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Jimin se despertó a duras penas, al escuchar los gritos de V junto a su oído, él ya de por sí tenía un agrio carácter por las mañanas, y aquello consiguió despertar a la bestia por completo.

—¿¡De qué vas!? ¿Puedes simplemente dejar de gritar y...? —Los gritos del contrario le interrumpieron, dejándole estático.

—¡Relájate, he gritado porque el despertador ha sonado ya cinco veces y no te has despertado ninguna! —Abrió los ojos abruptamente tras sus palabras, mirando fugazmente su teléfono móvil, descubriendo que debería de haberse puesto en camino a su trabajo hace alrededor de cuarenta y cinco minutos.

Se vistió lo más rápido que pudo, después de haber echado al espectro de la habitación, por supuesto, no dejaba de ser una parte de su jefe y eso le incomodaba.

Introdujo dos magdalenas en su boca antes de correr fuera de su apartamento, habiendo tomado sus materiales necesarios. 

—No olvides que hoy tienes que hablar con Taehyung. —Le decía una y otra vez el castaño, logrando que su mal carácter fuera en aumento, sería prácticamente imposible tener una conversación con su superior si llegaba media hora tarde al trabajo, le mataría en cuanto pusiera un pie en el edificio.

No acostumbraba a dormir en la madrugada, prefería pasar el tiempo en su televisor, relajándose y comiendo algo delicioso en el proceso, pero el día anterior había sido demasiado agotador, y no sólo por la gran caminata hasta el templo, también mentalmente, la energía de V le sacaba de sus casillas.

De pronto se encontró al frente del recinto donde trabajaba, irrumpiendo en él algo nervioso por la posible regañina que podría llegar a experimentar.

¿Sería demasiado tarde para huir y mentir diciendo que estaba enfermo?

Sí, definitivamente sí, era demasiado tarde, lo supo cuando su mirada se cruzó con el muchacho que se encontraba dentro del ascensor, observándole duramente.

—Park, creí que ya estarías en el trabajo. —Agregó, Jimin tomaba sus manos algo nervioso ante la atención nada sutil que estaba recibiendo por su parte.

—T-tuve un problema. —Murmuró, sin alzar la cabeza en ningún momento.

—Que sea la última vez, no te pagamos por estar haciendo tus idioteces en el que debería de ser tu horario laboral. —Dijo con rigidez, antes de salir con elegancia del aparato, dejándole en el interior de este, dubitativo. 

No supo bien cuando V había aparecido a su lado, y hablaba decidido, intentando captar su atención de todas las maneras posibles.

—¿A qué esperas? Ofrécele salir, tienes que hablar con él en algún sitio que no sea su despacho o los pasillos de este lugar. —Arqueó ambas cejas, confundido ante su semblante.

—¿Cómo mierda le voy a pedir salir? Lo va a malinterpretar todo. —El castaño negó rápidamente.

—Taehyung no es nada egocéntrico. Creéme que no pensará que vas con segundas intenciones, me conozco bien a mi mismo, Jiminie. —Suspiró, pensando en si de verdad debía hacerlo, pero al ver el rostro suplicante de su acompañante, supuso que no tenía otra opción.

Caminó hasta su escritorio, dejando su maletín encima de éste y recorriendo el pasillo nuevamente, hasta la puerta de su superior, tocando varias veces para luego obtener el permiso de que podía pasar.

—¿Tú nuevamente, Park? Espero que sea algo verdaderamente importante para que te estés saltando tus labores otra vez. —Taehyung le observaba impasible, el menor se paró varios segundos sobre sus talones, redirigiendo su mirada al suelo, y luchando consigo mismo para lograr entablar palabra.

Él no era tan tímido, nunca actuaba así, pero aquel hombre frente a él le hacía perder su dignidad y seguridad casi por completo.

—Habla rápido o te va a echar de aquí. —Añadió V. Que observaba la escena con desesperación al no poder hacer gran cosa en la situación en la que se encontraba.

—Quería saber si... Bueno, si tenías algo que hacer esta tarde. —Los ojos del mayor se abrieron con sorpresa, aquello era lo último que pensaría que iba a escuchar.

—Uhm, no, ¿a qué debo esa intrusión en mi vida privada? —Jimin trataba de analizar la expresión de su rostro, pero no lo consiguió. El contrario simplemente se mostraba indiferente a pesar de que su interior era consumido por los nervios sin piedad alguna.

—S-sólo curiosidad. —V golpeó su cara, previendo el rechazo que éste sufriría.

—A mí me da más curiosidad saber la razón por la cual estás aquí preguntándome semejante idiotez mientras tenemos que tener lista la portada de la revista en menos de tres horas. ¡Apresúrate Park, vuelve al trabajo antes de que te patee el trasero y te mande directo a tu escritorio! —Dijo, provocando que el rubio alzara la cabeza, asintiendo con rapidez y corriendo fuera del lugar tan raudo como sus pequeñas piernas le permitieron. 

Suspiró ciertos segundos junto a su mesa por el sprint. Mirando mal al castaño que descansaba a su lado.

—Hay que seguir intentándolo. —Dijo totalmente seguro de sus palabras, provocando que Jimin comenzara a reír, llamando la atención de todos sus compañeros que le rodeaban, en cuanto fue consciente de esto, paró las carcajadas y chasqueó la lengua.

—No me hables aquí, parecerá que estoy jodidamente loco. —Susurró, ocultando su rostro con la palma de una de sus manos. —Y, no pienso volver ahí, me ha mandado a la mierda. —V rodó los ojos al escucharle.

—¿Necesitas que te recuerde que su parte racional soy yo? Joder Jimin. Necesita ayuda. —El aludido suspiró con desgano al escucharle.

—Está bien, pero déjame trabajar ¿sí? —El castaño asintió con efusividad, sonriendo con satisfacción.

El resto de su jornada pasó rápidamente, Jimin consiguió adelantar todo el trabajo que tenía de otros días y aprovechó para hacer algunos extras, y así compensar el retraso de la mañana.

Una vez llegaron las cuatro, tomó sus cosas y salió del lugar, seguido por V, que le recriminaba de lejos.

—¿Por qué te vas? Tienes que hablar con Tae. —Decía, era difícil para el menor verle, pues la gente salía y entraba del lugar y le traspasaban una y otra vez, cosa que al Ikiryō no parecía importarle demasiado.

Jimin se alejó del lugar, posicionándose donde pudiera tener algo de intimidad con el contrario. 

—¿Qué quieres que haga? —Preguntó, sin comprender en demasía los planes de V.

—Va a comer en el bar que hay al final de esta calle en cuanto salga del trabajo, ve ahí y espera a que llegue para invitarle a sentarse contigo. —El rubio hizo caso a su sugerencia, de todas maneras no podía negarse, era casi imposible con la personalidad del mayor hacerlo, jamás había conocido a una persona tan testaruda con sus ideas.

Ahora entendía parte de la personalidad de su jefe.

Ah... Tan insoportable.


My Last Life 🌸 [Vmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora