capítulo 5 - why can't you love me?

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Cuando el doctor consideró que ya era seguro que yo saliera y caminara, así lo hice.

Mis doncellas me vistieron con un modelito de color amarillo bajo que resaltaba mi cabello, tenía algunas flores en la parte baja del vestido, tenía unas mangas tres cuarto y Ana sujeto mi cabello en una media coleta y puso un lazo del mismo color que mi vestido.

Señorita Briana -dice Victoria entrando por la puerta con mis vitaminas de embarazada y mi desayuno- le pedí unos huevos revueltos con jamón y tostadas -dice dejando mi desayuno en el escritorio de madera.

Desde mi casi aborto no había ido a desayunar al salón con los demás, no permitía que Cris entrara a mí habitación así que he comido en mi cuarto, he dormido, he bailado, todo aquí encerrada.

Cuando terminé mi desayuno y tomé mis pastillas, me despedí de mis doncellas, tomé mi cámara y caminé al jardín principal para tomar algunas fotos de todo.

Mis pies se movían con un poco más de pesadez, me sentía algo más tranquila y suspiré contenta al recordar que hoy estaba cumpliendo tres meses de embarazo.
Vi a Cris cepillando el pelo de su caballo y la luz le daba perfecto para iluminar su rostro. Levanté mi cámara y enfoqué la imagen que deseaba capturar. Tomé la foto en silencio y seguí con mi paseo, pasando desapercibida para Cristopher.

Caminé con pasos lentos dentro del bosque y suspiré al sentirme tan libre, me senté entre las ramas de un árbol centenario mientras tomaba fotos de las aves, los árboles y el cielo, pero fuí ligeramente distraída cuando una sombra se movió alrededor mío.

-Cris, ya sé que eres tú -ruedo los ojos y suspiro cansada.

-Lo siento, no quería incomodarte -susurra acercándose- solo quería verte y asegurarme de que estás bien.

-Estoy sana y salva, sin un rasguño. -le miro aburrida. - ¿Eso es todo?

-Necesitamos hablar Bri, ¿Recuerdas que todos nuestros problemas los resolvíamos hablando civilizadamente?  -dice sentándose a mi lado y viendo al frente.

- Si claro, pero se te olvida que en ese entonces, yo estaba felizmente enamorada y dispuesta a casarme con Cristopher Evans, el chico normal, estudiante de idiomas y con familia en Texas, no con el príncipe Cristopher Gallagher, descendiente al trono británico -ruedo los ojos y empiezo a revisar las fotos ya tomadas- Me mentiste durante 2 años, me jodiste ¿Vale? Me hiciste enamorarme de una persona que no existe. Y ¿sabes qué? No me culpo de haber sido estúpida ni nada por el estilo... Todo es tu maldita culpa, tú eres el responsable de todo esto y cuando te fuiste solo pensé en lo mal que me sentía por ti y tu vida falsa de mierda. -me levanto de las raíces y empiezo a caminar hacia el palacio con pasos rápidos y ligeros.

Pude sentir que me seguía, yo sabía que estaba unos pasos atrás de mí, pero yo me negaba a verlo, me negaba por qué siempre que me hablaba con su cabello perfectamente peinado y sus trajes bien estirados podía recordar cuando me dormía entre sus brazos con su aliento en mi cabello... O cuando me despertaba en medio de la noche para verlo tendido en el suelo en medio de acuarelas y óleos mientras me pintaba de colores suaves. Podía recordar su aliento en mis labios la primera vez que nos besamos. Yo recordaba todo y eso era lo que más dolía.

Su propuesta de matrimonio había sido una tarde calurosa luego de haber pasado el día en la playa. Nos encontrábamos en un columpio en una casa de playa que habíamos rentado para las vacaciones, el clima estaba fresco, el sol ardía en nuestras pieles y mis ojos recorrían su rostro.
Recuerdo que el se giró a verme con esos brillantes ojos azules y me sonrió con felicidad y paz. Se acercó a mí, besó mi mejilla y conecto su mirada con la mía y: -Bria, eres el amor de mi vida y por nada de este maldito mundo quisiera pasar otro segundo sin ti. Encontré más de lo que podía pedir y me encantaría que fueras mi esposa. ¿Qué dices? ¿Me harías el hombre más feliz del planeta casando te conmigo?

Sip, eso me dijo y una semana más tarde estaba desaparecido y cuando abrí mi ordenador para escribirle un mail, en el inicio del buscador apareció la noticia más ridícula y dolorosa de la vida. "EL PRÍNCIPE CRISTOPHER SE CASARÁ CON LA PRINCESA CATRINE" abrí la imagen y mi respiración se cortó , un nudo se formó en mi garganta y lágrimas nublaron mi vista al ver que era Cristopher, mi Cristopher, el chico que me había propuesto unirnos de la manera más dulce, el chico que me besaba por las mañanas, mi novio, sujetando a una chica por la cintura.

Luego de eso llegaron los malestares.
Vómitos todas las mañanas, mareos y dolores de cabeza así que fue por eso que decidí ir al médico y al llegar tomaron una muestra de sangre y orina y pues me dijeron que estaba embarazada y el resto ya lo saben.

Debí haberme quedado en el apartamento, él nunca se habría dado cuenta y pude haber criado a mi hijo yo sola. Tenía un empleo, un lugar al cual llamarle hogar, era pequeño pero lindo y cómodo y podría haber usado la habitación para arte de Cris y acondicionarla para un bebé. Eso pude haber hecho.

Sin darme cuenta estaba en la puerta de mi habitación pero antes de que pudiera entrar, Cris sujetó mi brazo.

- ¿A ti te haría feliz que yo renunciara a mi cargo?

Esa pregunta obviamente me tomó desprevenida así que lo mire confundida y frunciendo el ceño.

- ¿De qué estás hablando? -susurro confundida.

Cris tomó mis brazos y fijó sus ojos en los míos.

- Si yo me negara a aceptar mi puesto ¿Tú volverías conmigo? ¿Serías feliz sin ningún tipo de lujo?

- Obviamente sería feliz así Cris, ¡por Dios!, Viviste conmigo durante dos años, sabes que podía vivir perfectamente con poco. -le digo frustrada- pero tú no. -susurro- tú quieres esto, tu quieres esto más que a mí. Me lo has demostrado. Así que mi respuesta es no. No volvería contigo, por qué eres un mentiroso, ambicioso y solo piensas en tí.

- Te estoy preguntando ¡Maldita sea! ¡Claro que me interesas! ¡Te amo más que a mi vida! Eres todo para mí, quiero hacerte mi esposa, quiero ser feliz contigo.  -me grita frustrado colocando sus manos en mis mejillas y viendo mis ojos atento. Acerca sus labios a los míos y deposita un suave beso. Rodeo su cuello sin pensarlo y suspiro al sentirlo cerca de mí.

- No sabía de tus intenciones ocultas Cristopher.

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