Yuichiro se encontraba saliendo del instituto, iba decidido a meterse en la casa ajena. Ni siquiera le dijo nada a sus amigos, a quienes les contaba todo.
Cuando ya estaba cerca de su hogar cruzó la calle dispuesto a entrar, pero antes, saltó la baja valla y tuvo la decencia de llamar por si esta vez alguien abría la puerta; cosa que no pasó.
Rodeó la casa para ver si había alguna otra entrada, y la encontró: una puerta trasera muy vieja y defectuosa.Intentó abrir la puerta pero esta se resistía, aunque con un poco de fuerza consiguió romper la cerradura. Abrió haciendo el mínimo ruido posible, pero esto era imposible por que al estar vieja y oxidada chirriaba.
Una vez dentro, observó la habitación con cuidado y silencio, aun con la poca luz que había puedo deducir que era un almacén.
Tenía miedo de que alguien apareciera de repente. Empezó a asustarse, pues en el polvoriento almacén había cosas antiquísimas: muebles de madera antiguos, candelabros, y hasta pluma y tinta en lugar de lápices.Se decidió a abrir la puerta que daba a la casa. Había un gran pasillo con muchos cuadros grandes de retratos, alfombras por todos lados, las lámparas en lugar de estar en el techo, estaban en las paredes pero no llevaban bombillas sino velas.
Parecía el típico pasadizo de las mansiones que sale en las películas.
Apesar de que la casa estaba iluminada con velas y no entraba la luz solar, estaba bien iluminada. "Será que no tiene dinero para pagar la luz" pensó Yuu intentando justificarlo. Aunque si las velas estaban encendidas significaba que había alguien en casa.
A Yuichiro le recorrió un escalofrío. Pero era extraño, no había escuchado ni un ruido salvo el que hacía él mismo.
"Seguramente será que aunque el dueño no esté en casa deja encendidas las velas para no tener que encenderlas cada vez que viene." Volvió a justificarse Yuichiro.No se atrevió a llegar al final del pasillo, pues con las velas y los retratos tenía un aspecto tenebroso, y se dirigió a segunda planta cuidadosamente.
Las escaleras eran de madera pero estaban llenas de alfombras (Como en el suelo de toda la casa).
En la segunda planta no había tantas habitaciones; solo tres.
Y entró en la que parecía ser la más grande, encontrándose de frente al balcón cerrado con la persiana bajada.
Parecía una habitación bastante amplia, tenía un espejo de cuerpo entero, muebles muy viejos al estilo gótico, más velas, más alfombras y más retratos.Hasta que el girar se encontró con algo que le dejó descompuesto: Había un cadáver en una cama de matrimonio con techo, lo peor es que estaba arropado y todo. No se movía ni parecía respirar. ¿Que clase de loco cuida a un cadáver un su casa? ¿Dónde rayos se había metido?
El cadáver era tan blanco que parecía un muñeco de porcelana, aunque no parecía que hubiera muerto hace mucho, pues tenía todo el pelo , que por cierto era un rubio precioso, y su cara estaba perfecta con unas fracciones delicadas; Sin duda era muy hermoso. Seguro que cuando estaba vivo era modelo.Por un momento se distrajo mirando las sábanas de la cama; rojas y bordadas con dorado. Parecían ser muy suaves, pero no se iba a acercar para comprobarlo.
Mientras miraba las sábanas y se perdía en sus pensamientos, escucho una voz desconocida que hizo que Yuichiro temblara de miedo.-Tú, ¿Quien eres?
Miró al emisor de esa voz y vio al supuesto "cadáver" incorporado en la cama con los ojos azules abiertos de par en par esperando una explicación.
Yuichiro se quedó boquiabierto, aún no se creía que alguien quien creía muerto hace unos minutos le estuviera hablando. Aunque su mirada sí que parecía estar muerta y vacía, le daba escalofríos. Tenía que estar soñando.
El muchacho, que parecería tener su edad, volvió a interrogar:-Contéstame ahora, ¿Quien eres?- Dijo en un tono más agresivo.
Yuichiro quedó paralizado por el miedo y la impresión, solo se quedó temblando en el sitio. Pero logró decir dos palabras.
-T-tu V-vecino- Dijo inseguro, aún creyendo que tenía alucinaciones.
-Y ¿Porque un vecino se ha colado en mi casa?- Dijo comenzando a levantarse de la cama, con una sonrrisilla traviesa se levantó con la intención de hacer algo, aunque no sabía bien el qué. Mientras el rubio en la único que pensaba era en beber su sangre. Tenía a un indefenso humano al lado suya, el mismo entró en su casa, le estaba pidiendo a gritos que lo matara. Y eso quería hacer.
Yuichiro maldijo su infinita curiosidad.
Observó su ropa, también parecía muy antigua; una camisa blanca con una especie de ¿Babero? Blanco y con una gema roja abrochada al cuello alto, un chaleco de terciopelo rojo, pantalones negros e iba descalzo.Yuichiro tenía mucho miedo, ese tío no parecía una persona nada normal. Tenía miedo de que se hubiera metido en la casa de un loco violador, por que desde luego la decoración de la casa y el aspecto de ese chico no era normal, aunque fuera hermoso, le veía algo raro.
- E-es que s-soy nuevo en el barrio, y quería saludar. Lo siento muchísimo, no volveré a entrar.- Se sentía muy intimidado.
- Eres muy pequeño, ¿Vives con tus padres?- Preguntó desafiante.
-Sí, bueno tengo que irme, estarán preocupados.- Dijo Yuichiro mientras daba torpes pasos hacia la puerta. El rubio se maldijo, si vivía con sus padres no podía matarlo, sino sería sospechoso.
-Solo una cosa, ni se te ocurra volver a entrar aquí.- Dijo el rubio mirándole a los ojos, parecía como si estuviera conteniéndose a hacer algo.
Yuichiro prácticamente salió corriendo de la habitación, por un momento pensó que no viviría para contarlo. Dejó de tensarse, pues le sorprendió que no le regañara o quisiera hablar con sus padres sobre lo sucedido. Quizás era buena persona y estaba juzgando por la apariencias. Después de todo, ¿Quién no se enfadaría si un desconocido entrara en su casa?
El rubio le siguió hasta la salida, cosa que puso a Yuu demasiado nervioso. Aún con el nerviosismo dentro, se atrevió a preguntar:
- Pareces de mi edad ¿Cuantos años tienes?- Preguntó avergonzado, pero le parecía muy buena idea tener un vecino de su edad para ser amigos.
Aunque primero tendría que conocerlo un poco para ver que no era peligroso.-Diecisiete- Dijo seriamente.
Yuichiro se sorprendió por la coincidencia y exclamó emocionado.
-¿¡Enserio!?, Yo también.-Dijo felizmente.
-Me alegro- Contestó borde.
Aunque intentaba ser simpático seguía sin entender la extraña de decoración de la casa y el raro pero hermoso aspecto del chico.
Sin pensarlo más se fue hacia su casa. Donde le recibieron sus padres preocupados por la tardanza. Él les dijo que se había quedado hablando mucho tiempo con sus amigos en la salida.Se sentaron a comer todos juntos.
-Ya hemos desempaquetado todas las cajas.- Dijo Shinya feliz.
-Sí, ya tenemos todos los muebles.-Dijo Guren.
El día transcurrió normal, hasta que a la hora de dormir, Yuu se quedó pensando en el extraño encuentro de esta mañana. Y confirmó que, sí, definitivamente era idiota: Se había colado en casa de un completo desconocido sin su permiso y se había decido a hacerse amigo de ese extraño chico, le tenía mucha curiosidad.
Y Yuichiro sin satisfacer su curiosidad no podía vivir.
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Encerrado. {MikaYuu}
FanfictionYuuichiro se cuela en la casa de su vecino y descubre que no tiene un vecino común. {Mikayuu}