Capitulo 38

2.1K 42 0
                                    

“Y lo intentamos, oh… cuanto lloramos. Nos hemos perdido, el amor ha muerto. Y lo intentamos, no lo podemos negar… y la magia que teníamos, ahora es una tragedia” – You lost me/ Christina Aguilera. 

Tiene las maletas listas y los pasajes de avión esperando sobre la mesa. Pero sabe muy bien, como la canción se lo está diciendo, que él no va a llegar. Que lo han perdido todo. Que lo ha perdido todo. Que el amor se ha ido y que nada de lo que han vivido juntos ha valido la pena. 

Sabe también, que está con ella. Lo sabe porque lo conoce y porque supo desde el primer momento en el que lo vio, que iba a ser difícil quitarle a esa mujer de la cabeza. Y ese día podía comprobarlo perfectamente. Justo como Christina Aguilera cantaba, habían perdido la batalla para siempre. 
Se desahogaba escuchando música, pues el vuelo no salía hasta mañana a primera hora. Y cuanto deseaba irse de una jodida vez y no verle nunca más, sin embargo, también deseaba verle volver y poder encararle cada cosa que sentía en ese momento. ¿Era necesario? No lo sabía, pero parte de ella se lo ordenaba. Además… había tomado mucho… mucho más de lo que ella acostumbraba. Se embriaga con uno o dos vasitos de vodka con limón. Y esta vez se había acabado la botella entera. 

Las llaves giraron en la cerradura. “Justin”, pensó, así que se acomodó en la cama, limpiándose las lágrimas y tratando de parecer normal. Desactivó el ipod y detuvo la canción, en espera de que Justin apareciera. 

Pronto pudo escuchar como este entraba a la habitación y se detenía justo en frente de ella. 
Al verla tapa de pies a cabeza, no quiso tocarla. Tragó saliva y observó las maletas de su ropa listas en conjunto con la de ella. Esto iba a ser muy difícil de tratar, pero tenía que contárselo. Recordaba además las palabras que ella misma le había dicho cuando habían discutido, que además de su novia, también era su amiga. Una amiga tenía que saber entender esto… 

+++

El móvil de ________ sonó sobre la encimera de la cocina. Emily también volteó, que cocinaba un par de huevos revueltos en la sartén.

- Dios, ¿Dónde estás? - __________ contestó el móvil. 

- ¿Te importa saberlo? – respondió un Travis grosero y un tanto ebrio. 

- Me importa muchísimo, ¿Dónde estás? 

- Perdona por llamarte a esta hora, supuse que necesitabas bastante tiempo para pasar con Justin. 

- Estás borracho.

- No me jodas ___________. Eso a ti no te importa. 

Emily se giró de nuevo, podía reconocer la voz del mismo hombre que había visto hace unas horas en el despacho de su casa, ahora hablar en la otra línea con _____________. 

- Estoy muy preocupada por ti. – insistió ella, colocándose de pie y dejando la butaca roja vacía. Antes de irse le dedicó una mirada de disculpa a Emily, que asintió pero no pudo evitar ponerse alerta al saber que __________ hablaba con el tío más bueno que había visto jamás. – en serio lo estoy, por favor dime dónde estás. 

- Conozco New York muy bien guapa. No me hace falta que una chica venga a recogerme. 

- Con tonterías ahora no Travis, sabes porque preocupo.

- ¿Tentation? Oh nena… A mí Tentation me tiene sin cuidado. Que se jodan. Ningún hijo de puta le convendría meterse conmigo. – tomó de su décima cerveza y dejó la lata vacía sobre la mesa. 

__________ soltó un suspiro.

- Deja de tomar, por favor.

- ¿Te preocupas por mí? 

- Sabes que sí, maldita sea.

- No lo hagas más, no te necesito. 

Ella se quedó callada. 

- Estás jodiendo mi vida, ____________. – susurró él, cerrando los ojos con fuerza y enterrándose en la madera maciza de la mesa. – no puedo creer que todavía no te hayas dado cuenta que estoy enamorado de ti. 

+++

Marie se destapó completamente. Su rostro delató que había estado llorando.

- Por fin llegas. – le dijo sarcástica y ladeó la cabeza. 

- ¿Estás tomando?

- ¿Qué te importa? - levantó los hombros y se sentó sobre el borde de la cama, intentando recobrar el control. – al menos yo no te escondo nada. 

- Yo tampoco.

Ella sonrió bastante herida. 

- Entonces dime dónde has estado. 

- Primero quiero que entres y te des una ducha, estás muy mal.

- Déjame en paz. – levantó ambos brazos al sentir que Justin trataba de tocarla. – respóndeme primero. ¿Me has engañado de nuevo, verdad?

Sus ojos verdes chocaron con los marrones de Justin por varios segundos en los que no recibió ninguna respuesta de parte de él. Así que se puso de pie, tambaleándose al principio.

- Voy a ir a buscar a esa ramera. – dijo envolviéndose en lágrimas una vez más. Justin también se puso de pie, cogiéndola para que no lograra tocar el piso. – voy a buscarla y te juro que va a escucharme. 

- Cálmate por favor. – le rogó él, arropándola una vez más entre su pecho. Le preocupaba sobremanera verla de esa forma. 

De pronto no la escuchó hablar más, simplemente escuchó sus sollozos fuertes contra su pecho. El alcohol le había hecho volverse todavía más sensible.

- Marie, perdóname por favor… - susurró, acariciándole la espalda. – maldita sea, eres preciosa, cualquier hombre estaría agradecido por tenerte. Soy yo quien simplemente no puede, pero te juro que daría mi vida por demostrarte que me siempre fuiste importante para mí. – Marie sollozó una vez más con fuerza. Sí, podía sentir con exactitud el momento del adiós cada vez más cerca de ambos. Podía sentir…que esto había sido todo. – preciosa, no te merezco, no te merecí nunca. 

+++

- Estás diciendo tonterías.

- Jamás me he enamorado de ninguna mujer. 
Porque… ¿Quién coño quiere enamorarse de alguien si al final vas a terminar así? – frunció el ceño y pidió con la mano otra cerveza a la camarera que estaba en una esquina. – cuando te vi, te tuve muchísima ganas, no voy a negarlo. Pero luego supe que Justin estaba detrás de ti y dije… no voy a meterme con la chica de uno de mis mejores amigos. – se quedó callado y __________ también lo hizo, sin saber cómo reaccionar. – pero luego volví a verte en Paris y mierda… me gustaste todavía más… ¿lo comprendes? Me encantas…

- Basta por favor, no sabes lo que dices, estás ebrio y…

- He querido decirte esto desde hace tanto. Pero ¡mierda! Siempre estaba Justin primero en todos tus jodidos planes que nunca tuve tiempo para decírtelo. – gritó y recibió la cerveza. – te lo he dado todo y ni siquiera eso fue suficiente. 

- No digas eso. – de pronto sintió tener un nudo grande en la garganta. Uno que ni siquiera le permitía respirar. Sus palabras se habían acumulado y se habían vuelto unas infinitas ganas por llorar. No podía creer lo que le decía. 

- Te quiero tanto…

- Eres muy importante para mí, Travis, por favor…

- Lo siento _________. De verdad, juro que esto me está jodiendo más a mí que a ti, porque dejarte es la peor tortura. – se detuvo y pensó… pensó detenidamente en cada momento que ambos habían pasado juntos. – ya lo tienes a él ¿para qué me necesitarías a mí? – enarcó una ceja. Era la frase más dura que había dicho jamás. 

- Porque te quiero, porque te necesito conmigo. Sofia también te necesita. No puedes solo irte y desaparecer Travis, por favor, también te quiero… te lo juro que sí. 

- No como yo quisiera. Pero está bien, Peterson, está bien. Tengo que entender que no eres para mí. – abrió la lata de cerveza con los dedos y tomó rápido, ingiriendo sus propias lágrimas. Él no podía llorar por nadie. Por nada ni por nadie. 

- No te vayas. – rogó ella una vez más. Podía jurar que se encontraba en lágrimas. 

- Ya no me necesitas. 

Y colgó, apagando el móvil y desapareciéndolo en la oscuridad de sus bolsillos de la cazadora. Pidió otra cerveza y otra más, minutos después. Solo deseaba perderse y olvidarle por un tiempo. Tal vez como Marie, que también deseaba perderse y olvidar a Justin para siempre. Aunque todavía, les costaría a ambos asimilar todo lo que había sucedido.

Tentation 3 - Justin Bieber y Tu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora