Incubó

Capítulo #1

Ser el rey del infierno es un trabajo difícil, atormentar inocentes, torturar pecadores y luchar guerras contra el cielo se vuelve agotador.

El encargado de gobernar aquel lugar lúgubre era Nash Gold un excéntrico rubio de mal carácter, definitivamente una criatura malvada con alas negras que se sentaba en su trono viendo al mundo arder. Su principal enemigo resultaba ser el general del ejército perteneciente al cielo Akashi Seijuro y claro la tropa de la vorpal swords, quienes le generaba grandes dolores de cabeza.
Prexistían en una guerra que no acababa nunca y no era sencillo crear estrategias de contraataque contra los ángeles y eliminarlos uno a uno, lo único divertido era matarlos.

Esos seres celestiales que tanto odiaba eran muy fuertes y para su desgracia la mayoría de las veces terminaba perdiendo contra el bien, pero el mago se convencía que al final ganaría la guerra... Un día conquistaría el cielo, mataría a toda esa escoria angelical y sería el rey de ambos mundos.
Traería el apocalipsis al planeta tierra, tendría al fin todo el poder que se merecía por derecho.

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Dejando sus pensamientos ambiciosos atrás, escuchó que unos comerciantes extranjeros traían un pequeño demonio arrastrado, podía advertir que se trataba de un demonio sexual a metros por su aroma exquisito o por su vestuario bastante atrevido revelando sus curvas, el gran collar en su cuello y sus cadenas que parecían pesar demasiado.

Era diferente a todos los demonios horripilantes del infierno dado este era bonito, exótico por sus alas negras parecidas a los de los ángeles y en realidad lucia más como un querubín. Tenía un aura inocente a pensar de su naturaleza y todos lo miraban tal si fuera un manjar de los dioses, su piel de porcelana era tan tersa digna de ser acariciada, sus hebras finas de color celeste igual al cielo resultaban atractivas y su porte adorable, estoico como un misterio sin resolver.

- Señor venimos de muy lejos a vender esta hermosa joya, es incubo del planeta tierra. A pesar de que moría de hambre y está muy delgado por no tener un alfa, funciona perfectamente, ya lo probamos puede aguantar hasta cuatro horas o más teniendo relaciones sexuales intensas y rudas, es el mejor dando placer, puedes encadenarlo como tu esclavo pero no debes quitarle el collar porque si lo haces es capaz de dominarte ¿Estas interesado? Sabes que su precio es muy caro, debes entender que es una raza extinta y tú mismo has matado a casi todos, pero este está controlado por un dispositivo así que no es peligroso.

Pocos humanos odian y aman al mismo tiempo para convertirse en uno de esos demonios luego de morir.
Son nacidos de los crímenes violentos y pasionales o la venganza además eran los más buscados en los bajos mundos porque proporcionaban un placer infinito a quienes tenían el deleite de tenerlos y eran extremadamente peligrosos, podían ser usados como armas porque eran capaces de manipular a los demonios fácilmente, mataban de una forma erótica y eran seductores natos.

Estaban extintos precisamente por sus grandes poderes y destrezas físicas, los mataban porque sentían miedo de su poder.

El mago ansioso bajo de su trono con la intención de verle más de cerca, aunque este se ocultaba la cara, como si tuviese miedo de su sola presencia, seguramente sentía en sus entrañas la vibra alfa.
Los demonios generalmente pueden sentir el orden de la jerarquía o el pecado de la lujuria que yace en ellos. Los íncubos sienten el deseo porque ese es su alimento después de todo, es como cuando tienes mucha hambre y hueles el delicioso olor a exquisitez en el aire, el apetito pide desesperado por el alimento sustancial.

Agarro su rostro apretándolo, bajo su mano para tocar su cuerpo- He buscado este incubo en particular, uno que tuviese el cabello celeste y cuerpo delicado, mirada atrevida, cintura y caderas definidas, muslos como el chocolate blanco. ¿Así que resiste bastante?

-Todo el día si es preciso, él se alienta del sexo si no tiene la sangre de un alfa pero tu puedes marcarlo asi siempre sera tuyo

-Me interesa tener un amante, hace mucho no tengo algo de diversión. No importa el precio, lo comprare - dijo dándoles el dinero. Luego se volvió hacia sus sirvientes -Quiero que lo bañen y lo arreglen, luego lo traen a mi habitación

Nash sonrió lamiéndose los labios, listo para devorar al pobre esclavo como si fuera su postre.