Soy Uchiha [ Naruto Fanfic]

S.T. [6]: ¡Incógnitas!

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Hace 3 años

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Valle del Fin.

El sonido de la cascada era lo único que se escuchaba en el inmenso Valle perteneciente a la nación del Fuego. Un lugar que día atrás auspiciaba una pelea entre dos genin que rivalizaban mucho, uno tratando de detener al otro sin éxito alguno. Y hoy, el mismo Valle presenciaba el surgimiento de un persona nueva.

La pequeña niña de trece años abrió sus ojos asustada y respirando agitadamente.

— ¿Dónde estoy?.

Un hombre mayor pelinegro se le acercó y se acuncliyó para quedar a su altura.

— Tranquila, estás bien.

— ¿Quién... eres? — lo miró pero su mente se sentía confusa y en blanco.— Espera, ¿quién soy? ¿cuál es mi nombre...? ¡no recuerdo nada! — se agarró la cabeza desesperadamente.

— Shh, estás bien.— el hombre agarró los brazos de la niña para tranquilizarla, se fijó en las lágrimas que salían de sus ojos.— Que suerte que te encontré antes de que murieras.

— ¿Te c-conozco?. — titubeó.

— Soy Itachi. — sonrió con amabilidad.

La niña calmó su respiración y se secó las lágrimas, hizo el mayor esfuerzo de tratar de recordar algo pero su mente seguía bloqueada.

— ¿Porqué... porqué no tengo memoria?.

— Mírame.— acotó la orden viendo fijamente a aquellos fríos ojos de color rojo adornados por tres aspas.

Su pupila se dilató y quedó en un trance por varios segundos. Su mente pasó de estar blanca a comenzar a llenarse de imágenes derrumbando la pared que la bloqueaba.

— Mi nombre es Uchiha Hitomi.— relató casi como si fuese un robot.— Tu me adoptaste como tu hermana por que quedé huérfana con la muerte de mi hermano, somos los últimos del clan  y formamos parte de Akatsuki. 

Él asintió seriamente, lo estaba logrando.

— Me caí al Valle en el último trabajo que nos dieron y por eso había olvidado todo... tu me salvaste.

— Ya recordaste, que bueno.— Itachi pestañeó y con ello la niña salió de su estado de hipnosis.— Levántate, debemos volver. 

Ella se puso de pie torpemente, después estiró sus brazos y miró a todos lados con familiaridad, como si nunca hubiese estado desesperada por su falta de memoria.

— Itachi... — él se sorprendió, lo llamó con tanto cariño que lo dejó perplejo.— Gracias por salvarme.

"Está hecho, ya no hay vuelta atrás."