Capítulo 25 Estadio Azteca

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Capítulo 25 Estadio Azteca

400 días más tarde...

Septiembre

-Flashback-

Cautelosamente me senté en el único sillón vacío de la sala de estar. Mamá tecleaba algo en la computadora y papá veía el futbol muy entretenido. Apreté fuertemente la tela del sillón mientras dejaba consumir varios minutos para agarrar valor, tragué saliva.

-Oigan...- musite insegura, mirando hacia abajo.

-¿Qué pasó Julie?- preguntó papá.

-Tengo que decirles algo.- temblé.

-¿Qué cosa?

-Uhmm... pues... que este mes que viene me voy a ir con Niall.

-Oh, ¿vendrá a México?- preguntó mamá.

-No, no... él... no vendrá acá. Bueno sí, pero no exactamente.

-Ni se te entendió nada Julieta- comentó mamá.

-Ammm... es que me voy a ir... el próximo mes... a Londres... con Niall.

-¿Qué?- cuestionó atónita mamá.

-A ver, a ver, ¿qué dijiste?- se unió papá. Ambos me miraban fijamente con el semblante serio, lo que sólo me ponía más nerviosa.

-Que me voy a ir con Niall en Septiembre.

-¿Estás loca?!! No, no irás.- exclamó mamá arrugando la frente.

-No Julieta. Eso es demasiado pronto.- argumentó papá, utilizando mi nombre largo.

-¡Sólo será por unos meses! Es como mi regalo de graduación. Ustedes no pagarán nada.

-¿Ah, no?- dijo mamá alzando una ceja.

-No, yo lo haré con mi dinero.

-A mí no me parece una buena idea.

-Dije que no irás y es mi última palabra.- sentenció gravemente mamá.

Fastidiada me levanté del sillón y apreté los labios.

-Pues sólo les estaba comunicando, me voy a ir con él quieran o no.

-Haz lo que se te pegue la gana- la indignación de mi madre me creó una opresión de enojo en mi pecho-. Pero no cuentes con mi ayuda cuando salgas embarazada.

Escuche sus palabras mientras subía por las escaleras y sentía mi respiración agitada.

-Fin de flashback-

Observé a través de la ventana los diferentes colores que la ciudad de México le regalaba a mi vista. Deslicé mi brazo por la tela de mi pantalón para unir mis dedos y apretujarlos con los de la mano contraria. Sentía un molesto revoltijo en mi estómago, aunque no sabía con certeza si era a causa de los nervios o porque tenía hambre; tal vez cuando estaba nerviosa me daban ganas de comer. El automóvil paró a un lado de la acera, primeramente giré mi vista hacia el hotel, seguía igual a como lo recordaba y el estómago se me achicaba con tan sólo pensar en las vivencias que había tenido ahí años atrás, cuando mi vida no valía la pena y era un persona más en el mundo de mis ídolos, ahora amigos. Después dirigí mis ojos hacia papá.

-Llegamos.- anunció.

Asentí con la cabeza y baje del auto. La cajuela se abrió y me precipité a sacar mis maletas; dos con rueditas y una de mano. Volví hacía la ventanilla del coche, así como me agachaba para obtener una vista mejor de mi padre. Finalmente él se había ofrecido a traerme, no sé si con eso aceptaba mi ida pero lo importante es que estaba aquí.

Sueños verdaderos N.HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora