Cuando sentí el timbre levanté a abrir la puerta, y exactamente, era ella. Estaba ante mí con un unas mallas negras, cubierta por una falda escocesa, unas botas negras altas, una camisa blanca, bastante abierta que dejaba ver el sujetador y encima de la camisa llevaba una chaqueta negra, con algo de purpurina. En su rostro se podían apreciar rastros de maquillaje:
-¿Seguro que estás bien? -En su rostro mostraba preocupación.
¿Tan mal estaba? Lo dudo, debe de ser una exagerada, como casi todas las chicas.
-Claro -Esbocé una sonrisa. Pasa -Me hice a un lado para que pudiera pasar.
Se quedó mirando detenidamente todo el salón, creo que no le faltó ni un hueco por observar, y posteriormente me miró a mí:
-Es bastante más acogedor de lo que había imaginado -Dijo mientras se sentaba en el sofá.
-¿Tan desordenado parezco?
-Un poco -Soltó una risa. Oye, que no te libras eh, ¿Dónde tienes el botiquín?
-Está en el baño, pero ya voy yo a por él.
Me dirigí al baño y abrí una de las puertas del pequeño armario que se encontraba encima del lavabo, y al abrir se podía ver una pequeña caja que contenía todo lo necesario para una ocasión como esta. Volví al salón y lo dejé en la mesa. Posteriormente ella cogió todo lo que necesitaba, y me puso un trozo de algodón en los labios, que escocía un poco:
-Auch -Me quejé.
Al ver que me quejaba lo apartó para soplarme. Un aliento cálido hizo que me tranquilizara por completo, hasta que volvió a poner el algodón prácticamente en el mismo sitio:
-Joder, que como lo estabas haciendo antes no dolía -Dije haciendo gestos con las manos.
-Lo sé, pero de esa forma no te curo nada. Así que aguanta como un hombre y deja de quejarte.
Volvió a poner el algodón, esta vez apretando un poco más, supongo que para que me callara de una vez y le dejara hacer lo suyo tranquilamente. Así que escocía demasiado, pero me limité a apretar los puños lo más fuerte que podía mientras ella me siguió curando el resto de heridas que tenía en la cara.
Cuando acabamos le ofrecí una cerveza y pusimos la televisión, fútbol, que era lo que más nos gustaba. De vez en cuando me dedicaba alguna mirada, pero el silencio no se rompía, excepto para pedir faltas o reclamar alguna injusticia, pero ni siquiera hablando entre nosotros. Al final opté por ser yo el que rompiera el hielo:
-¿No crees que deberías irte a casa? Es muy tarde.
No es que me molestara su presencia, pero si se hacía más tarde se quedaría a dormir, y mañana mi abuela preguntaría cuando viniera. Y no quiero interrogatorios de ese tipo, son peor que si te retorcieran los testículos durante todo un día:
-No te preocupes, cuando acabe el partido me voy -Me dedicó una sonrisa.
-Yo lo decía porque las chicas como tú, a esas horas solas por la calle..
-¿Las chicas como yo? ¿Por qué clase de chica me tomas, Austin?
-Por ninguna, pero..
-Mejor no lo arregles. Pero te aseguro que sé defenderme sola, así que no hay problema -Me puso una mano en la pierna en señal de tranquilizarme, pero digamos que como lo hizo tan de repente, más bien me puso nervioso.
Ella no se dio cuenta de que el bulto en mi pantalón había aumentado, cosa que agradecí, pero me puse un cojín encima, por si se acababa dando cuenta, sería una situación muy incómoda. Pero ella se extrañó de que me pusiera el cojín, y aparte de decirlo con la mirada, lo hizo con palabras:
-¿Tienes frío o algo? -Me miró extrañada.
-Un poco -Dije avergonzado y dando gracias internamente por haberme puesto la excusa perfecta.
-¿Y no quieres una manta? Porque eso tapar.. No tapa mucho.
-No, gracias, así estoy bien.
Me volvió a mirar de forma extraña, pero al final optó por mirar a la televisión e irse acercando poco a poco a mí, y cuando me di cuenta la abracé, pero me parece que lo que quería no era precisamente que la abrazara. Fue acercando su boca lentamente a la mía y envolvió nuestros labios despacio, para no hacerme daño y después se separó con cuidado al ver que yo no ponía mucho entusiasmo, que en parte era por el dolor y en parte porque no me lo esperaba:
-Em.. Yo.. L-lo siento.. -Dijo entrecortada y a punto de levantarse.
-No te preocupes -Le sonreí.
Nos acercamos de nuevo y estaba a punto de besarla, cuando sonó su móvil:
-Ups, perdona -Se disculpó y se fue hacia la habitación para que no la escuchara.
No estaba atento a la conversación, seguía con la visa y la mente concentradas en el partido que podía ver a través de la televisión. Pero algo me llamó la atención, la despedida, un "hasta ahora cariño" pude oír que provenía de la habitación.
Volvió al salón y se sentó en el sofá de nuevo:
-Perdona, era un amigo.
-No pasa nada -Sonreí y volví la vista al televisor.
¿A un amigo se le dice "hasta ahora cariño"? Eso no se lo cree nadie, pero si a ella le hace ilusión, pues nada. Supongo que tampoco sabrá que he escuchado esa parte, entonces tiene que parecer creíble, pero como la discreción no es mi fuerte, me atrevía a preguntar:
-¿A un amigo se le dice "hasta ahora cariño? -Dije extrañado.
-¿Estabas escuchando?
-Para nada, estaba pendiente del partido, pero eso lo escuché. Y que ahora me vengas con que es un amigo.. No cuela.
Parece que cogió aire, para contarme algo:
-Bueno, llevas razón, es mi "novio" -Dijo haciendo las comillas con los dedos.
-¿"Novio"? -Pregunté imitando su gesto.
-Sí. Yo no le quiero, ni él me quiere a mí, pero nuestras familias quieren mantener la formalidad y son muy tradicionales, y tanto para mi familia como para la suya, los capitanes están destinados a estar juntos, nos guste o no, y es algo que tenemos que aceptar y saber apreciar.
-¿Pero tenéis vuestras relaciones aparte, aunque sea en secreto?
-No llevamos relaciones serias, pero sí líos de una noche o algo por el estilo. Así que no te tienes que sentir mal porque te haya besado o porque tú fueras a hacerlo ahora.
-¿Seguro?
-Seguro -Me dedicó una sonrisa-. Pero ahora debo irme, tenemos que dormir juntos, al menos tiene que parecer creíble toda la farsa, ya te llamaré, ¿Vale? -Se acercó para darme un corto beso en los labios, al que yo hice una mueca de dolor y se levantó del sofá para dirigirse a la puerta.
-Vale -Sonreí como pude antes de que cerrara la puerta detrás de ella.
El partido ya había acabado, pero me puse a ver el programa que emitían después, y como no era muy interesante que digamos, me quedé dormido en el sofá.
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Mi mundo es así {Austin Mahone}
FanfictionTienes un mundo, hecho a tu antojo, y hay gente que no está dispuesta a aceptarlo e intentará cambiarte, y tú te mantendrás en tus ideas. Pero, ¿Verdaderamente nadie puede cambiarte? Nunca se sabe.