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La habitación estaba a oscuras, lo único que emitía una tenue luz era la computadora encendida.

Frente a ella un castaño deslizaba rápidamente sus dedos sobre el teclado. Dió un enter y envío la respuesta.

Una sonrisa se formó en sus labios al ver la respuesta de Lionred.

Lionred era, por lo que le había dicho, un varón universitario, tenía 22 años, le gustaba el color rojo y dorado. También le gustaba la literatura y,  gustaba el basketball.

Tenían un año en comunicación por Skype. Aunque únicamente utilizaban el chat y escasas veces el audio, jamás la videocámara; le daba pena que Lion se diera cuenta de su condición, aunque está no era muy obvia.

Soltó un suspiro, y respondio: de si. Si. Lo que diga amo del universo. Voy a ir a dormir. Hasta luego.

Dulces sueños, Kō.

Una sonrisa surcó sus labios  igualmente.

Se desconectó y apagó la computadora.

Fue al baño por última vez y luego se metio a la cama. Eran las 2 de la mañana, de seguro amanecería con con ojeras.

Bloqueo el teléfono, y se giró; podía apreciar unas cuantas estrellas a través de la ventana.

Dulces sueños, Kō.

El último mensaje vino a su mente. De verdad deseaba conocer a Lion.  Pero eso era imposible, o al menos hasta ahora Lion no había hecho algo para verse, y eso de cierta manera le tranquiliza. 

¿POR QUÉ?

Fácil...  Era  un doncel.

Un hombre con útero que podía llevar un embarazo.

Y eso no le gustaba. No quería ser doncel. No pidio nacer doncel.

No es que su familia y amigos le tratarán mal o algo parecido, los donceles eran tratadoss cómo joyas.
Simplemente era porqué los donceles  eran obligados a casarse en cuanto cumplían 20 años, o en caso de estar estudiando cuando se graduarán.  Y él no quería casarse tan pronto, no con un desconocido que escogiers el gobierno.

No señor.

Él quería casarse por amor.  Con un varón que lo amara de verdad, que lo valorará y aceptará como era.

No sé consideraba un doncel hermoso o lindo. Su cabello era castaño, ojos cafés, una altura promedio de un varón; y  muy nervioso. Algo que difícilmente le gustará a algún varón, pues no parecía un doncel.

Sus amigos donceles eran hermosos. Delegados, curvilíneos, facciones delicadas y finas.  Todo en ellos gritaba soy doncel.  Pero el no.

Soltó un suspiro. De verdad quería conocer a Lion. Pero temía que se decepcionará al saber que era doncel, y dejara de hablarle.

Y para empeorar las cosas él era un menor de edad y estaba estudiando la preparatoria...

Kami-sama... Déjame conocer a Lion... Y por favor que no me deje de hablar.

Susurro sin saber que una estrella fugaz acaban de cruzar el cielo, y lo había escuchado.

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¿Eso era todo? ¿Igualmente?

Sonrió negando.

Kō era impredecible

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Kō era impredecible. Nada de lo que planeaba para él salía como quería.

Mientras se apagaba la computadora, observó la foto junto a la PC.

Un sonriente castaño, con el cabello en una coleta alta y con un balón de basketball en mano, miraba a la cámara junto a otro chico peliazul...  El castaño era delgado, de aspecto curvilíneo y algo alto para ser doncel.

Le debía muchas malteadas a Tetsuya por esa foto. 

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