capítulo 20 - bendito Daniel

256 17 0
                                    

Al llegar al hotel, Dorian no dejaba de hacerme preguntas y más preguntas sobre por que habíamos dejado la casa y yo le contestaba lo mismo, "son unas mini vacaciones".

Se lo repetía y le hablaba de lo genial que sería estar en el hotel puesto que tiene piscina y jacuzzi en varias habitaciones y afortunadamente una de las habitaciones con jacuzzi es la nuestra.

Cuando le expliqué lo que era un jacuzzi, se emocionó tanto y olvidó qué estaba preguntando por sus tías, lo cual, para ser honesta me alivió. Pero ya, olvidando todo eso... Amo como suena la palabra jacuzzi, jacuzzi, jacuzzi.

- Mami, ¿Que cenaremos? -me pregunta Dorian saltando a mi lado con su peluche en brazos.

- Podemos pedir algo del hotel y lo llevarán a nuestra habitación, estoy segura de que tendrán lo que tú quieras.

- ¡¿Tendrán hamburguesas?! -pregunta Dori emocionado.

- ¡Claro que sí mi amor! ¡También tienen papas fritas!

Mi bebé tomado de mi mano sigue saltando y riendo hasta que llegamos a recepción, dónde doy mis datos y me dan la llave de mi habitación, así que tomando a Dorian de una de mis manos y de la otra nuestras maletas, me dirijo al ascensor y al abrirse las puertas veo a Daniel que me regresa la mirada algo confundido.

- ¡Dani! -grita Dori y se abalanza a sus brazos.

- ¿Qué haces aquí Bria? - Pregunta Daniel abrazando a mi pequeño hijo para luego cargarlo en brazos.

- ¿Qué haces tú aquí? - le digo frunciendo el ceño.

- Mi papá llegó desde Italia hoy y aquí se está hospedando. Tú turno.

- Tuve un pequeño altercado con las chicas y no deseaba pasar ahí.

- Entonces no fue tan pequeño para que salieras de ahí.

- Te contaré todo, lo juro.

- Bueno, entonces en ese caso... ¿Cuál es tu piso? -dice sonriendo y tomándome por la cintura para luego besar mi cabello y cerrar el elevador.

...

Una vez en mi habitación, Dori saltó cuando vió el jacuzzi y me hizo cambiarlo con su traje de baño, cuando ya había entrado, me quedé a las orillas de este con Daniel sentado a mi lado.

- Ahora sí, cuéntame. -dice Daniel empezando a jugar con mi mano.

Y así inicié mi relato,le conté todo, y tras cada palabra me sentía aún mejor, él me miraba y me dejaba hablar, asentía y negaba de vez en cuando pero sin retirar sus ojos azules de mi. Cuando finalicé mi relato, suspiró fuertemente y me dió una pequeña sonrisa.

- A pesar que llevamos poco, poquitisimo tiempo de conocernos, reconozco que te quiero y que quiero lo mejor para ti. Aunque no me gusta para nada Christopher, no puedo negar de que tiene derechos como padre y tú tienes que dejarlo participar y no me parece nada correcto que tus amigas se opongan al bienestar del niño. -dice abrazándome y frotando su mano de arriba abajo en mi espalda para tranquilizarme y vaya que no me había dado cuenta que esto era lo que necesitaba.

- Gracias por entender Dani, eres genial.

- Ya lo sé preciosa, no me dices nada nuevo. -dice arrogante mientras sonríe.

- ¡Mami! ¡Mira! ¡El barquito está flotando!

Le sonrío a mi bebé y aplaudo para animarlo.

...

Una vez que dejé a Dorian bien arropado en la cama, caminé seguida de Daniel al baño para secar un poco más los shorts de Dorian empapados, y doblar y arreglar algunas de mis prendas frente al espejo hasta que unos ojos insistentes me hicieron levantar la mirada.

- ¿Qué sucede? -le pregunto con una pequeña sonrisa mientras sigo acomodando las cosas.

- Es que eres hermosa.

- Por Dios santo, Daniel, estás loco en serio.

- Quiero besarte... ¿Puedo?

Cuando esas palabras dejan sus labios, yo suspiro y bajo la mirada a su boca para luego regresar a sus ojos.

- ¿Qué dices? - digo confundida y nerviosa.

- Creo que pudiste notar que cuando te conocí, mis intenciones eran llegar a ti y no como amigo precisamente. Tú me metiste en esta friendzone. - dice sonriéndome y bromeando un poco.

- Oh Dios mío.

- ¿Puedo hacerlo?

Y sin más que decir, asiento, medio entumecida, medio aturdida, nerviosa y confundida.
Se acercó a mí y rodeó mi cuerpo con sus brazos, luego colocó su mano en mi nuca y me besó sin más preámbulo.

Sus labios fueron suaves y al mismo tiempo muy constantes y persistentes en los míos, de vez en cuando se separaba y podía sentirlo sonreír lo que me hacía suspirar y sentirme feliz.
No me había sentido así en mucho tiempo. Daniel me abrazaba sin permitir ni el más mínimo alejamiento entre nosotros y cuando el beso terminó, pegó su frente a la mía y sonrió.

- Quisiera ser parte de tu vida. Quiero estar contigo, salir, ¿Me entiendes? Quiero estar contigo Bria.

Yo asentí y volví a besarlo para luego esconder mi rostro en su pecho.

THE ROYAL BABY Donde viven las historias. Descúbrelo ahora