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Esa misma noche Jimin se hallaba en su cama. No era demasiado tarde pero se encontraba recostado mirando el techo de su habitación.

V sonreía al ver lo atolondrada que parecía la mente del pequeño en esos momentos. Así que, se tumbó a su lado y miró a un punto fijo también.

—¿Qué ocurre? —Preguntó, sabiendo perfectamente la respuesta. Ante el silencio inminente, trató de seguir hablando, para forzar al rubio a responder de alguna u otra manera. —Tengo que hablar contigo... —Cuando vio que éste se giraba para enfrentarle y escucharle con total atención, siguió con la plática. —Hablé con el Uwan... Ya sabes, el fantasma que habita en el templo que visitamos hace un tiempo. Y me dijo que la situación ha cambiado. No basta con que alguien le tenga cariño a Taehyung, tiene que amarle para poder salvarle. 

Entonces, el menor abrió mucho los ojos, más de lo que el castaño pensaba que sería posible, y prosiguió a contestar.

—¿A-amarle? ¿Q-quieres decir...? —El contrario asintió.

—Y no sólo eso, la persona que lo haga debe admitirlo en voz alta, siempre y cuando lo sienta de verdad en su interior. No sirve que alguien lo diga sin ser cierto... Estamos perdidos, Jiminie. —Suspiró.

Sabía perfectamente que no era necesario aquello, pero creía saber lo que el rubio comenzaba a sentir por su dualidad, es decir, por él mismo, y quería escucharlo en su boca. 

Él no era estúpido, y se daba cuenta del brillo en los ojos del chico cada vez que hablaba con Taehyung, incluso lo podía notar si hablaba con él de seguido.

—Eso es... Complicado. —Sentenció Jimin. Para después quedar inmerso nuevamente en sus pensamientos. Hasta que, tras pasar varios minutos, decidió acabar con el silencio que les rodeaba. —A pesar de eso, deberías estar feliz, se nota que tu cuerpo ha cambiado. No sé, siento a Taehyung más suelto, incluso ha sido lindo conmigo últimamente, aunque no fuera su propósito. Algo ha cambiado. 

—Claro que algo ha cambiado. —Murmuró en un tono apenas audible para soltar una risita seguidamente. Al notar que el rubio no le ha escuchado, prosiguió. —Tú también estás distinto. 

Al escucharle, el chico mordió su labio inferior y retiró su mirada que se hallaba posada en la de V. 

—Lo sé. —Tragó saliva. —¿C-cómo sabes diferenciar tus sentimientos? —La pregunta pilló al contrario desconcertado. —Me refiero a que, a veces tienes una montaña de sensaciones en tu interior. ¿Cómo sabes lo que eso significa? —Suspiró derrotado.

—No lo puedes saber con exactitud. Los humanos tenéis un grave problema, y es que os guiáis con ésto. —Señaló su cabecita, dando pequeños toques en ella. —Pensáis demasiado en las consecuencias y en lo que os ocurre, eso os hace miserables. En cambio, si siguiérais lo que ésto os dicta. —Poso mi dedo índice en su pecho. —Todo sería mucho mejor. Mi madre siempre decía que, hogar es dónde se encuentra tu corazón. Y por muy confuso que te sientas sobre algo, si te centras en cómo se agita tu corazón y cómo bombea, sabes de lo que se trata esa sensación. Cosa que, pensándola detenidamente, tal vez no descubrirías en mucho tiempo.

Jimin meditó unos instantes sobre aquellas palabras, antes de posar sus brazos detrás de la cabeza.

—Tu madre debía de ser una mujer muy bondadosa y buena. —V asintió, recordando la sonrisa de la mujer que le dió la vida. 

—Lo era, sin duda alguna. —Humedeció sus labios. —Ojalá yo hubiera seguido sus pasos, en vez de convertirme en lo que soy. —Hace una mueca, y Jimin se alza para verle directamente a los ojos.

—Todo el mundo puede escoger el camino equivocado en alguna ocasión, y no pasa nada. Lo importante es saber cuándo debes detenerte, mirar atrás y valorar lo que eres ahora. —El espectro asintió levemente.

—¿Sabes por qué Taehyung es así? —Al rubio pareció llamarle la atención demasiado la pregunta, así que se acomodó, haciendo así que el contrario prosiguiera. —Perdimos la fé en la humanidad. Pensamos que todas las personas eran malas y nos tratarían de dañar como le habían hecho a nuestra madre, a pesar de que ella nos enseñó a ser todo lo contrario y confiar en la bondad. Y todo ha sido así, hasta que te conocimos. —Paró, sonriendo al instante. —Es extraño hablar en plural, ¿sabes? —Ríe.

—¿Hasta que m-me conocísteis? —Repitió Jimin, que sigue dándole vueltas a aquella afirmación.

El Ikiryō asiente.

—Eres una de las mejores personas que jamás he conocido y tienes un corazón que rebosa amor en todas sus partes. No creas que Taehyung es un imbécil y no sabe apreciar lo que haces por él. No olvides que yo también soy una parte suya, y no puedo estar más agradecido contigo. Cualquiera hubiera desechado la idea de ayudarme al estar en tu lugar, pero tú accediste. Eres genial. —Acercó su mano hacia la cara de Jimin, pero fué a recular hasta que notó que tal sólo lograría atravesarle.

Hasta que el contrario acercó su rostro a esta, incitando al castaño a que acariciara su mejilla como tenía pensado inicialmente, aunque no pudiera entablar el contacto deseado.

Él tan sólo sentía leves pero agradables escalofríos recorrerle cada vez que el espectro se acercaba a su cuerpo.

Pero esa sensación le gustaba.

—Tú también eres genial. Y, bueno, Taehyung no se queda atrás. Aunque sea demasiado difícil entenderle... Ojalá tener la posibilidad de saber lo que pasa por su mente o por su corazón tan sólo un instante... —Escuchó la risita de V.

—Yo lo sé. —Sentencia triunfante, pero cuando vió la mirada de Jimin aguardando a una respuesta indirecta, negó. —Pero no puedo decirte nada. Ya lo descubrirás por ti mismo. —Le guiñó el ojo y sin más, se dió la vuelta, para hacerle de rabiar.

Por muchas súplicas o ruegos que recibió por parte del menor, éste no soltaba prenda, y se carcajeaba en su cara, haciendo que se enfadara y refunfuñara aún más.

Creéme Jimin, lo sabrás pronto.

My Last Life 🌸 [Vmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora