Capítulo 26

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Nos montamos en el coche, esta vez no me ayudó a montarme, pero pude hacerlo yo solo, creo que la fiesta me espabiló lo suficiente. El trayecto creo que para ella se hizo largo, se le notaba. Para mí no fue largo ni corto, solo un poco imcómodo por el hecho de que ninguno éramos capaces de sacar tema de conversación. Aparcó en un lado, salió del coche y esperó a que lo hiciera yo para cogerme de la mano y cuando la puerta ya estuvo abierta, llevarme directamente a la cama.

Me tumbé sin dejar de mirará en ningún momento, se sentó encima, puso cada una de sus manos a los lados de mi cabeza y juntó sus labios con los míos con desesperación. Su lengua se mezcló con la mía y el sabor de su boca era una mezcla paradisíaca de alcohol y su propio sabor. Hicimos un movimiento de tal forma que yo quedara encima de ella, separamos levemente nuestros labios y pasando mis labios por su mentón, llegué a su cuello. Al hacer eso soltó un pequeño gemido que me animó a estar más dispuesto a hacerlo. Desesperado volví a su boca, mordió suavemente mi labio superior y luego se alejó para mordisquear mi mandíbula, hasta la oreja. Volví a su boca y mientras recorrí cada milímetro de ella, me hice paso entre sus piernas, para poder sentirla más cerca. Quité con cuidado su vestido y el sujetador que llevaba, sin duda tuve que morderme los labios al tener ante mí sus pechos, gesto que hizo que volviera a juntar nuestros labios:

-Te deseo, Mahone -Dijo a milímetros de sus labios y volviéndome loco ante aquel comentario y más diciendo mi nombre.

Esto hizo que tocara su espalda, su piel estaba cálida. Sus manos estaban en mi nuca y acariciaban mis cabellos en forma de provocación. Sus manos resbalaron hacia delante y comenzaron a bajar por mi pecho, mientras nuestras bocas se unieron de nuevo. Me pegué más a ella y hundí mis labios en su garganta, donde mordisqueé aquella delicada piel, hasta llegar a su oreja.

Hicimos otro ligero movimiento y ella quedó encima, y bajo su atenta mirada quitó mi camisa, se acercó a mis labios para darles un corto beso y su boca y su lengua comenzaron a bajar por el cuello, siguiendo hasta mi pecho.

Me incorporé levemente para llevar mi boca hasta uno de sus pechos, mientras que con una mano jugaba con el otro, eso le hizo soltar un gemido que hizo que mis pantalones molestaran más de lo que ya lo hacían antes, así que me aparté un momento para quitarlos y posteriormente tumbarne encima de ella y tomar el control. Al hacer esto, se acercó un poco más a mí y comenzó a pasar su lengua por el costado de mi mandíbula, con este gesto sus piernas se envolvieron alrededor de mi cintura, haciendo que mi miembro palpitara mucho más rápido al notar aquella tela tan cerca, si era posible. Fui de nuevo a su boca y mezclé mi lengua con la suya y mordí su labio con cuidado, al hacer esto todavía se acercó más a mi erección:

-Hazlo ya, porque voy a volverme loca -Se apartó de mis labios para susurrarme esto en la oreja, entre gemidos, desprendiendo aquel cálido aliento.

Me aparté para quitar su tanga y quitar la prenda que cubría mi miembro. Estaba dispuesto a entrar en ella, pero creo que hasta borracha tenía más sentido que yo:

-Austin, falta algo -Dijo entre jadeos, su respiración estaba agitada.

Me di cuenta y me aparté para ir a buscar un preservativo, que me lo puse bajo su atenta mirada. Tras esto volvimos a juntarnos y cuando sus piernas se abrieron a mi alrededor me hundí en ella. Soltó un gran gemido y apoyó sus uñas en mi espalda, supongo que dejando algunos arañazos. Escondí mi cabeza en su cuello mientras aumentaba la velocidad de mis embestidas. Ante esto sus gemidos cada vez eran más fuertes y me hacían enloquecer más. Pero todavía faltaba un detalle para que mi cabeza se perdiera más entre aquellas cuatro paredes:

-Austin.. -Su voz jadeante solo suplicaba que diera más de mí, y así lo hice.

Sus gemidos inundaron más la habitación, y nuestras bocas se juntaron desesperadas. Recorrimos nuestras bocas hasta llegar al éxtasis, y poco después de que lo hiciera yo lo hizo ella, o eso creo, por la forma de morder su labio. A continuación de esto se apartó de mí y se tumbó a mi lado, acariciándome levemente, gesto que duró poco porque rápidamente se acercó a mi oído para susurrarme algo:

-¿Sabes Austin? Has sido el primero -Al decir esto cayó dormida.

Yo no supe cómo reaccionar, ni qué decir, ¿Había sido el primer chico con el que lo había hecho? Era imposible, su desesperación venía de que ya lo había hecho con alguien. Pero por otra parte encaja que Cameron le pusiera los cuernos..

No quise pensar más y me quedé observándola, en silencio. Su respiración se calmaba poco a poco y creo que nunca la había visto tan relajada. Siempre daba esa imagen de chica dura que estaba alerta, pero nunca imaginé que podía ser así. Y estaba claro que Demi era muy fácil de olvidar, más de lo que creía, porque Cher lo había conseguido en una simple noche, así que podría hacerlo cualquier otra.

Me recosté en la cama y mientras miraba al techo el sueño me invadió al instante, también estaba muy relajado, como si me hubiera quitado un peso de encima y hubiera olvidado todas mis preocupaciones de golpe, creo que Cher era la mejor medicina para olvidar, y no solo a Demi.

Los rayos de sol entraron por mi ventana e hicieron que abriera mis ojos levemente y viera a Cher, desnuda, a mi lado, respirando tranquilamente. Me acerqué a su cuello para darle besos y al instante se despertó, apartándose de mí:

-¿Qué hago yo aquí? -Dijo mirándome extrañada, y más al ver que ella estaba desnuda-. ¿Qué ha pasado aquí Austin?

-Digamos que te emborrachaste y te traje -Mentí.

-¿Y por qué estoy desnuda?

-Porque.. -Mi móvil sonó y me incorporé para responder.

-¿Sí? -Dije medio adormilado.

Mi mundo es así {Austin Mahone}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora