Yuichiro era nuevo en el vecindario, había vivido en la ciudad de Shibuya desde que tenía memoria, pero tuvo que mudarse de barrio por decisión de sus queridos padres. Fue una suerte que siguiera asistiendo al mismo instituto, ya que no quería perder a sus amigos de toda la vida.
Mientras sus padres; Guren y Shinya, sacaban las cajas del camión de la mudanza. Yuichiro con tal de no ayudarles por vago, decidió ir saludando a los nuevos vecinos para así desaparecer un rato.
-Oye Shinya, ¿Donde ha ido bakayuu?- Preguntó con curiosidad, Shinya sabía que en realidad estaba preocupado por él nunca lo demostraba.
-No lo sé cariño, pero conociéndolo habrá ido a dar un paseo para no ayudarnos.-Río el albino.
Yuu había saludado a los vecinos de las casas de los lados, faltaba la de enfrente. Esta tenía un aspecto mucho más antiguo, como gótico. Todas las ventanas tenían las persianas bajadas prohibiendo que entrara la luz del sol, las hierbas del jardín delantero estaban altas y descuidadas, al contrario que en las otras casas. Pero las instalaciones parecían estar limpias y cuidadas. Cabe destacar que la casa es de dos plantas al igual que la suya, y que en la segunda planta poseía un balcón también cerrado sin dejar que entrara nada del mundo exterior. Parecía que la persona que vivía ahí era alguien que quería aislarse por completo, o al menos esa impresión daba. Esa casa le daba malas vibraciones. Pero aún así le causaba curiosidad quién vivía allí, así que saltó la valla del jardín y llamó a la puerta con la mano, ya que no había portero eléctrico.
Silencio.
Por más que llamaba nadie daba señales de vida. ¿Estaría abandonada? Si ese fuera el caso la habían abandonado muy recientemente o quizás el propietario estaba de viaje.
Sin pensarlo más, volvió a su nueva casa. Sus padres ya habían metido todas las cajas, solo faltaba desempaquetar.
-¿Donde has estado Yuu?- Preguntó Shinya.
-He ido a saludar a los vecinos.
-Socializa con quién sea con tal de no ayudarnos.-Bufó Guren.
Cenaron en su nueva cocina y se durmieron en unos colchones provisionales.
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Al día siguiente Yuu salió de su nuevo hogar para ir al instituto. Cuando pasaba por la casa de al lado vio a su nuevo vecino regando el jardín.
-¡Buenos días Yuu!, Que te vaya bien en el colegio.- Dijo el vecino amablemente.
-Gracias, por curiosidad, ¿Sabe quién vive en la casa que está enfrente de la mía?- Yuichiro era de esa clase de persona que no puede vivir sin quitarse la curiosidad de encima, por mínima que esa.
-Pues nadie le ha visto salir, nadie sabe quién vive allí.- Contestó preguntándose porque ese joven quería saber eso.
-Vale gracias, adiós.
-Adiós.
Mientras iba al instituto pensó en colarse en la casa para ver si había alguien, de haberlo pondría alguna excusa barata para salir de allí. Decido; después del instituto iría a la "casa misteriosa" como la había apodado.
