Capitulo 19

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Oh, la Noche, la Noche, la Solemne Noche;
La Tierra cede bajo su caricia silenciosa, y el Cielo, ornado de diamantes, simula un templo amplio,donde los astros se rinden bajo el trono de la Deidad.

Oh, la Noche, la Noche, la Hechicera Noche; el reinado grotesco del día ha terminado,y miríadas de Elfos se acercan en calma,con sus áureas barcas desde las Costas del Sueño. Oh, la Noche amada, Alegre y Desolada, tu bravo Céfiro galopando sobre el aire, cuando alta brilla la lunaen el rociado Espacio,y la Brisa es dulce como el beso de una Dama.






Oh, la Noche, la Noche, la Encantadora Noche.
Desde la fuente a la sombra del mirto, las primeras notas de la serenataflotan suavemente en el aire soñoliento; mientras claros ojos brillan entre las vides,y blancos brazos se inclinan sobre los balcones, bañando de suspiros al Caballero que aguarda, así como la hierba ansía el abrazo de la mañana. Amor en sus Ojos, Amor en sus Suspiros, Amor en cada pecho adornado con Lirios;en palabras tan sincerasque el oído más atento no las capta,y el anhelante Corazón tal vez las Pierda. 

Oh, la Silenciosa Noche, donde los sueños de los estudiantes juntos se lamentan en la Tumba del Sabio; y los ojos de la Madre sobre la Cunaderraman lágrimas sobre la mejilla pálida. Oh, la Pacífica Noche, donde el pobre Vagabundoes atravesado en el campo de batalla, mientras llora la trompeta y el sable canta.Sobre ellos, la Solitaria y Triste luna es testigo de la matanza. Las Lágrimas fluyensobre la mejilla de Hierrodel centinela que yace solo. Pensamientos que ruedanpor su Alma intrépida;mutilando su rostro, severo en el Día.

Oh, la Sagrada Noche, donde se acerca la Memoria, con su rostro Suave y Dulce hacia mí. Pero sus melodías son Tristes, como las aéreas baladasque el infante oye sobre las maternales faldas. A tu alrededor, delicadas formas huyen, con níveas frentes y dorados cabellos, con ojos que ciegan como los Cielos de Verano,y Labios que hablan de perdidos días pasados. Amplio es tu Vuelo,Oh, Espíritu de la Noche, por valles, corrientes y arboledas, pero mayor es en la Penumbradel austero cuarto del Poeta. Allí eliges, esquiva; vagar....






























El sonido de un suspiro se escucho volar en el amplio cielo, la persona quien lo soltó miraba por el horizonte con una mirada llena de varios sentimientos: ira, odio, melancolía, tristeza y un fuerte deseo de venganza, en sus manos tenia una carta a la cual estrujo en sus manos y con fuerza arrugo el papel para posteriormente destruirla sin despegar la vista del horizonte, el cielo estaba tornándose de varios colores y en especial de color carmesí igual a ella, aquella que alguna vez considero su amiga de la infancia y que pensó que la ayudaría, mas sin embargo le dio la espalda cuando mas la necesitaba dejando que se hundiera en lo profundo de su oscuridad y ahora después de tanto tiempo finalmente se iban a encontrar.

Aunque ahora no tenia deseos de vengarse de ella, ya que tenia mejores cosas de que vengarse y su venganza no era un deseo egoísta, era el deseo egoísta de su padre y de ella, y estaba preparada para mancharse las manos de sangre de ser necesario ya que todas las cosas valiosas que alguna vez tuvo le fueron cruelmente arrebatadas a sus ojos. Escucho la voz de su compañero y preciado amigo que hizo en su segundo año de preparatoria, se giro para verlo con su poker face, la cual ocultaba parte de su verdadero yo que no le mostraba a nadie que no fuera su padre y su familia, y con una pequeña sonrisa fue donde el para regresar juntos al salon por sus cosas, ya que las clases estaban acabando.














Kaito: ¿Que tanto estabas pensando? Desaparecisteis de pronto después de la clase de gimnasia...me preocupasteis...-le dice a la chica

Harumi: gomen, no me sentía muy bien en clases...y vine al tejado a despejarme un poco...-se disculpa la chica

Kaito: ¿Segura que estas bien? ¿No crees que lo mejor seria regresar a casa?

Harumi: no quiero... Lo que menos quiero es regresar a casa esta noche...-dice con un tono apagado- ne, si no tienes nada que hacer ahorita, ¿Me acompañarías a la ciudad?-le pregunta con una sonrisa.

Kaito: ¿Uh? Claro...-dice aun sabiendo que su amiga ahorita acaba de usar una sonrisa falsa para ocultar aquella mirada de tristeza.

Lo joven sonríe complacida así como a paso seguro y decidido apresura su caminar hasta el salón de ambos para ir por sus cosas y poder olvidar un poco ese amargo día para ella. Mientras detrás de ella su amigo la miraba fijamente, así como se decía que trataría de borrar esa tristeza en el rostro de la chica, para seguir su camino detrás de ella.

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Bueno eso es todo, espero que les guste y lo disfruten.

Por Ella Te ConociDonde viven las historias. Descúbrelo ahora