Especial de Navidad: ¡El verdadero encuentro!

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Corre, corre, ¡corre!

— ¡Ay! — la pequeña azabache soltó un chillido al tropezar con la rama de un árbol. Se raspó la nariz y las rodillas por no haberse ayudado con las manos, ella no quería soltar la leña que había conseguido. 

Con lágrimas en los ojos por el dolor se levantó lentamente y se limpió la nieve de la ropa. Un rugido la alarmó y siguió corriendo muy rápido por el bosque. El camino se le hacía borroso por el llanto y cuando no se dio cuenta, el oso que la estaba persiguiendo apareció delante de ella provocando que suelte un grito del susto.

Kanna empezó a retroceder lentamente ante la mirada rabiosa del animal, no sabía qué hacer, solo era una niña de cuatro años por el bosque ¿dónde se supone que estaba su tutor?.

— A-a-yuda... — susurró a la nada. El oso se abalanzó hacia su pequeño cuerpo y ella solo cerró los ojos esperando lo peor.

Un segundo, dos segundos, tres segundos y no pasó nada. Abrió los ojos lentamente encontrándose con el animal viendo fijamente hacia un lado, ella dirigió su mirada hacia allí.

Sorprendida quedó al ver a un niño rubio de ojos azules de su misma edad, con una bufanda naranja vieja y unos googles que le quedaban muy grande, sosteniendo varias piedras en su mano.

— ¡Monstruo feo, aléjate de ella! — gritó lanzando una  piedra al animal que gruñó. El pequeño siguió lanzando más piedras y la azabache optó por correr hacia él y jalaralo de la manga de su abrigo para huir. Al niño se le habían acabado las piedras.— Espera, espera, puedo detenerlo.

Kanna  volteó a verlo confuso, el niño hizo un sello y gritó: ¡Kage bunshin no jutsu!. Kanna lo miró con una gotita en su frente. En el piso, había un pequeño pero muy diminuto y sin extremidades clon del rubio.

— Idiota...— murmuró.  Volvió a jalarlo cuando el animal se acercaba más a ellos. La fatiga del cansancio llegaba por correr en un lugar tan pesado como lo es la nieve y sus pequeños piecesitos se enterraban en ella. Se encontraron con un muro de roca  muy grande y el pequeño rubio se puso delante de ella para intentar protegerla.

Sin embargo, él también estaba aterrado así que cuando el animal corrió directamente hacia ellos, ambos cerraron los ojos con miedo.

Un golpe y luego el sonido de un cuerpo cayéndose al suelo hizo que separaran los párpados. Kanna se alegró muchísimo al ver quién los había salvado, así que con lágrimas y soltando al fin la leña corrió hacia su salvador.

— ¡Shisui nii-chan! — lloró aún más cuando éste la atrapó en sus brazos. El joven soltó un suspiro de alivio al verla bien, sana y salva.

— Ya, ya, tranquila. El oso está noqueado, ya no te molestará.— le sobó la cabeza pero ella aún lloraba aferrándose más a él.— Ya pasó pequeña, no  vuelvas al bosque sola, te dije que yo conseguiría la leña.

— Y-yo... y-yo quería a-yudarte...— gimoteó  y Shisui rió.

— Puedes ayudarme decorando el árbol, recolectar la leña es mi trabajo. — le dio un beso en la frente y la dejó en el suelo.— ¿Te lastimaste?. — preguntó al verle la nariz con el raspón de hace un rato, ella asintió con un puchero.— ¿Fue el oso?. — negó. 

— Me caí por huir de él...

— Ya veo.— limpió la nariz de su hermana con un pañuelo y luego le ajustó el abrigo. Volvió a tomarla en brazos y le secó las lágrimas con la mano izquierda.— Hay que irnos.

— Espera... un niño me ayudó a huir de él.

— ¿Niño?. — Shisui la miró confuso.— Aquí no hay nadie más que nosotros.

Soy Uchiha [ Naruto Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora