esoteric ✧ lrh (daddy kink)

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Capítulo dedicado a jxfreisi que fue un amor de persona al ponerle una canción a la novela.

Luke me había traído de vuelta al restaurante de comida italiana al terminar la escuela. Me preguntó cómo me sentía y si aún me seguía doliendo la mejilla a lo que con mentiras pude convencerlo de que el dolor había bajado un poco—una enorme y gorda mentira porque ahora me punzaba— por lo tanto me creyó. Había ordenado por los dos y eso no me molestaba para nada, parecía contento de poder servirme y hacerme sonreír antes de que fuese a bombardearlo con mis estupidas preguntas.

—Luke— le miré obteniendo sus orbes sobre mi—. No te he preguntado esto pero tengo curiosidad

—dime, linda— enarcó ambas cejas en espera de mi curiosidad

Allá voy.

—¿Tienes novia o esposa?— ladeé

Dios, soy una tonta. Ahora arruiné por completo la comida. Si pudiera golpearme de verdad lo haría. Pintó una pequeña sonrisa socarrona aclarándose la garganta antes de contestarme.

—estuve a punto de contraer nupcias hace cinco años si a eso te refieres, pero no lo hice

—¿Por que?

Ahí iba yo a comer más de lo que podía.

—no la amaba

—¿entonces no has follado desde hace cinco años?— escandalicé

—¡Abby!— reprendió con los ojos abiertos como platos y las mejillas completamente rojas—. Ese vocabulario

—Luke, todo el mundo usa esas palabras

Negó un par de veces tomando una profunda bocanada de aire. Existía la posibilidad de que en verdad le estresara que dijera malas palabras, pero no podía detenerlas, eran impulsos que me recorrían el cuerpo y que al final no podía evitar, tenían que salir o algo en mi explotaría.

—pero no, no he tenido relaciones sexuales desde hace cinco años

Asentí pensando en lo siguiente más lógico que haría un hombre de su edad enfrentándose a la soledad y a abstinencia por un largo periodo de tiempo, y solo tuve una opción que me hacía sentido.

—¿entonces te masturbas?— me pasé los cabellos detrás de las orejas bebiendo de mi soda

—eres una señorita, por Dios— rebuznó con los dedos sobre el puente de la nariz—. Debes dejar de expresarte así

—lo hacen los chicos de mi edad, todos hablando de sus pollas y la manera de estrujarselas— me reí de mi comentario echando la espalda hacia atrás recargándome en el asiento

Palideció de la nada, sus ojos se abrieron de sorpresa y los labios se le secaron. Mi comentario debió haberlo alterado de alguna manera.

—no se que responderte ante eso— alzó los hombros rindiéndose ante mi comportamiento de mujer de barrio

Golpeé la mesa con ambas manos sobresaltando con mi euforia. Lo miré de cerca, desde la barba que se esforzaba en conservar hasta los cabellos peinados vagamente hacia atrás.

Un hombre caliente sin lugar a dudas.

Espera ¿Que?

—¿te parece si te llevo a tomar un poco de aire fresco?— ofreció dejando un billete sobre la bandeja de la propina—. Vamos a caminar una rato, cielo

—claro, me ayudaría.