Un Ángel en el estadio.

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Audrey's PoV

Estaba desangrándome, ahora podía sentir con absoluta certeza la llegada de la muerte, Hope dormía tranquila en mi regazo, mi visión comenzaba a ser borrosa. 
Alguien se acercó por mi espalda e inyectó un líquido sobre mi brazo antes que pudiera detenerlo, y entonces todo se volvió negro.

Damon's PoV

Ella estaba muerta, era casi una certeza que me tenía muerto de miedo. Mark no había podido establecer contacto con ella, nos había dicho que había sentido claramente a su hermana, fuera de control, asustada y en pánico, y después solo sintió un vacío. No sabía si ella estaba dormida o muerta, daba igual, no sabíamos nada de ella desde entonces. Y ahora atravesábamos el cielo tan rápido como estos estúpidos trajes nos permitían. 

  — Puede que esté inconsciente— Decía Evander una y otra vez, como un mantra. 
Yo esperaba eso.  
Estaba harto, harto de tanto maldito drama en mi vida. ¿En qué maldito momento mi vida se había convertido en una novela trágica? ¿Quién decidió que mi vida fuese un puto cuento lleno de muerte, desesperación y angustia? 
  — Si existe un Dios, espero por su bien que ella siga viva, porque de lo contrario quemaré a todo el maldito mundo, cada País, cada maldito continente, quemaré cada centímetro de la tierra solo por despecho, y cuando este maldito mundo solo sea un globo inerte y carente de vida, desafiaré el cosmos con tal de enfrentar al Creador mismo— Juré. 
Después de eso nos sumimos en silencio mientras volábamos. Estábamos a solo un par de horas del último lugar donde fue vista Audrey.

El paisaje fue cambiando conforme avanzamos, los poblados estaban cada vez más vacíos debido a la alerta del Mega Tsunami, todos los lugares colindantes habían sido puestos en alerta y evacuados. 

— Bajemos por algo de comer, necesitamos energía— Dijo Bástian mientras pasábamos por un poblado con un supermercado abandonado. 
Todos tomaron lo primero que encontraron, lo pusieron en bolsas y seguimos volando. 
Volaba en automático, fui levemente consciente de alguien depositando comida en mi mano, y luego casi metiéndola a la fuerza en mi boca. La desesperación iba en aumento con cada segundo que transcurría, volaba más por rutina, seguía a los chicos en silencio, y entonces sucedió. 
Primero fue un leve dolor en la sien, como una punzada, ignoré el pinchazo y seguí volando, después vinieron ráfagas de dolor, sin dejarme siquiera respirar, rápidas y directas al cráneo, después vino el zumbido, un dolor molesto en los oídos, miré a los demás como esperando ver señales que me dijeran que ellos también estaban sintiendo lo que yo, pero todos se veían abatidos, sin alteraciones. Y entonces, una sola palabra se materializó en mi cerebro, fuerte, poderosa, idéntica a una plegaria silenciosa. 

  — ¡PAPÁ!—   

Me aturdió solo los segundos suficientes para ponerme en marcha. Me acerqué a Jaziel, a punto de entrar en fase, volar era demasiado lento.
  — Llévala contigo, me están llamando en la costa— Él debió notar el brillo demente en mi rostro, pues asintió. Bástian, Evander, Corban y Mark dejaron a las chicas en el suelo, una vez que estuvimos listos, explotamos y avanzamos como almas que llevaba el diablo.

Thiara's PoV

Estaba agotada, caminar era en sí un esfuerzo, pero aún teníamos una larga labor por delante, habían vidas que salvar. Miles caminaba a mi lado, estábamos por llegar al estadio, pronto tendríamos que soltar nuestras manos, pero apartarnos era imposible. Ambos sabíamos que estábamos en una misión suicida, quedarnos en el estadio era un suicidio colectivo, pero dejar a todas esas personas morir sin ayudar, era similar a un genocidio. Ellos estaban en esa posición a nuestra causa, por nosotros, porque éramos unos fenómenos que debían ser aniquilados, ¿Qué importaban unos cuántos miles de inocentes muertos por un bien mayor? Jamás entendería cuan poco podía llegar a significar una vida. 

  — ¿En qué piensas?—  Miles interrumpió mis pensamientos. 

— Hay una gran posibilidad de morir en unas horas, tengo miedo— Estaba dicho, tenía miedo, sentía ser muy joven como para morir aunque, también sentía que ya había vivido lo suficiente. 

— No moriremos, al menos no hoy— Dijo muy seguro. 

Fue todo, a unos metros de llegar al estadio soltamos nuestras manos, y entramos. Caminamos entre las camas improvisadas de los vagabundos, tratamos de no pisar a las personas que yacían recostadas esperando, lo que sí no pudimos esquivar fueron a los tres niños que, ajenos a la muerte, jugaban entre la gente. Tan injusta la vida. Recorrimos el lugar, y extrañamente no encontrábamos a Audrey, no estaba donde la habíamos acostado algunas horas atrás. Empezaba a tener un mal presentimiento cuando una mujer, no mayor a los 40 años, se nos acercó cuidadosa. 

  — Su amiga está por acá— Dijo mientras nos conducía por entre la gente, Miles y yo nos miramos extrañados, ahora más alerta y listos para cambiar si era necesario. Mientras caminábamos miré al cielo, cada vez más negro y lleno de nubes, y a lo lejos la escuché, Hope lloraba. Comenzamos a correr. 
Había una pequeña tienda de acampar, pequeña en comparación al estadio, estaba custodiada por 3 vagabundos, Hope lloraba desde dentro, la mujer asintió a los vagabundos y éstos nos dejaron entrar sin objeción, lo cual fue muy bueno puesto que pensábamos entrar con o sin autorización.  

Una vez dentro, mis piernas me fallaron y tropecé. No podía ver a Hope, solo la escuchaba, pero sí podía ver a Audrey abierta en canal sobre la mesa, y al hombre que removía algo en sus entrañas. 

Sangre, todo era sangre. 
Miles cambió en un segundo, listo para atacar.

— Su amiga se está desangrando, tratamos de parar la hemorragia, pero pierde más sangre de la que alcanzamos a administrarle— Dijo el hombre con bata blanca, ahora identificado como doctor. Y entonces pasaron varias cosas a la vez. 
Noté las intravenosas de sangre conectadas al brazo de Audrey. 
Hope había parado de llorar.
5 hombres destrozaron la tienda al abrirse paso hacia dentro. 
No pude evitar gritar desde el fondo de mis entrañas al ver la figura del primero, parecía más animal que humano, en sus ojos solo había promesa de muerte y destrucción, sus colmillos estaban expuestos y sus brazos listos para desgarrarnos, nadie movió un músculo. Otra figura musculosa salió de entre el grupo y se acercó a donde Audrey yacía abierta, el médico saltó hacia atrás, muerto de miedo ante el hombre con piel brillante y ojos amarillos. Habían otros dos que nos rodearon, no voltee a mirarlos por miedo a hacer que me mataran. Y entonces el más humano entró, miró pasmado a Audrey, y toda la maldita tienda explotó en llamas.


Hola, mis pequeños y muy amados Killers, he venido a ofrecerles un trato. 
Voy a tratar de escribirles capítulos hasta terminar esta obra si, solo si, me dejan ausentarme a
ratos para seguir con las correcciones del primer libro y así alistarlo para su publicación. Es un ganar-ganar, ¿No? 

Dejenme sus comentarios acá abajo, ¿Les ha gustado el capítulo? 

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Nos estaremos viendo pronto :)

Lady Killer III- La Muerte de la Asesina.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora