🔺️26

82 12 0
                                    

—Nena... —acariciaba mi mano con una molesta delicadeza.

No quería hablar.

—Nena... Vamos, tienes que decir algo.

Moví la cabeza y busqué sus ojos, negué con un movimiento y en su rostro solo apareció la sorpresa.

—Tranquila, no vas a derrumbarte —su mano ahora acariciaba mi mejilla.

Fue ahí cuando me di cuenta que estaba limpiando mis lágrimas.




-Kyan

¡No es lo mío!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora