13.1 Bebé.

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5 de octubre
Hospital Montero.
7:42 a.m.

Alonso, apresúrate—dije empujándolo por la espalda para que que aumentara la velocidad.

Rebecca había entrado en labor de parto hacia 20 minutos.

—Amor, tranquila—río Alonso, su sonrisa no podía ser más grande. Sujeto mis manos para que dejara de correr y me miró a la cara.

Lo mire con desesperación, no podía estar "tranquila", mi mejor amigo estaba teniendo un bebé.

—Alonso, con estas cosas no se puede estar tranquilo—conteste, sin poder evitar hacer un puchero.

Alonso negó con diversión.

—Es que no serías tú sin tus pucheros—contestó, soltando una risita. Me sujeto de los cachetes y me beso la frente.

Sonreí como una niña pequeña, Alonso me hacía sentir así, hacia mis tardes Tan bellas como cuando era una mocosa.

Ya habían pasado poco más de nueve meses de que conocí a Alonso cuando compraba mi vestido para la boda de Jos, un par de semanas después comenzamos a salir.

—Eres tan linda—me tomo de la barbilla y me puso roja—. Simplemente no sé qué hice para merecerte, soy el más afortunado de todos.

—Yo no sé qué hice para merecerte a ti—le dije y soltó un suspiro—siempre me tratas como una princesa y me haces sentir tan especial.

—No es que te trate como una princesa—dijo. Mirándome a los ojos—es que lo eres, beba.

Sonreí y me mordí los labios con pena, este chico es increíble.

—Ahora vamos, Jos debe de estar preguntándose qué se hace con el bebé después de tenerlo en los brazos—bromeó Alonzo comenzando a caminar. 

—¿no te olvidas de algo?—cuestione cruzando mis brazos sobre mi pecho. Alonso me miró—¿mi beso?.

Alonso sonrió.

—Vaya que eres una niña caprichosa—dijo y me beso la mejilla—. Pero por eso te amo.

Beso mi mejilla, mi nariz, mi frente, mis labios y por último deposito un suave beso en mi cuello.

—Ahora vamos—asentí.

Mi teléfono vibro y respondí.

"¿!Donde Mierda estas!?, !Rebecca está gritando muy fuerte!, !creo que esta muriendo!, !no sé qué hacer!... !o Dios mío!, ¿eso es una cabeza!?, creo.. creo que.."

Se escuchó un golpe.

Jos se había desmayado.

(...)

—Te traje un poco de hielo—dije dándole la bolsa y tome asiento a su lado.

—Gracias...

—Ese fue un feo golpe—le dijo Alonso sonriendo levemente.

—No puedo creer que te desmayaras—intervine antes de que pudiera mirarlo mal.

—Ni siquiera yo puedo creerlo—suspiró.

Mire A Alonso.

—Amor, podrías traerme un café, por favor—dije y el asintió saliendo por la puerta.

Hubo un leve silencio hasta que hable.

—Una vez escuche que el parto es la cosa más bella qué hay—sonreí.

—Esa persona no tuvo hijos...—respondió—no me malinterpretes solo.

—Es tu primera vez, Jos, es normal—lo interrumpí—nadie esta preparado la primera vez.

Me miró.

—Pero nadie falla tan catastróficamente como yo.

—Apuesto a que si—le golpee las costillas—no te crear Tan importante.

—Eres una tonta—dijo y me abrazo.

—Tal vez... pero esta tonta quiere ver a su sobrinito favorito!—exclamé.

—Es el único que tienes—soltó una carcajada.

—!Él no sabe eso!.

(...)

Ver a Jos con Eliot entre sus manos era Tan raro. Podía apreciar el miedo en su rostro, temía poder hacerle daño de lo pequeño que era.

Pero también era en parte felicidad. Jos reía mirando a su pequeño que le devolvía la sonrisa.

—Ser padre parece interesante—dijo Alonso—¿lo intentamos?.

Apreté con más fuerza su mando, riendo.

Acarició mis nudillos y volvió a hablar.

—No bromeó, amor.

Lo mire y me sonrió, después mire a Jos quien miraba a Eliot.

Bese lentamente a Alonso.

Se supone que el tiempo cura, ¿por qué la herida de Jos tardaba tanto en hacerlo?.





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