El chico del parque III

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Dudó unos minutos, no tenía que decirle a un extraño... Pero tal vez le ayudaba a sentirse mejor consigo mismo.

-Soy doncel...

-Bastante obvio...

-Lo sé- se sintió tonto -. Al ser doncel la edad máxima para sacarse es los 21.

-Una tontería. Apenas estás siendo mayor de edad. Mínimo debería ser a los 30.

Asintió, al fin alguien lo comprendía -. Por ese motivo tengo problemas.

-¿Tiene 21?

-No. 24, en unos meses 25.  La cuestión es que no me quiero casar, soy muy joven. Todavía quiero hacer muchas cosas, solo.

-Entiendo.

-Mamá quiere que me casé, pero yo no quiero. Ella dice que mi "esposo" me dejara estudiar y trabajar. Eh visto como mis compañeras abandonan sus estudios o dejan de trabajar para tener feliz a su esposo. Y yo no quiero. No es para mí. Y mi madre no lo comprende.

-Si. Muchos esposos son así pero no todos, mi primo doncel se casó hace un año y aún sigue trabajando.  Su esposo lo deja. Le da libertades.

-Exacto. Pero no todos son así. Quién me asegura que con quien me casé me deje estudiar y trabajar. Nadie. Y mi madre no comprende eso. Deseo libertad no que me encierren que una casa como si fuera de cristal.

-Comprendo tu punto de vista, más de lo que crees. Mi familia es... Socialmente bien acomodada, por lo que ya tengo varias ofertas de matrimonio.

-Ohh...

-He rechazado varias ofertas, doncel y mujeres por igual. Todos los candidatos buscan las comodidades que se les daría al casarse conmigo.

Kōki no dijo nada.

-Mi padre está furioso. Mi madre y padre discuten por eso. Mi madre quieres que elija a quién yo quiera sin verme atado algún convenio entre empresas.

-¿Los padres de Akashi-san son ricos?

-Si. Exacto, mis padres no yo. Yo apenas estoy abriéndome camino. Tengo una pequeña empresa y varios socios.

-Ya veo- por lo visto al pelirrojo no le gustaba regodearse de la riqueza de sus padres como otros han hecho -. Espero le esté llendo bien.

-Nos va bien.   Tenemos varios clientes.

-¿Y qué giro tienen?

Seijūrō sonrió -Por más ironicio que parezca, es una agencia de matrimonios.

-...

-Si. Lo sé. Huyendo de ellos y tengo una empresa de ellos. Yo solo me encargo del área administrativa y que este al corriente con el gobierno. Mis socios son los que se encargan de lo demás.

-Oh bien- río algo forzado.

-Si. De hecho mientras estamos aquí, una de mis socias están llevando un cita en la tienda de enfrente- señaló al frente.

-¿Una cita en una tienda de ropa?

-Por eso no tenemos tantos clientes. Riko, es una de mis socias y digamos que ella tiene gustos diferentes por lo que nos es difícil que esta cita salga... ¡Mierda! Espera aquí.

Kōki miró hacia la tienda. El pelirrojo se miraba histérico mientras detenía al varón, le decía algo y el varón se alejaba enfadado. La mujer castaña reconfortaba a una mujer pelinegra y el pelirrojo le decía algo mientras llamaba por teléfono. 

Sus ojos se encontraron con los de la mujer castaña, y le sonrió. Esa sonrisa le dió mal presentimiento. La joven subió a un taxi, la castaña y el pelirrojo cruzaron la calle de regreso.

-Furihata-san, ella es Riko Aída. Riko él...

-La razón por la que cada sábado no vas a trabajar- sonrió la castaña al doncel. Mientras que el pelirrojo se sonrojara.   

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