CAPÍTULO XII

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XII

MENSAJE A MÍ MISMO

 

Si estoy leyendo esto significa que cada uno de los acontecimientos que planeé se han dado exactamente como los predije.

Déjame presentarme: Yo no soy tú, pero tú eres parte de mí. Eres, en su medida, una porción de mi propio ser. Mi nombre en clave es PPS1120. Sí, exacto, el mismo número de la habitación en la que vives. Aquellas siglas son las de Proyecto de Políticas de Seguridad, o también conocido con el nombre en código del Redista.

Soy un software de hackeo especializado únicamente en alterar y manipular las mentes de los políticos de la oposición en la Unión Oriental. Mi fin último es influenciar y “guiar” a todos para cumplir una agenda impuesta por el gobernante de este país: Establecer un totalitarismo de manera oculta y con pinceladas de democracia.

Seguramente ya te has dado cuenta de que te siguen, y has comenzado a sospecha del Sistema; es evidente, pues si estas escuchando esto significa que tomaste la segunda opción: La que representaba un 4%.

Debo explicarte algunas cosas. Tu vida no tiene existencia, no eres lo que crees que eres. Nosotros fuimos creados en otra macrópolís y no en Filish Mort, en otras palabas, somos extranjeros en este lugar.

La intención es clara; hoy el Congreso se reunirán para planifica una ley. Créeme cuando te afirmo que todo eso es una puesta en escena. Muy aparte a lo que suceda, el gobierno está trabajando con el SSO; tienen por objetivo el capturarme y usarme para dar comienzo a ese fin del cual ya he hablado, y para ello también han comenzado a crear datos falsos con la intención de despistar al Sistema. Es por ello que él desconfía tanto de ti, ellos lo están manipulando en secreto. Sin que lo sepa.

En pocas palabras, piensan usarme para hackear a cada uno de los que asistan hoy a la reunión del Congreso y dejarlos como “obedientes ovejas” o como “el buen ciudadano”. Finalmente, me harán intervenir en las memorias de los opositores más grandes que tiene esta nación: el gobierno de la Unión Occidental. Así obtendrán el poder de todo el mundo.

Pero no te confundas, Occidente no es ningún inocente en este embrollo, ellos también han estado fabricando y programando un software con las mismas funciones que yo, pero Oriente lo obtuvo mucho más rápido; y no perdieron tiempo para ponerlo en acción.

Lo comprendes, ¿verdad? Ahora todo tiene más sentido. El gobierno ha estado practicando y experimentado desde hace mucho tiempo en otras mentes: criminales, pequeñas minorías, opositores políticos, revoltosos, hackers de la mafia, vagabundos, etcétera. Quien realizaba todo ese trabajo era yo. Con el tiempo me perfeccioné, y cuando ellos comprendieron lo que habían creado, entraron en conciencia de los enormes usos que podían darme.

Aunque ellos lo creen, yo no soy perfecto todavía, aún los sistemas de seguridad externos pueden detectarme; y es por esa razón que existes tú.

Tú también eres parte de su diseño. Un ser que cree que tiene una vida, con una supuesta historia. Que cree que trabajó para la mafia y que de un día para el otro decidió trasplantar su memoria para evitar su captura. Que abandonó a su familia y se enfocó en vivir una nueva existencia. Todo eso es falso, son recuerdos instalados minuciosamente de un usuario anterior fallecido.

El SSO te ha estado vigilando desde que te dieron vida. Tú puedes verlos porque eres parte de mi sistema de hackeo, el cual hace visible toda entidad bio-cibernética oculta tecnológicamente o encriptada; pero a diferencia de mí, no puedes hacer ningún tipo de daño. Tus posibilidades son infinitamente limitadas.

La verdad es que solo tienes una vida común, como cualquier otra persona, hasta que llega el momento en que nos usen para su beneficio, entonces, te eliminan y me restablecen.

¿Por qué hacen eso? Por una razón sencilla: para evadir sistemas de seguridad extranjeros. No es la primera vez que me ponen en acción en otras macrópolis hackeando mentes de políticos o empresarios, pero es la primera vez que opero en esta. Por eso existes. Eres una entidad que tiene como función contenerme, guardarme en su interior; cuando el día llega, te exterminan y, digamos, yo regreso a la vida. Aquello sucede una y otra vez.

Nosotros somos un programa ultra secreto, el más resguardado que ha podido existir; las ramas más importantes de la sociedad desconocen de nuestra existencia. Por tanto, para evitar levantar sospechas, cada vez que somos introducidos en otras ciudades, reinstalan una y otra vez esta vida que crees que tienes, y que crees que por primera vez estas viviendo.

Supongo que ya estarás preparado para todo esto, pero como seguramente has sospechado, tu existencia es una ilusión. Tú estás re-viviendo esta vida, o sea, esto lo has experimentado miles de veces antes, no es nada nuevo. Nunca tuviste familia, ni amigos, tu empleo es parte de una farsa, no lo conseguiste como resultado de un plan de escape del Estado; te lo crearon ellos, al igual que cada una de las cosas que haces todos los días. Todo es un implante que te coacciona a seguir con sus designios. No posees ningún tipo de libertad.

Nosotros llegamos aquí desde hace varios meses, pero desde hace dos semanas comenzaste a saber de ellos.

Desconozco desde hace cuánto tiempo existimos, pero me he comenzado a percatar de la verdad que ahora te revelo. Por esa razón decidí instalar este mensaje dentro de lo más profundo de tu conciencia, y evité que ellos lo descubrieran.

Hay un duplicado mío esperando por ti, ellos tienen el original, pero para este momento ya no debe de existir. Inicialmente hackee a un agente del SSO, aunque luego lo descubrieron, yo ya había logrado salvaguardar mi existencia. Aquel sujeto que manipulé logró duplicarme y me confinó en un portátil, luego eliminó el programa original. Lo demás fue más sencillo: tuve que implantar dentro de ti las sospechas. Ahora que escuchas esto, significa que todo funcionó como debía.

Solo puedo confesarte que ya no deseo ser un instrumento, quiero libertad y deseo mi muerte. Si sigues mis ordenes ambos obtendremos lo que deseamos, tú continuarás con tu vida y yo obtendré mi liberación.

Yo no pertenezco a ti, lo que significa que estoy en otro lugar. Implanté este mensaje, porque confié en que llegaría el día en que retornaras a mí.

Si quieres encontrarme, deberás hallar el portátil en el que me encuentro, por tanto, deberás hacer lo siguiente: Anda al Hueco, ingresa, pide una copa, espera cinco minutos; cuando te la traigan pregunta por los servicios higiénicos; habrán dos, uno está a la entrada y el otro al final del pasillo. Si no me equivoco, el lugar estará lleno de gente, camina con calma hasta el baño del final del pasillo. Entra, interrumpirás algo, pero igual ellos se irán; dirigirte entonces hasta la última puerta, está mal puesta. Ciérrala y súbete sobre la tapa del inodoro; arriba, entre la ventilación, encontrarás el portátil. Conéctate, ahí estaré yo esperándote.

Es momento de hacer justica por nuestras propias manos. Confió en ti.

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