capítulo 19 - la bendición

293 22 3
                                    

- A ver, a ver, a ver, ¿Perdonaste a ese idiota? -dice Erika inclinándose hacia delante.

- Te deja con la bendición y luego se va y se casa y aún así, ¿Lo perdonaste? -dice Victoria viéndome como si estuviera loca.

- Pues a ver, no lo pongas así, estúpida -digo rodando los ojos y viendo a Victoria- Escuché su versión, me parece lógica y si, lo disculpé, sin embargo no estoy con él. Es lo mejor para Dorian, necesita tener padres unidos y con buena comunicación.

- Si lo pones así pues es un poco más tolerable pero aún no estoy completamente convencida de todo -dijo Ana apartándose el cabello de la cara.

Suspiré dándome por vencida puesto que mis amigas eran testigos de todas las noches que lloré por Chris, de lo mucho que sufrí con mi embarazo, de todas las veces que ví a mi pequeño suplicando por información sobre su papá, preguntando que por qué el no tenía papá y los demás sí.

Ha sido difícil, demasiado difícil, es difícil perdonarlo pero es lo mejor. Estoy clara de que no puedo seguir con odio ni rencores. Él tomó su decisión y debe hacerse responsable por ello y me alegro de que vea que no soy ninguna fácil. Quiero que sepa que me lastimó y que aún me duele su traición, quiero que le cueste su hijo, quiero que aprenda a ser un buen padre. Aún no entiendo cómo fue que pudo separarse de su bebé, siendo tan pero tan guapo mi pequeño y ni hablar de su corazoncito tan noble.

Supongo que de los errores se aprende...

- Pareciera que se te olvida que está casado. -dice Ericka con mucho veneno tiñendo su voz- parece que se te olvida que te cambió por ella.

- Mira Ericka, si solo vas a decirme idioteces que ya se, entonces mejor cállate -digo demasiado molesta- ¿Es que acaso quiero regresar con él? ¿O qué crees? ¿Qué necesito que tú me digas algo? ¿Qué por mí misma no lo entiendo? ¿Eso crees? -digo levantándome del sillón en el que estaba.- Si cada vez que me anime a decirles algo, está va a ser la respuesta entonces prefiero no contarles absolutamente nada. Son mis amigas no jueces ni mucho menos mis padres para sermonearme. Quería contarles porque las amo y por qué confío en ustedes, no para que me traten como estúpida y que me hagan sentir como una niña.

Al decir esto último, salgo de la habitación y me encierro en uno de los baños para poder lavarme la cara y tratar de respirar profundamente.

Estoy harta de que crean que pueden decirme que hacer cuando ellas quieran, eso no es así. Tengo 24 años, un bebé y soy lo suficientemente madura como para tomar decisiones por mí misma, ¿Qué tan complicado de entender es eso?

Mis pensamientos me rodean hasta que unos golpes en la puerta me sobresaltan.

- Bria, abre, lo sentimos mucho, pero por favor abre la puerta.

Al escuchar a victoria, suelto un suspiro y salgo viéndola atentamente y aún algo molesta.

- Obviamente que tienes edad para tomar tus decisiones, pero eso no hace que dejemos de preocuparnos, malagradecida. -dice Ericka fríamente sin mirarme.

- ¡¿Malagradecida yo?! ¡¿Me estás hablando en serio?! - suelto una carcajada irónica y niego - ¡Jamás le he sacado cosas en cara a la gente y no iniciaré contigo, Ericka, pero a mí no me llames malagradecida! ¡Tú más que nadie sabe lo que he hecho por tí! Y me niego que solo porque no quiero escucharte sermonearme me llames de ese modo. - quito los cabellos de mi rostro que se escaparon por la furia con la que actúe y me giro tomando mi celular y mi bolso mientras camino a mi habitación para empezar a hacer una maleta con mi ropa y la de mi bebé.

- ¿Qué estás haciendo Brianna? - dice Victoria entrando acompañada de Ana.

- Me voy... Al menos por esta noche. Después de esto no me puedo quedar aquí así.

- No puedes irte molesta Bria, nos preocupamos por tí. En serio lo hacemos, al igual que por Dorian. -dice Ana rodeando me con su brazo.

- Pero no puedo seguir aquí, ¿no te das cuenta como me habló? No tengo por qué estar aguantando todo esto. Si yo quiero consejos, los pido yo.

- No haremos que cambies de opinión ¿Verdad? -dice victoria suspirando y abrazándose a sí misma.

- No, esta noche me iré, regreso mañana o pasado. -digo alzando mi maleta para luego ir a buscar a Dorian y bajar por las escaleras con mi bebé en brazos.

Juro que no ví hacia atrás en ningún momento.
Talvez si estoy sobre actuando al respecto pero en realidad estoy cansada de aguantar que siempre quieran decirme que hacer. Sé que sus intenciones son buenas y que me quieren pero hay momentos en los que solo quiero ser escuchada, no juzgada ni mucho menos atacada.

THE ROYAL BABY Donde viven las historias. Descúbrelo ahora