Sin madera de héroe.

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 Audrey's PoV.

Damon estaba vivo, Hope estaba viva, mis hermanos estaban vivos, y estábamos juntos ahora. Yo sabía, una parte de mi sabía, que podíamos salir de aquí, olvidarnos de ésta gente y sobrevivir, nuestras posibilidades eran más si escapábamos pero, ¿Qué clase de personas seríamos entonces? No seríamos diferentes a Aaron, o a Grigori. Podría sonar hipócrita, viniendo de una asesina, pero dejar morir a miles de inocentes sería una mancha en mis manos que jamás podría lavar.  

Entre las chicas mutadas había solo una usuaria de agua, demasiado inexperta y débil como para ser de ayuda, Aina seguía durmiendo y babeando sobre un catre. Eso me dejaba sola junto a las usuarias de Tierra. El plan era sencillo, hacer que el estadio, y toda la gente dentro, sobreviviera al Tsunami, relativamente sencillo si tenía la fuerza necesaria para soportar todo el golpe de la naturaleza. 

  — ¿Todos tienen claro lo que deben hacer?— Pregunté por última vez a las chicas que estaban a mi al rededor. Todas asintieron. 

El Tsunami cada vez estaba más cerca, como una sentencia de muerte, Damon y sus hermanos habían salido a rescatar a cada ser vivo que estuviera escondido entre la ciudad, cada vida contaba y no dejaríamos morir a nadie si teníamos la posibilidad de salvarlos. Todos los usuarios de tierra estarían colocados equilibradamente en el perímetro del estadio, si mi control fallaba ellas estarían listas para mantener en pie el lugar. Los usuarios de aire intentarían formar una burbuja de aire si las dos primeras defensas fallaban, salvarían a cuantos pudieran. Podía sentir el Tsunami, como cuando dos imanes están demasiado cerca, podía escuchar su canto, pidiéndome que me uniera a su destrucción, pero era demasiado fuerte como para hacer que retrocediera. Cuando todos hubieron estado dentro del estadio, incluyendo a todos los animales olvidados, vagabundos, mis hermanos, Damon y mi bebé, llamé al agua sagrada del templo donde había despertado. Podía sentirla llena de energía mientras fluía hacia mi. También llamé a Damon con la mente, junto a Mark. Ellos llegaron en segundos.

— ¿Qué es?— Ambos estaban alerta, esperando.

— Si el plan falla, que es una posibilidad bastante alta, necesito que me prometan que saldrán, que dejarán todo, incluyendo personas, y se largarán a un lugar seguro.— Los miré fijamente a los ojos. Ambos me miraron sin dar crédito a mis 

— Lo lograremos...—  Empezó a decir Mark.
—  Deben prometerlo, ustedes deben cuidarla, yo pelearé hasta que me quede sin fuerza, pero si fallo, Hope necesita salir viva de aquí, necesita crecer fuera de violencia y alejada de la muerte, necesitará una familia y ustedes son eso para ella, necesito que me prometan que pase lo que pase ella saldrá de ésta isla junto a ustedes, así tengan que dejarme— Miré a Damon, podía sentir su dolor, su indecisión, pero también podía ver el amor detrás de sus hermosos ojos, muy lentamente asintió. 

Una vez que eso quedó en claro, les di la espalda y me alejé al encuentro con mi elemento.
Desplegué mis alas, fuertes e inquebrantables, y me elevé por el cielo, con el agua del templo flotando hacia mí. Me coloqué en el centro del estadio y empecé a tejer un domo de hielo y tierra al rededor de todo el estadio, que Thiara ayudaba a moldear. Solidifiqué el agua hasta que el hielo era impenetrable, hielo tan frío como no se había visto en siglos. Coloqué columnas en varios puntos, para sostener la parte superior del domo, y fijamos las orillas al suelo y a la estructura del estadio, asegurándonos que estuviera completamente sellado y fuerte. Coloqué capa más capa de hielo, y entre capas habían pequeñas solidificaciones de piedra, usamos todo lo que teníamos hasta que el estadio quedó completamente a oscuras. Cuando todo estuvo negro, los sollozos y rezos comenzaron, la desesperanza podía olerse en todos lados, pero no solo por la negrura y el tsunami, eran rezos para que los pequeños huevos que Miles había estado creando desde horas atrás, aguantaran el tiempo suficiente. Ese era nuestro plan de emergencia, si no lograba sostener el estadio lo suficiente, los huevos de madera harían flotar a las personas, dándoles una última posibilidad de salir vivos. Cientos de huevos de todos tamaños, había huevos con 2 o 3 personas, huevos pequeños donde se habían encerrado a perros y gatos, cientos de huevos que bien podrían colapsar si el estadio y toda su estructura se venían abajo. 

Lady Killer III- La Muerte de la Asesina.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora