15.2 accidente

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11 años después.

Hacia minutos atrás que había despertado y no podía terminar de enfocar la vista, todo estaba tan brillante, Tan oscuro, Tan borroso.
La impotencia me invadió al sentirme extraña pero al tratar de moverme por inercia y dolor mi cuerpo me pidió que parase.

Dolía como Los mil demonios.

Con lo poco que me quedaba de vista recorrí la habitación, las paredes blancas, los instrumentos conectados a mi cuerpo y el inconfundible olor a medicina me hizo caer en cuenta de que estaba en un hospital.

Realmente me dolía todo.

—!Quítame las putas manos de encima!, !necesito verla! — no lo veía, no veía realmente nada pero sabía que era la voz de Jos.

Sonreí de lado.

Un escalofrío recubierto de diversión me recorrió la espalda cuando la puerta se abrió de golpe y un agitado Jos entró corriendo.

Hice mi mayor esfuerzo para mirar claramente, dolió, pero lo conseguí por unos segundos.

Jos tomó asiento en una de las sillas al
lado izquierdo de la cama.

¿Tienes idea... de que fue lo que me pasó? — pregunté. Intente moverme y nuevamente el dolor me invadió.

—¿No lo recuerdas? — me miró y negué.

—Solo recuerdo que...— achique los ojos intentando recordar —. Salí de casa, nos íbamos a reunir— sonreí—Iba por la carretera, había un camión frente mío, muchos metros adelante, e..el camión volcó y los autos comenzaron a chocar uno, tras otro, tras otro y, todo se volvió negro.

Me perdí nuevamente mirando a la nada, el accidente estaba a flor de piel, regresaba a mí con impacto y me apretaba la garganta.

—Parece... parece que si recuerdas algo — rio y extendió la mano para tomar la mía, me mordí los labios para no gemir de dolor.

—Parece que si — reí de regreso—estoy hecha Mierda, ¿verdad?.

Mire nuestras manos, Jos acariciaba mis nudillos con cuidado de no tocar las partes heridas aunque sinceramente era difícil.

—Estas hermosa —beso mi mano.

Cuando sus labios tocaron mi piel sentí los recuerdos volver como un balde de agua fría.

—¿Mi auto? —cuestione y Jos me miró con pena.

—¿Recuerdas lo dañados que quedaban aquellos autos de los videojuegos de carreras en los que siempre perdíamos? —asentí.— quedó cinco veces peor.

—Ni siquiera lo he terminado de pagar— me reí con fuerza.

—Los paramédicos me dijeron que cuando chocaste contra los autos el cinturón de seguridad se rompió y saliste disparada por la ventana, tu auto junto con otro rodaron Colina abajo —bajo la mirada mientras continuaba acariciando mis nudillos —si el cinturón no se hubiese roto... el auto te haya aplastado.

Amigos •J.C•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora