Amigos •J.C•

13.2 Noticia.

Lunes 24 de diciembre.
Casa de la familia Villalpando.
09:31 p.m.

Terminaba de preparar la mesa para la cena de navidad junto a Alonso.

Ya había acomodado los cubiertos de tres maneras diferentes sin escoger ninguna, los nervios me comían viva.

Pareciera un sueño, hacia apenas un año atrás seguía sentada en la mesa de casa de Jos junto a su familia y mi madre.

Las navidades que había tenido antes y quizás ni siquiera las que estaban por venir podrían compararse con la de esa noche.

Un año después había dejado la comida China en casa de la familia Canela para estar a punto de dar una de las noticias más importantes de mi vida. Seguía sin creerlo.

Sonó el timbre de la puerta y mis manos temblaron.

—Tranquila, amor—río Alonso quitándome los cubiertos de las manos y colocándolos en la mesa.

—¿En verdad aremos esto?—cuestione sonriendo.

—Lo haría esta y mil veces más—dijo Alonso, entrelazando nuestras ambas manos y sonriéndome de regreso—siempre que sea contigo.

El timbre volvió a sonar y los dos miramos de reojo hacia la puerta para después vernos a nosotros.

Alonso me dio un beso rápido mientras reía y corría a abrir la puerta.

(...)

Ya todos habían llegado y tomado asiento, no era la cena más grande de todas ni los demasiados invitados, solo estaban mi madre, la familia de Alonso, la familia de Jos, Alan, Bryan y Jazmín, una amiga mía.

Éramos pocos pero no podía evitar sentir emoción.

—¿Esperamos a que termine la cena?—Pregunté. Alonso y yo miramos desde la cocina a los demás, buscando el momento justo.

—Creo que será mejor hacerlo antes—sonrió sujetándome la mano.

Lo mire a los ojos y asentí.

Creí haber estado lista pero cuando me paré frente a los demás...

—Antes de cenar queríamos decir unas cuantas palabras—comenzó a decir Alonso.

Jos, Rebecca y el pequeño Eliot miraban curiosos desde el extrema contrario de la mesa.

Jos movió los labios sin hablar, "qué sucede". Evite su mirada.

—Si, si, sabemos que me amas, ahora la cena—bromeó Bryan.

—No, Bryan—respondí divertida—. No es la declaración de nuestro amor por ti, eso ya todos lo saben.

—¿Que es entonces?—Alan nos miró al igual que todos.

Comencé a acariciar el brillante anillo en mi dedo.