—¿No te parece raro? —me recosté sobre su pecho.
—¿De qué hablas? —pasó un dedo por mi espalda.
—Somos raros —suspiré.
—No lo creo.
—Tienes razón, eres raro...
Pellizcó mi espalda.
Golpeé su pecho.
-Kyan
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¡No es lo mío!
Short Story-¿Qué es lo tuyo? Se lo preguntó durante mucho tiempo y ella siguió sin averiguarlo. ¿Lo piensas? •Capítulos cortos•