Capítulo 40 What Dreams Are Made Of

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Capítulo 40 What Dreams Are Made Of

Es increíble lo rápido que pasa el tiempo cuando te diviertes, incluso es más veloz que Flash si lo compartes con la persona que amas. Seguidamente de nuestra luna de miel proseguimos con el plan de "viaje alrededor del mundo". Iniciamos por Grecia, pasando por Italia, Rumania, Alemania, Suecia, ¡Finlandia! Y cuando menos me di cuenta, ya habíamos recorrido la mitad del continente Europeo. Nuca en mi vida me había sentido como lo hago cuando estoy con Niall, ni siquiera imaginé que algo tan intenso pudiera caber dentro de mí. En los tiempos de penuria lo único que pedía era una vida mejor, un milagro; pero ahora... lo que estoy viviendo... supera los límites de la felicidad.

Levanté la cabeza lo más que pude para admirar completamente la magnificencia de la Torre Eiffel, el sol me deslumbró un poco por lo que tuve que entrecerrar los ojos. Mire de soslayo a Niall, quien ya había estado observándome desde no sé cuánto tiempo.

-Entonces... ¿Me dirás por qué regresamos a Paris?- cuestioné alzando una ceja.

Hacía una semana estábamos de visita en España, cuando son más ni más, él me dice que debemos regresar a Francia. Claro, sin decirme la razón de su repentino deseo.

-Everybody wanna steal my girl, everybody wanna take her heart away. - canturreó sin responder la pregunta. Reí.

-Hace mucho que cantabas esa.- le tomé la mano para atraer su atención, despeiné su cabello y luego lo acomodé en su lugar-. ¿Por qué estamos aquí, Niall?

-Hmm...- musito con una expresión tierna-. Porque esto es hermoso.- respondió mirando la torre.

-¿Me vas a decir la verdadera razón?

-¿Me vas a decir la verdadera razón?- me imitó divertido.

-¿Esta es tu manera de evitar mis preguntas?

-¿Esta es tu manera de evitar mis preguntas?

-Si me sigues arremedando, no te daré ni un beso más.- sentencié cruzando los brazos.

Niall abrió la boca para decir algo, pero las palabras se le quedaron atrapadas en la garganta.

Esbocé una sonrisa triunfante.

-Vamos, amor.- me rodeó el cuello con su brazo-. Sé paciente.

-¿Tengo otra opción?- inquirí al momento en que percibí sus labios en mi mejilla.

-No.- rió.

Después de tomarnos un selfie instantánea, caminamos sin rumbo por las calles de la ciudad del amor; viendo maravillosos paisajes, siendo asombrados por la magia inmaculada que emanaba del lugar y, por supuesto, riendo a cada rato. Nos gustaba jugar este juego donde cada quien tenía que decirle a un extraño "Me acabo de casar con él/ella" y el que recibiera más felicitaciones ganaba. Honestamente no me importaba perder, pues el simple hecho de presumir a Niall como mi marido me resultaba gratamente satisfactorio.

Pasadas las tres de la tarde, optamos por comer en un restaurante llamado Chartier, los alimentos que servían ahí eran deliciosos y exquisitos al paladar. El viento frío me pegó con potencia al salir, así que me vi obligada a cubrir mi cuerpo con un afelpado abrigo negro que me llegaba hasta el cuello.

-Pareces como si no tuvieras cabeza.- rió aparentemente entretenido por mi aspecto. Estaba toda encogida a causa de la baja temperatura y únicamente se podía ver mi cabello sobresalir del abrigo.

-La mujer sin cabeza.- dije cómica, provocando la risa de Niall.

-Será mejor que nos protejamos del frío antes de que pesques un resfriado.

Sueños verdaderos N.HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora