Llevaba alrededor de media hora esperando a ser atendido por el joven camarero, no le agradaba en demasía en lugar, pero de todas maneras tenía que esperar a que su jefe llegara para poder cumplir con el propósito que V le había impuesto que debía hacer.
De un momento a otro, ante sus ojos apareció la persona a la que aguardaba, tomando asiento en la barra, con un semblante cabizbajo.
Se acercó a él dubitativo, ante la atenta mirada del fantasma que aún le acompañaba, mirando con melancolía su propio cuerpo.
—H-hola. —El castaño no tardó en girarse para enfrentar al chico que le acababa de saludar. Hizo una mueca y volvió a posar su mirada en un punto fijo.
—Park. —Murmuró, Jimin se permitió observarle, aunque llevaba un largo tiempo trabajando para aquel muchacho, jamás se había detenido a estudiarle más de unos segundos, pues el miedo le recorría cuando los ojos del contrario se posaban en él.
Ahora que estaba tan cerca suyo, y fuera del ámbito laboral que los unía, pudo notar el triste aura que rodeaba a Taehyung. Le llamaron la atención las grandes ojeras que cubrían su rostro, y los cortes que poseía en su labio inferior.
Lucía demacrado. Se sorpendió de no haberse dado cuenta nunca de su pésimo estado físico. No se podía imaginar cómo se encontraría mentalmente, siendo que su alma estaba partida en dos.
—¿Estás bien? —El mayor giró una vez más, sonriendo con sorna ante la pregunta.
—¿Te importa? —Jimin tragó saliva abruptamente, tenía muchas habilidades, pero una de ellas no era poseer una gran paciencia, pero la voz de V en su oído le devolvió la claridad de nuevo a su mente.
—Insiste, por favor. —Suspiró con cierto desdén, observó cómo el espíritu se acercaba para intentar tocar a su dualidad, más le atravesaba una y otra vez, sin que su acción diera resultado. Era una imagen dura de presenciar.
—Sí, me importa. No me gusta ver a la gente triste, y se nota que tú lo estás. —El castaño humedeció sus labios, incrédulo de lo que oía. La voz de Jimin no sonó insegura como de costumbre, y aquello le pilló por sorpresa.
—¿No tienes bastante con tus problemas que también te metes en los de los demás? —Se levantó del lugar, dejando al contrario plenamente desconcertado, viendo cómo Taehyung se alejaba del local sin si quiera mirar hacia atrás.
—Si no fuera por ti, le partiría la cara. —Murmuró, empuñando sus manos con impotencia.
—Lo siento de verdad, y te pido perdón en su nombre, bueno... En el mío. —El rubio suspiró, alejándose del taburete y emprendiendo el camino hacia su casa.
Caminó en silencio, perdido en sus pensamientos, sin darle especial atención a lo que le rodeaba, hasta que algo propició un fuerte golpe a V, provocando que cayera al suelo de manera desmedida.
—¿Q-qué ocurre? —Preguntó algo asustado, abriendo mucho los ojos ante la sorpresa.
—Es Tae... Debo... Debo ir con él... Está en peligro. —Jimin olvidó cómo respirar ciertos segundos, su interior siendo recorrido por millones de escalofríos en apenas un momento.
—Voy contigo. —Un brillo esperanzado recorrió los ojos del espectro, mientras le indicaba al menor que corriera para llegar a tiempo.
No se detuvieron hasta que hubieron llegado a un gran parque, alejado de los lugares que Jimin solía frecuentar. No sabía muy bien qué buscaban, pero se dejó guiar por su acompañante.
Hasta que lo vio, Taehyung se hallaba junto a uno de los bancos, gritando a pleno pulmón a un niño de temprana edad, que lloraba desconsoladamente.
Me dirigí raudo hacia su encuentro, parándome frente a él.
—Kim, ¿qué mierda te ocurre? —Se encontraba fuera de sí, su pelo estaba alborotado y la vena de su frente se inflaba por momentos, observé el balón que sostenía en la mano izquierda.
—¡No me pasa nada, no es mi culpa que los niños de hoy en día estén tan malcriados que vayan golpeando a cada persona que pasa por su lado! —V se encontraba sollozando al lado suya, intentando alejar algo de su alrededor, pero que Jimin no alcanzaba a ver.
—Es sólo un niño. Piensa en cuando tú lo eras... ¿Crees que de verdad lo ha hecho adrede? —Sus cejas volvieron a su lugar y su expresión se suavizó tras mis palabras, a su lado, el Ikiryō sonreía triunfante por alguna razón que desconocía el rubio.
—Mierda... —Lanzó la pelota al suelo, el crío la tomó, corriendo hacia algún lugar lejano, mientras que el mayor se sentaba en el banco que estaba detrás suya, sosteniendo su cabeza con rabia mientras daba repetidos golpes con la pierna en el suelo.
El menor chasqueó la lengua antes de acercarse, llevándose toda su atención.
—Oye... —Intentó entablar una conversación, pero Taehyung chistó, callándole de inmediato.
—Sé lo que vas a decir... Pero no soy ningún insensible, ¿vale? Es sólo que... —Agachó la cabeza, jugando con sus nudillos nervioso. —No lo puedo controlar. Es extraño pero es así. —Respiraba hondo, como si estuviera agotado.
Jimin le miró, y le sonrió con sinceridad.
—Te entiendo. —El contrario posó sus ojos en él, lleno de confusión, pero al menos no estaba siendo juzgado por sus acciones. —Todos tenemos malos días.
—Supongo. —Murmuró antes de acomodarse el abrigo y, tras introducir las manos en sus bolsillos, dirigirse hacia otro lado lo más rápido que pudo. —Nos vemos en el trabajo, no llegues tarde mañana, Park, o me encargaré de que en verdad sea la última vez, pues no volverás a pisar tu puesto. —Jimin no supo bien el porqué, pero se rió ante la amenaza.
Al fin y al cabo, la mirada triste y oscurecida, había cambiado un poco por una malhumorada y borde, que tan familiar le era, sus pensamientos le azotaron de un momento a otro, preguntando con timidez.
—¿Me vas a explicar qué ha pasado? —Le recriminó a V.
—Los ayakashis... Taehyung estaba siendo atacado por ellos otra vez... —Sus ojos se volvieron cristalinos de un momento a otro. —Cada vez ésto es más frecuente... Eso significa que me estoy debilitando, Jimin. —El mencionado se acercó, intentando aportarle algo de fuerza, más al no poder tocarle si quiera, sus intentos fueron en vano.
—Vamos a solucionar esto, te lo prometo.
Y sin añadir nada más, ambos volvieron a casa con una esperanza en sus corazones, V la que siempre había mantenido en su interior aunque últimamente fuera más escasa.
Y Jimin con una nueva, que le hizo ver el sufrimiento y el dolor que recorría al hombre sin escrúpulos que había conocido en su primer día de trabajo.
Algo despertó en su interior y, aunque no podía definir de qué se trataba, estaba seguro de que tenía algo que ver con Taehyung.
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No debería estar escribiendo porque mañana tengo dos exámenes, pero en verdad cuando me viene la inspiración es imposible resistirse.
Pd. Amo esta canción, si pudiera sería la banda sonora de mi vida. (No es para menos que me encante cuando la busqué durante 3 años y di con ella hace unos meses jejeje)
El vmin me da tanta ternura que me caso, de verdad.
En fin, mucho amor!!!!
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My Last Life 🌸 [Vmin]
Fanfiction❀ • ¿Qué pasaría si de un día para otro tuvieras la oportunidad de decidir sobre la vida de la persona que ha influido negativamente en la tuya? El mundo está lleno de cosas que sólo podemos imaginar, hay mucho más allá que nuestros corazones tienen...