El rey de aquel espeluznante lugar tormentoso fruncía el ceño, mordía sus labios con frustración, destilaba fuego ante el arranque de ira que arrastraba el alma a la agonía y desesperación.La sombra sabia cuando estaba enfadado porque se desquitaba con su cuerpo siendo bastante rudo, un brutal amante despiadado y abusivo incluso los moretones llegaban a notarse a leguas o terminaba medio renco después del acto, a veces incluso no podía levantarse de la cama; el dolor era una tortura así que trataba de soportar todo lo que podía aquel sometimiento atroz, la manera brusca y sin una pizca de consideración era propia del espécimen más fuerte.
No le importaba el dolor porque lo canalizaba en alimento, lo que le molestaba era la manera que lo hacía como si quisiera destruirle o lastimarle.
Tal si no lo amara.
Ser amante del rey era un trabajo complicado, dependía del estado de humor, si estaba feliz era amable no obstante cuando se enojaba resultaba fatal por ende procuraba mantenerlo contento así le trataba bien, le daría recompensas satisfactorias.
Dejando esos pensamientos el rey se encontraba lleno de ira porque envió un ejército comandado por el general Makoto Hanamiya a resguardar un área del infierno sin embargo este no cumplió con su trabajo y fueron atacados por el enemigo. Los planes del mago eran estrictos, ningún de sus soldados podían fallar; si acaso un solo individuo se negaba o fallaba sus órdenes entonces acabaría con su vida.
Uno de los guardias indicó—Makoto es acusado de no cumplir con las normas y emborracharse, por su culpa los ángeles atacaron a los desprevenidos del área Akar41, gran cantidad de demonios murieron por su negligencia.
Nash no permitía tal rebeldía — Traigan al acusado
El general desobediente entro esposado, gritando miles de malas palabras y retorciéndose como un animal rabioso— Déjenme, idiotas.
—Así que desobedeciste mis órdenes, deberías saber qué pasa cuando alguien no cumple con mis reglas— indico molesto, claro que todos sabían las normas del régimen y que debían obedecer porque los castigos no eran un juego de niños.
—Eran estúpidos tus mandatos— gimoteo el malcriado.
El rey oscuro camino pensando como castigarlo, era necesario infundir terror igualmente si alguien se equivocaba debía ser suprimido de inmediato— Generalmente hay un código para eliminar demonios como tú.
—¿Pelear contra un oponente? Le ganaría a cualquiera, me encanta matar; no sería un castigo si lo disfruto— dijo arrogante, era verdad este sujeto resultaba un psicópata que sentía placer en la tortura.
—En el mejor de los casos... Hoy tendré compasión de ti únicamente porque no quiero ver tu cara espantosa nunca más así que tendrás un maravilloso final, aunque no lo merezcas— dijo el mago con una sonrisa malévola
—¿Qué vas a hacerme? Soy un demonio poderoso y nadie puede venderme, he enfrentado enemigos inmortales, ejércitos enteros y no le temo al dolor o a la tortura— comenzó a burlarse, mala idea hacerlo enfrente del soberano.
Los guardias que lo resguardaban se rieron— Va a usar el arma secreta, los demonios desobedientes son derrotados fácilmente por la joya azul de la corona.
—Ni el sufrimiento más insoportable puede en mi contra, soy invencible— se carcajeo como si nadie pudiese ganarle, que equivocado estaba el pobre sujeto.
Nash siendo pícaro ordeno —Llamen a Tetsuya
Uno de los sirvientes contesto—Debe estar esperándolo en sus aposentos, señor. Le diste una orden de esperarte desnudo en el baño de lava.
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Incubó
RomanceKuroko es un demonio sexual que se alimenta del deseo de los humanos y demonios. Es sirviente del rey del infierno Nash Gold Jr, quien lo mantiene en sus aposentos reales como su amante. Kuroko sobrevive en el infierno hasta que la guerra explota y...