Capítulo #8

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Kuroko apenas podía caminar, no había dormido en toda la noche por estar cumpliendo sus labores libidinosas con su ardiente señor del inframundo, a él no le importaba su dolor mientras tuviese el placer intenso y agregando el hecho de que resultaba más activo en tiempos de guerra o más bien antes de marcharse y dejarle abandonado.

Efectivamente esos días resultaban los peores, el mago se marchaba por días sin alimentarlo luego llegaba únicamente a utilizar su cuerpo, liberando la tensión en su fragilidad y era rudo, más rudo que antes; sus moretones eran la evidencia ideal de aquel arrebato de ímpetu.

El incubo se sentía como una mera cosa que se utiliza y se deja cuando ya no es requerida ¿Qué tipo de vida es esa?

A veces envidiaba a los ángeles y a los humanos porque ellos podían sentir amor, podían sentirse amados como seres importantes sin embargo como incubo lo único que tenía era la bomba de lujuria violenta de Nash, las atenciones y detalles se iban perdiendo por su obsesión por conquistar el planeta tierra.

Mendigaba un poco de amor, Nash solo le daba sexo, trato de vivir de migajas, pero no era suficiente.... Quería más que una relación basada en la pasión segadora, al principio se sintió satisfecho por recibir aquellas atenciones que nadie había tenido con el no obstante a medida pasaba el tiempo el mago parecía únicamente interesarle su tonto dominio mundial y el exterminio del cielo.

Ya no tenía tiempo para hablar o pasar tiempo juntos, se sentía tan solo incluso lleno de demonios dispuestos hacer cualquier cosa por él.

Era únicamente una fantasía ¿Es una tontería que un demonio desee sentir algo más allá del odio? ¿Es un deseo que va en contra de la naturaleza?

Resultaba una dulce utopía el anhelo de aquel sentimiento.

El pelicesleste entro a la bañera limpiando su piel contaminada por el pecado si bien sintió el cuerpo grande y musculoso detrás suyo, pegarlo al vidrio de uno de los baños de la alcoba; era obvio el rey quería más por la manera que lamia su oreja o deslizaba su mano por su delicadeza, lo alzo como acomodándole y aplastándolo.

Kuroko lo detuvo, volviéndose mirando sus ojos verdes y tocando su pecho caliente con el fin de alejarlo— Hace mucho que no hablamos, ya no tienes tiempo para mí.

—Estoy todas las noches contigo, devorándote — se quejó el rubio.

—Ese tiempo es el que pago por mi alimento, dijiste atenderías mis necesidades, pero me siento abandonado— dijo enfadado porque ese tiempo respectivo exclusivamente era para fornicar frenéticamente sin detenerse.

—Entonces te traeré demonios para que estén contigo y así no sentirás el peso de la soledad cuando me encuentre lejos— dijo Nash tranquilamente, besando su cuello y mordiéndole.

Kuroko con dolor le expresó enfadado—No quiero otros demonios, te quiero a ti. Dices que soy la joya más valiosa de la corona, pero no te importo en lo más mínimo, exclusivamente soy un hueco donde desahogas tus frustraciones, un maldito cuerpo el cual puedes haces lo que quieras incluso dejarías que todos los demonios me tengan en su cama. ¿Para qué me tienes entonces? Si no quieres estar a mi lado.

—Yo te tengo para placer Tetsuya, olvidas que los demonios no sentimos amor. Puedo tener miles de esclavos, miles de concubinas o consortes, si bien te quiero a ti nada mas ¿No es suficiente para ti? Satisfaces mis necesidades completamente, eres el al único que le presento toda mi atención tal si fueras el centro de mí universo o un objeto de adoración y soy fiel a ti, aunque la idea de la monogamia nunca ha sido prioridad en mi vida, eres con quien quiero estar todas las noches, mañanas y tardes, te tengo en mi mente igual a una obsesión desgarradora— le susurro arrastrándole al abismo oscuro de la desolación.

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