Capítulo 23 Perfect New Year
Narra Niall
Diciembre 31
Manejé con cuidado en compañía de Preston hacia el aeropuerto, los nudillos se me pusieron blancos debido a la presión que ejercía al agarrar el volante. Estaba demasiado ansioso por verla... ¡Ya, ahora!
Cuando era un niño de apenas 5, 6 años; solía ir a la casa de mi abuela en Mullingar, ella tenía este carrito de color rojo con llantas negras que a mí me encantaba por alguna razón desconocida. Anteriormente le había pertenecido mi padre y la abuela decidió guardarlo, exhibiéndolo en una repisa. Lamentablemente se me tenía prohibido llevármelo conmigo a casa, por lo que los días de visita a casa de la abuela se volvieron especiales y ansiados mucho por mí. Ahora, en lugar de días de espera eran meses, y en vez de un carrito era mi novia.
Estuve esperando alrededor de 20 minutos en donde se supondría Julieta llegaría de México. Mientras firmaba algunos autógrafos, una chica me aviso amablemente "Tu novia ya llegó, la acabo de ver", alcé la vista muy rápido provocando un mareo momentáneo a mi cabeza. Un conglomerado de personas me obstruía la vista así que aún no lograba divisarla. Recordé el cartel que previamente había encargado a Lou para mostrar en él un "Bienvenido de nuevo a Londres princesa". Lo alcé levantando ambos brazos y enfoqué mi mirada en cada persona que iba saliendo. De por sí la adrenalina ya corría inquietante por mis venas y cuando finalmente la vi, hizo ebullición.
-¡Juls¡- grité su nombre.
Nuestros ojos se cruzaron a esa distancia y sonrió hermosamente, caminó con desesperación en contra de la corriente de personas hasta llegar a centímetros de mi presencia.
-Hola preciosa.- le dije mientras nos abrazábamos.
-Hola duende.- respondió.
Comencé a menearme de un lado a otro como a mí me gusta hacer, provocando que Julie riera. Luego usé el cartel para taparnos, aunque sea un poco, de ojos curiosos al momento en que chocaba mis labios contra los de ella. Joder, como me encantaban sus besos. Le ayudé con su maleta cuando fuimos de regreso a la camioneta sin que hubiera un segundo en soltarla de la mano.
-Amé el letrero. ¿No lo hiciste tú, verdad? Tu letra no es tan bonita.
-Haha, me conoces bien. Le pedí a Lou que lo escribiera por mí y creo que Lux le... dio algunos toques.- comenté refiriéndome a las pequeñas manos de pintura que adornaban la cartulina.
Preston condujo de camino a mi casa por lo que Julie y yo nos encontrábamos en la parte trasera del auto. Estaba tan emocionada de volver a Londres, la expresión en su cara me lo decía; luego de varios minutos ésta cambió por una somnolienta.
-Juls, yo igual te conozco tan bien que puedo apostar a que tienes sueño- le dije divertido. Ella me miró como si no supiera de qué hablaba-. Recuerdo que un día me dijiste que te era imposible no dormir en un coche mientras este se hallaba andando.
Sonrió tímida, cediéndome la razón. Hice una seña para que se recostara en mis piernas.
-Me conoces muy bien.- musitó en un bostezo. Reí complacido. Ahora tenía una inigualable vista para admirar en el transcurso.
Llegamos exactamente a las 6:32 pm. Me dirigí a mi habitación para dejar su maleta y al salir, me la encontré observando detenidamente todas mis guitarras, seguidamente de mis premios que estaban a punto de no caber en la repisa. Me miró con una expresión que hace mucho tiempo no veía y se acercó impaciento hacia mí.
-Estoy muy orgullosa de ti, Niall.
En menos de un pestañeo ya tenía prisioneros a mis labios. Abrí los ojos sorprendido por el impacto, no obstante, inmediatamente los cerré luego de que ella colocara ambas manos a los costados de mi cara, posé las mías en su espalda acercándola más a mi cuerpo y sintiendo varios cosquilleos en toda mi piel. Hice más grande la abertura de mi boca para que nuestras lenguas comenzaran a saborearse la una a la otra.
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Sueños verdaderos N.H
FanfictionTe has preguntado ¿Qué es lo que sucede después de cumplir todas tus aspiraciones? ¿Vives feliz? ¿En paz? ¿O sientes que por alguna razón sigues vacía? ¿Y si tal vez, aquellos sueños que creíste ser los únicos, en realidad son sólo el principio de...