Capítulo 32 ¿Zonas Erógenas?

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Capítulo 32 ¿Zonas Erógenas?

Llegamos a mi habitación y sin siquiera prender la luz, me dirigí a la cama para recostarme. Comencé a quitarme la playera, privada de la idea de que Niall se hallaba ahí conmigo hasta que carraspeó.

-Oh, estás aquí.- musité.

-Sip, ¿quieres que me vaya?- preguntó deshaciéndose de su tank top. Tragué saliva y el pulso se me aceleró.

-No.- respondí apenas audible.

-Bien.

Lo vi ahora mientras bajaba sus pantalones. Sin querer abrí los ojos de par en par al presenciarlo con sólo sus calzoncillos. Regresé a la tierra y me di la vuelta dándole la espalda para no verle, y así evitar posibles cosquilleos en ciertas partes de mi cuerpo. Cuando ya me encontraba en ropa interior, percibí unos labios húmedos besar la piel de mi hombro junto con unas cálidas manos envolver con suavidad mi cintura.

-Niall.- dije sorprendida.

No respondió y continuó besándome el cuello, me mordí el labio inferior cerrando los ojos. La sangre me comenzó a hervir bajo fuego medio.

-Niall- repetí-. No podemos hacerlo ahora, es demasiado tarde. Ya todos están durmiendo y nosotros deberíamos también.

-Tienes razón- murmuró haciendo a su aliento chocar contra mí-. Pero podemos quedarnos calladitos para que no se despierten.

Dejó una hilera de besos por toda la parte derecha de mi cuello hasta pasar al lado contrario.

-Nialler.- dije por tercera ocasión, esta vez con el corazón en la boca y sintiendo los pujidos desesperados de mi vagina.

-Juls.- pronunció mientras llevaba una de sus manos hasta mi seno derecho, cubierto aun con la tela de mi brasier. Gloriosamente la otra se deslizó hasta mi parte íntima; varios músculos se me tensaron debido al roce de sus dedos en ambos pechos.

Así tan rápido como una estrella fugaz, mi cordura se extinguió y me di la vuelta para encararlo. Sus labios atraparon los mío con bastante salvajismo al igual que su lengua jugaba con la mía. Nos separamos y se fue caminando hasta sentarse sobre una silla.

-¿Quieres que...?- dejé la pregunta al aire.

-Ven.- indicó ofreciéndome su mano.

Caminé con paso inseguro hacia él. Seguía sin saber manejar este tipo de situaciones, donde la sangre hierve a una altísima temperatura y las hormonas me comen viva; esperando lo que desean. Observé su miembro tapado por el tejido de sus bóxers blancos, los latidos de mi corazón iban aumentando el ritmo cada vez más. De repente, una imagen cruzó por mi cabeza, ¿Qué tal si Niall usaba aquellos lentes hipsters mientras manteníamos relaciones sexuales? Temí llegar al orgasmo antes de iniciar con tan solo pensarlo así.

Presentándome frente a él, bajé mis bragas hasta que tocaron suelo y coloque ambas piernas al os costados de la silla y Niall. Mi cuerpo sufrió de varios espasmos más cuando sus manos acariciaron mi trasero en cuanto estuve sentada, dirigió sus labios hacia mi cuello para seguir besándolos. Pasé mis brazos por detrás de mí espalda y así desabrocharme el brasier. Inmediatamente en que mis senos sintieron el aire nocturno, Niall atajo uno; lamiéndolo y succionándolo. Disfruté el placer que me embargaba al tener mi pezón preso de su boca, y cuando se trasladó al otro, un montón de pulsaciones intensas me vinieron como granizos al cuerpo. Deposité mis manos sobre el resorte de sus bóxers; la única prenda que nos impedía llevar a cabo el encuentro carnal, trate de bajárselos pero debido a que estaba sentado, no fue ejecutable.

Sueños verdaderos N.HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora