Jimin mentiría si dijera que no se asustó al despertar y, tras revisar todo el apartamento, no encontrar a V.
Es cierto que ya le había pasado, y que éste le había explicado que le sucedía con frecuencia, pero el rubio no podía evitar sentirse mal ante ese suceso, pues significaba que el alma de Taehyung cada vez presentaba una conexión más fina y pronto se rompería por completo.
Dudó unos instantes, antes de coger el collar que el propio Ikiryō le había dado el día que visitaron el cementerio.
Le había advertido de que si desaparecía, lo iba a necesitar, la última vez tuvo miedo de usarlo, pero en esta ocasión se lo colocó sin demorar demasiado.
Una vez lo tuvo puesto, esperó que ocurriera algo, tipo los fuegos artificiales o destellos que aparecían en las películas, pero, ¿en qué mierda estaba pensando?
Bufó antes de comprender que probablemente había sido una broma lo de usar el artefacto y, tras vestirse, optó por salir a dar un paseo.
Últimamente disfrutaba de su soledad, le gustaba aprovecharla al máximo. Aunque siempre había sido independiente, no tardaba en llamar a sus amigos enseguida que terminaba el trabajo extra o sus tareas, pero las cosas habían cambiado.
Su sorpresa no pudo ser más grande cuando se vio azotado por una corriente, que recorrió todo su cuerpo con rapidez.
Observó el lugar de donde procedían los escalofríos que experimentaba, era su pecho.
La piedra que hasta ese entonces había sido color magenta oscuro, se había iluminado por completo, cambiando su color a un totalmente más claro, produciendo la confusión en el chico que la poseía.
Tragó saliva duramente cuando al alzar la cabeza, a su alrededor no sólo no vió personas, sino que lo que le rodeaba distaba mucho de serlo.
Millones de figuras extrañas se encontraban a escasos metros suya, cada uno con una forma completamente distinta, y con colores bastante chillones.
Lucían tenebrosos.
Se quedó estático en el lugar, sin saber muy bien cómo reaccionar. A su lado pasaban personas que atravesaban a las criaturas sin darse mínima cuenta de lo que sucedía.
¿Él también había sido así hasta ahora?
El corazón le latía con rapidez, sus manos sudaban sin control y el pelo se le pegaba a la frente por la humedad que había en ésta.
Un chico pasaba delante suya, un pequeño fantasma se encontraba en uno de sus hombros, susurrándole cosas que hacían que su expresión fuera cambiando.
Supuso que eso era a lo que V se había referido cuando hablaba de los ayakashis.
Fantasmas que te empujan a la otra orilla, el lugar de la desesperación y el dolor, metiendo ideas negativas en tu cabeza, haciendo que pierdas tu autoestima y tú mismo te destruyas.
Ahora lo entendía al experimentar aquel escenario que se extendía más allá de sus ojos.
Palideciendo en el instante en el que visualizó a Taehyung entre toda la muchedumbre, las personas que ya habían pasado a su lado, algunas estaban solitarias, sonriendo pues nada los atormentaba, salvo algunas excepciones en las que pequeños fantasmas molestaban al inquilino.
Pero ahora era distinto.
El castaño se acercaba desde la lejanía, rodeado por al menos cinco grandes ayakashis.
Jimin no dudó ni un segundo en correr hacia él, no sabía muy bien qué debía hacer en esa situación, pero si el Ikiryō le había dicho que necesitaría el colgante, no podía acobardarse por el simple hecho de ser consciente de los espectros que rodeaban a Taehyung, pues estaba seguro de que era siempre así, aunque no hubiera sido capaz de verlo hasta ahora.
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My Last Life 🌸 [Vmin]
Fanfiction❀ • ¿Qué pasaría si de un día para otro tuvieras la oportunidad de decidir sobre la vida de la persona que ha influido negativamente en la tuya? El mundo está lleno de cosas que sólo podemos imaginar, hay mucho más allá que nuestros corazones tienen...