora