—¿En dónde estabas? —me obseva desde el largo sofá negro.
—Necesitaba aire, no hice nada —dejé las llaves sobre la mesa y le di la espalda.
—Te llamé —escuché su voz distante.
—No escuché —mentí.
—Nena, no voy a dejar que te derrumbes otra vez —me abrazó por atrás y besó mi cabeza.
Ni siquiera puedo llorar.
-Kyan
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¡No es lo mío!
Conto-¿Qué es lo tuyo? Se lo preguntó durante mucho tiempo y ella siguió sin averiguarlo. ¿Lo piensas? •Capítulos cortos•