El incubo fue llevado a través del castillo de fuego y lava; las llamas cubrían todo sin quemarlo, la arquitectura era bastante extraña con gráficos detallados de la historia trágica de la humanidad como un suceso triunfante para el malvado soberano inmortal.
Tetsuya fue vestido de la misma manera que una concubina, su cabello largo de un tono celeste llegaba a la cintura, sus ojos curiosamente tímidos se deslizaron por doquier admirando la decoración y era silencioso como un pequeño fantasma.
El mago lo invito a sus aposentos reales y con precaución el peli celeste se sentó en uno de los sillones grandes con picos enormes en las orillas. Kuroko nunca había estado en un lugar lleno de lujos como un castillo, tampoco tan cerca de un poderoso hombre como el rey Gold.
Escuchó hablar poco de esa criatura sedienta de muerte sin embargo tenía la certeza que era sádico, maldad pura y tenía tanto miedo que su cuerpo temblaba incontrolablemente.¿Cómo no temer cuando un sátiro es dueño de tu vida y tu cuerpo?
Nash le ofreció una bebida claro que los íncubos pueden comer o beber, pero eso no los alimenta, no es parte de su necesidad primordial. Luego el rubio se puso de cuclillas para estar enfrente del niño, tocando los cabellos celestes jalándolos un poco y su mano se arrastró acariciando su muslo mientras decía —Cuéntame sobre ti, incubo.
El chico se removió inquieto, nervioso ante la presencia fuerte del rey, el cual trasmitía una lujuria asfixiante.
—Si su majestad— tatareo— Hace algunos años desperté en un lugar oscuro sin recordar nada y tenía mucha hambre, mis colmillos salieron y no había nadie que me controlara, mordí a una persona como si fuese un vampiro, cuando me di cuenta había sangre por doquier, me sentí asustado e intenté esconderme y luchar contra mis instintos, pero volvió a pasar y no puede evitar convertirme en un monstruo...Me di cuenta de que podía sentir el deseo de las personas y era capaz de beber esa lujuria, tenía un apetito que nunca acababa. Preferí atacar a las personas malvadas, centrarme en los malhechores con deseos insanos, fue allí donde me encontraron esos demonios y me esclavizaron.
El demonio analizo viendo que era un novato — No sabes nada sobre los demonios sexuales, aunque eres uno de ellos. Me imagino ningún ser te ha instruido sobre tu naturaleza; esos hombres únicamente te obligaron a fornicar con restricciones, pero no te enseñaron apropiadamente a desarrollar tus habilidades, debieron tener miedo de ti, un omega que domina alfas es un arma imparable.
—No tengo tanta información sobre los de mi especie únicamente que me usaban como juguete por lo que soy... Sé que fui un humano que odio tanto hasta convertirse en un demonio después de su muerte y ahora constantemente tengo hambre, nunca estoy satisfecho ¿Puede ese ser mi castigo por el pasado? ¿El karma? ¿Qué cosa tan mala hice? ¿El amor fue mi pecado o el odio fruto de ese amor? — se preguntó la peli celeste sin sentirse intimidado por hablar tan informalmente a un rey psicótico si bien siempre había sido directo, decía lo que pensaba.
Aquellos demonios comerciantes le habían enseñado que un buen omega no debe responder sin permiso o tan libremente, debe bajar la mirada y obedecer órdenes pero nunca fue bueno siendo sumiso de hecho tuvo que ser electrocutado muchas veces por su rebeldía.
Si Nash fuera tan salvaje como sus anteriores dueños, ya habría sido golpeado brutalmente.
El hombre no le afecto que el niño fuese un omega poco típico y le instruyo—Soy un alfa, puedo satisfacer por completo todas tus necesidades, nunca tendrás hambre si te quedas conmigo.
El mago conocía sobre estos revoltosos íncubos, sabía que eran como paracitos sedientos del deseo infinito que yace en el corazón de los hombres.
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Incubó
RomanceKuroko es un demonio sexual que se alimenta del deseo de los humanos y demonios. Es sirviente del rey del infierno Nash Gold Jr, quien lo mantiene en sus aposentos reales como su amante. Kuroko sobrevive en el infierno hasta que la guerra explota y...